No encontré mi suéter favorito por casualidad. Lo busqué durante años.

La historia comienza en la universidad, cuando me mudé con mi mejor amiga, Emily. Compartíamos todo: la compra, la pasta de dientes y, sobre todo, nuestro guardarropa.

Nuestra prenda favorita compartida no fue una blusa de moda para salir ni un minivestido carísimo. Lo que más nos gustó fue el suéter negro de algodón de cuello alto, desgastado (y algo desgastado) de su madre.

Este suéter nos vestía para las fiestas de otoño y nos abrigaba en los paseos ventosos por la playa. Y, en cierto momento, después de mucho rogarle, incluso lo metió en mi maleta para las vacaciones de invierno, como una capa abrigada debajo de una chaqueta acolchada.

Era un suéter para todas las estaciones y ocasiones. Así que cuando finalmente encontró su hueco, dejó un vacío igual en mi corazón (y en mi armario).

Y así empezó mi búsqueda de un nuevo jersey negro básico que pudiera usar en cualquier momento. Quería algo con un algodón grueso similar y que a la vez fuera transpirable, para poder usarlo todo el año. Habría comprado el mismo jersey de la madre de Emily sin pensarlo dos veces, pero era de una marca que ya no existe, y no había jerseys de reventa disponibles online (sí, revisé eBay).

Me embarqué en una misión. Al principio tenía muchas esperanzas porque vivo en Nueva York, lo que significa que estoy rodeada de una infinidad de ropa (una bendición para mi alma y una maldición para mi bolsillo). Me probaba suéteres parecidos siempre que los veía —en mercados vintage, tiendas tradicionales o tiendas de segunda mano de pago por peso—, pero siempre me quedaba corta. Empecé a perder la esperanza, y mis decepcionantes hallazgos consolidaron mi creencia de que ya no se fabrican suéteres como antes.

Pero después de dos años de búsqueda, encontré lo que se convertiría en mi suéter de cuello alto más querido de todos los tiempos, incluso mejor que el que lo precedió.

Compré este suéter en línea durante una de las muchas rebajas de J.Crew. Cuesta $98, pero cuando lo compré, solo costaba $48.

Estaba sentada junto a mi pareja (también fanática de los suéteres) cuando me sugirió hacer dos. Así que pedimos uno negro y otro en un precioso verde musgo, con la idea de intercambiarlos. Este tipo de suéteres son ideales para compartir.

El día que llegó, me puse el suéter negro nuevo y la nostalgia me invadió como una ola. Se sentía como mi viejo favorito en muchos sentidos: ajuste, escote, comodidad, pero era aún más suave. Este es 100 % algodón, mientras que la versión clásica era 45 % algodón y 55 % ramio (otra fibra natural, pero con un tacto más rígido).

La primera semana que lo recibí, lo usé todos los días: para ir a la oficina, para salir de copas y por toda la casa. Seis meses después de comprarlo, todavía tengo que esforzarme para no usarlo a diario.

Y sí, a Emily le encantó el nuevo hallazgo; coincidió en que era más "suave" que el jersey de cuello alto de antes. Puede que el suéter sea diferente, pero lo compartiremos igualmente.