Hamburgo, Alemania.- El fabricante alemán de automóviles Audi está considerando construir una fábrica en Estados Unidos para apaciguar al Presidente Donald Trump y eludir los aranceles a las importaciones extranjeras.

La marca de lujo está considerando construir una planta en el sur de Estados Unidos, una de las opciones más costosas entre varios escenarios que se barajan, según informó este viernes la revista alemana Der Spiegel.

Audi estimó que el costo de construir una nueva fábrica en Estados Unidos podría alcanzar los 4 mil 600 millones de dólares.

Un portavoz de Audi, propiedad del Grupo Volkswagen, afirmó que la compañía está considerando diversas opciones para expandir su presencia en Estados Unidos.

"Confiamos en que este año, tras consultar con el Grupo Volkswagen, tomaremos una decisión sobre cómo se concretará esto", declaró el portavoz.

El impuesto del 25% impuesto por Trump a los automóviles y autopartes extranjeros ya ha afectado duramente a los fabricantes alemanes.

Solo en abril, incurrieron en costos adicionales de más de 500 millones de dólares en sus exportaciones a Estados Unidos, según estimaciones del grupo de presión de la industria automotriz alemana.

Si bien Audi actualmente no cuenta con plantas de producción en Estados Unidos, Volkswagen tiene una planta en Chattanooga, Tennessee, y una instalación en construcción en Columbia, Carolina del Sur.

Mientras tanto, BMW, Mercedes-Benz y Volkswagen están en conversaciones con la Casa Blanca sobre un posible acuerdo arancelario de importación, con la esperanza de utilizar sus inversiones en Estados Unidos como palanca para reducir las tasas.

Mercedes-Benz anunció en mayo que trasladará la producción de su SUV GLC, el segundo más vendido de la compañía, a Estados Unidos.

BMW también ha considerado añadir turnos y aumentar la producción en su planta de Carolina del Sur para aliviar la presión de Trump.

Varios otros grandes fabricantes de automóviles han tomado medidas para intensificar la producción en Estados Unidos desde que Trump asumió el cargo.

Stellantis, propietaria de Jeep, anunció planes para reabrir su planta cerrada de Illinois, mientras que Honda busca trasladar la producción del Civic de Japón a Estados Unidos.