Washington.- El Presidente Donald Trump dijo este viernes que Intel Corp había acordado darle al gobierno de Estados Unidos una participación del 10% en el asediado fabricante de chips, según personas familiarizadas con el asunto.
"Han acordado hacerlo y creo que es un gran acuerdo para ellos", dijo Trump a los periodistas este viernes en la Casa Blanca.
Trump presentó el acuerdo como uno que revitalizaría a la compañía, diciendo que "Intel se ha quedado atrás" en comparación con los competidores en la industria de fabricación de chips, y que había dejado caer la idea cuando se reunió con el director ejecutivo de Intel, Lip-Bu Tan, a principios de este mes. "Y le dije, ¿sabes qué? Creo que Estados Unidos debería recibir el 10% de Intel, y él dijo, 'Lo consideraría', y le dije, 'Bueno, me gustaría que lo hicieras'", dijo Trump. Las conversaciones se habían centrado en convertir las subvenciones bajo la Ley de Chips y Ciencia en la participación accionaria.La toma de propiedad parcial por parte de Estados Unidos marcaría un nivel asombroso de intervención en una empresa estadounidense, rompiendo con normas que inversionistas y legisladores han considerado sacrosantas durante mucho tiempo, excepto en situaciones extraordinarias como una guerra o una crisis económica sistémica.
Intel declinó una solicitud de comentarios sobre el momento del anuncio. Las acciones de Intel ampliaron sus ganancias hasta un 6.6% este viernes. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, ha señalado que Trump quiere ver más beneficios directos para Estados Unidos derivados del financiamiento de empresas clave, declarando a la CNBC a principios de esta semana que el objetivo es "obtener una buena rentabilidad para el contribuyente estadounidense en lugar de simplemente conceder subvenciones". El gobierno no ha detallado completamente sus conversaciones con Intel ni con qué empresas podría estar manteniendo conversaciones similares. Sin embargo, un funcionario estadounidense afirmó que las empresas que están aumentando sus compromisos de inversión en Estados Unidos, como Taiwan Semiconductor Manufacturing Co y Micron Technology Inc, no se verán presionadas a ofrecer capital a cambio de financiación. Aunque el gobierno anunció sus intenciones en las últimas semanas, la acción de Intel deja abiertos riesgos incalculables que podrían distorsionar los mercados y el flujo de capital, además de generar enormes pérdidas para los contribuyentes. Sin embargo, la apuesta del gobierno también podría ser muy rentable para un fabricante de chips con problemas que en su día fue pionero en la industria. Intel ha afrontado un período turbulento, con los inversionistas preocupados por la pérdida de su ventaja tecnológica y la rezagación de sus competidores. Trump ha adoptado un nuevo estilo de política económica en su segundo mandato, buscando impulsar la manufactura nacional, reequilibrar las relaciones comerciales y asegurar el dominio estadounidense en sectores críticos.