Chihuahua, México.- ¿Buscas un verano con historia, aventura y sabores auténticos? Chihuahua, el estado más grande de México, es la respuesta. Aquí, cada rincón guarda un relato y cada paisaje asombra. Desde la majestuosidad de sus cañones hasta las dunas doradas, pasando por pueblos que conservan la esencia del pasado, este destino tiene todo para quienes desean vivir algo distinto.

"Chihuahua es inmenso y fantástico, un destino que siempre sorprende. No es sólo grande en territorio, es gigante en cultura, historia y hospitalidad", compartió Edibray Gómez Gallegos, secretario de Turismo del estado de Chihuahua, en el marco del Tianguis Turístico celebrado hace unos meses en Baja California.

Ciudad Juárez recibe con orgullo, tradición y sabor. Por ejemplo, la Ruta del Burrito invita a saborear esta icónica creación en fondas tradicionales, donde las tortillas de harina recién hechas se rellenan con jugosa carne deshebrada o propuestas contemporáneas. Y para refrescar la experiencia, nada como visitar el histórico Bar Kentucky, que fue fundado en 1920.

Aquí, entre cocteles clásicos y su ambiente de época, cada sorbo se convierte en historia.

Si el plan es aventura, las Dunas de Samalayuca, ubicadas a solo 50 kilómetros de Ciudad Juárez, ofrecen escenarios ideales para realizar sandboarding, explorar en cuatrimotos, meditar entre los paisajes o contemplar un atardecer inolvidable. Este espectáculo natural se complementa con cielos estrellados que invitan a la contemplación.

La ciudad también conserva su memoria histórica. Espacios como el Museo de Arqueología e Historia de El Chamizal, la Casa de Adobe -donde convergen Nuevo México, Texas y Chihuahua- y el MUREF, ubicado en la antigua aduana, relatan episodios clave de la Revolución Mexicana y la historia de la frontera mexicana.

En Chihuahua capital, la riqueza cultural se aprecia en su centro histórico, la majestuosa catedral y edificios emblemáticos como la Quinta Gameros y la Casa de Juárez. Pasea por el animado Paseo Bolívar, epicentro de la gastronomía local, donde los cortes norteños y los quesos menonitas son los protagonistas.

Además, Chihuahua ha ganado reconocimiento en la escena vinícola. Sus valles albergan viñedos que producen etiquetas premiadas, ideales para disfrutar catas entre paisajes de ensueño.

Más allá de sus ciudades, sus Pueblos Mágicos son joyas que sorprenden. Creel, entrada a la Sierra Tarahumara y parada del emblemático Chepe, deslumbra con sus paisajes montañosos en el Valle de los Monjes. Batopilas, al fondo de la barranca, conserva su esencia colonial. Guachochi invita a explorar sus lagos y cascadas, mientras Parral, cuna de historias revolucionarias y lugar predilecto de Pancho Villa, encanta con su arquitectura virreinal.

Casas Grandes, por su parte, cautiva con su legado ancestral. La Zona Arqueológica de Paquimé, Patrimonio Mundial de la Unesco, revela la grandeza de las civilizaciones del norte. En este pueblo, la cerámica de Mata Ortiz representa un arte vivo, admirado en todo el mundo. Además, la presencia de comunidades menonitas, mormonas y apaches completa la riqueza cultural de la región.

Así es Chihuahua: vasto, diverso y fascinante. Un lugar donde la historia, la naturaleza y la gastronomía del norte te esperan para vivir un verano inolvidable.

Toma nota

Un viaje de cinco a siete días permite recorrer lo esencial de Chihuahua con comodidad. Lleva ropa fresca, sombrero, bloqueador y calzado cómodo. Si visitas la sierra, incluye un suéter ligero para las noches. Hidrátate bien y prepárate para disfrutar la cultura, la gastronomía y la aventura al máximo. Más inspiración en (www.visitachihuahua.mx/).