Azulejos y Dodgers jugarán el primer Juego 7 de una Serie Mundial desde el 2019, cuando los Nacionales de Washington vencieron 6-2 a los Astros de Houston para coronarse. Al igual que este sábado, Max Scherzer fue abridor en ese duelo, él por parte de Washington.

Mientras que para los Dodgers, segundo equipo en las Mayores con más apariciones en Serie Mundial, será su séptimo Juego 7, para los Azulejos será el primero en su historia, que se limita a solamente tres Clásicos de Otoño contando éste.

El primer Juego 7 disputado por los Dodgers fue en 1920, en una Serie Mundial que fue a ganar cinco de nueve encuentros, por lo que tal duelo no fue decisivo. Los Indios de Cleveland superaron al entonces equipo de Brooklyn -y cuyo mote era “Robins” y no Dodgers aún- por pizarra de 3-0.

Los Dodgers volvieron a disputar un Juego 7, este vez decisivo, en 1947, cuando cayeron 5-2 ante los Yanquis de Nueva York. Fue la primera Serie Mundial en la que apareció un jugador afroamericano, en la figura de Jackie Robinson.

Brooklyn volvió a caer en un Juego 7 ante los Yanquis, en la serie de 1952, por marcador de 4-2, pero finalmente lograron su primer título en 1955, cuando vencieron precisamente a los Yanquis, en el séptimo encuentro de esa Serie Mundial, por pizarra de 2-0, con blanqueada de Johnny Podres.

Al año siguiente, los Yanquis volvieron a vencer a los Dodgers en siete juegos, en una Serie Mundial recordada por el juego perfecto de Don Larsen, en el quinto partido. El séptimo encuentro lo ganaron los “Bombarderos del Bronx” 9-0, con dos cuadrangulares de Yogi Berra.

La siguiente vez que los Dodgers jugaron un Juego 7 de Serie Mundial fue en 1965, ya siendo de Los Ángeles. Sandy Koufax, con solo dos días de descanso, lanzó una blanqueada de tres imparables en victoria de 2-0 sobre los Mellizos de Minnesota.

El juego decisivo más reciente para los Dodgers fue en el 2017, cuando cayeron 5-1 ante los Astros de Houston, que contaban en ese momento con George Springer, ahora jugador de Toronto, y quien pegó vuelacercas de dos carreras en la segunda entrada de aquel encuentro. Springer fue el Jugador Más Valioso de esa Serie Mundial.