Ciudad de México.- El futuro del maíz transgénico en el País está en juego en buena medida durante próximas semanas, y la determinación final, en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), podría llegar en otoño próximo.
Después de que el miércoles y jueves de la semana pasada los representantes de México y Estados Unidos participaron en una audiencia ante el panel de solución de controversias por el maíz biotecnológico, la partes ahora deben responder por escrito los cuestionamientos a sus declaraciones orales y presentar la documentación que respalde sus posturas.
Posteriormente, cada país podrá contraargumentar los planteamientos adversos y, con todo lo expuesto por ambas partes y la posible ayuda de expertos técnicos, el panel deberá escudriñar hasta llegar a una conclusión que se perfila para finales de año. El presidente del panel, Christian Häberli, indicó que, tentativamente, se prevé un informe final en noviembre.En la audiencia celebrada en Ciudad de México, los representantes del País sostuvieron que el maíz genéticamente modificado plantea riesgos para la salud y para la biodiversidad, aunque reconocieron que hasta ahora no se han presentado los resultados de una evaluación científica, por lo cual México sigue comprando el grano a Estados Unidos aun con el decreto del Presidente Andrés Manuel López Obrador que apunta a prohibirlo.
Asimismo, de acuerdo con Inside U.S. Trade, México indicó que la medida procura los derechos de los pueblos indígenas, a lo que Estados Unidos y Canadá -como tercero en apoyo de dicho país- manifestaron que no tenían conocimiento de ninguna obligación de este tipo. Estados Unidos acusó a México de no haber realizado una evaluación de riesgos adecuada y de no haber cumplido con los requisitos del T-MEC, vigente desde 2020, antes de emitir el decreto presidencial que instruye a sustituir gradualmente el maíz transgénico para consumo animal, así como el de uso industrial para consumo humano, es decir, para hacer masa, tortillas y otros productos alimenticios. "Las medidas mexicanas relativas a productos de biotecnología agrícola no se basan en la ciencia y amenazan con perturbar las exportaciones estadounidenses de maíz y perjudicar a los agricultores estadounidenses", señaló la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) en un comunicado emitido el lunes. "El Gobierno de Estados Unidos, en consulta con las partes interesadas, seguirá trabajando para lograr el pleno cumplimiento de México con sus compromisos en el marco del T-MEC", sentenció. El panel le pidió a México hacer saber qué agencias fueron consultadas y quiénes contribuyeron a la elaboración del decreto de AMLO, así como identificar cualquier estudio centrado en los riesgos que plantea el maíz genéticamente modificado, especialmente el que no es tratado con glifosato. Y es que Estados Unidos aseguró que hay una cantidad considerable de maíz transgénico que no se trata con este pesticida. El panel planteó a ambas partes si debería escuchar a personas u organismos que considere apropiados para ayudar en el proceso en virtud de Artículo 31.15 del Tratado (titulado "Función de los Expertos"), iniciativa que fue apoyada por México, pero desestimada por Estados Unidos, según Inside U.S. Trade.