Una camisa blanca impecable puede ser peligrosa. Parece invitar a un chorro de kétchup, a un chorrito de sopa o a una salpicadura de mantequilla. Ponerse una es depositar la esperanza en un proceso de lavado intensivo —o costoso— que quizá ni siquiera funcione.

Afortunadamente, este es un problema que los científicos han estado considerando desde que los blancos son brillantes. Y un gran avance podría estar en camino: según un estudio publicado esta semana en la revista ACS Sustainable Chemistry and Engineering, la luz azul intensa puede eliminar esas antiestéticas manchas y salpicaduras.

“Nos sorprendió la eficacia del proceso”, afirmó Tomohiro Sugahara, investigador de Asahi Kasei Corporation en Japón y autor del estudio. “Fue especialmente impactante ver su eficacia al tratar el amarilleo de las camisas de vestir”.

Usar luz para lavar la ropa no es nuevo. Los rayos ultravioleta, incluidos los del sol, pueden disolver las manchas y la pigmentación; por eso tu camiseta favorita se decolora con el tiempo. Y los limpiadores profesionales a veces usan luz ultravioleta para tratar la ropa y las telas manchadas.

Pero a menudo requieren agentes añadidos como el peróxido de hidrógeno, cuyas altas concentraciones pueden ser corrosivas para algunos materiales y perjudiciales para las personas. Los científicos han estado buscando métodos de eliminación de manchas más seguros y respetuosos con el medio ambiente.

El método del Dr. Sugahara y sus colegas utilizó luz de una parte diferente del espectro. Tenía una longitud de onda de 445 nanómetros, que, a diferencia de la luz ultravioleta o infrarroja, está dentro del rango de visibilidad humana. La percibimos como un intenso azul índigo.

Los investigadores descubrieron que, tras exponer los textiles a una luz azul durante 10 minutos, las manchas se degradaron a nivel molecular y se volvieron incoloras gracias al oxígeno del aire. Las manchas se formaron a partir de compuestos que se encuentran habitualmente en el sudor humano, los aceites de la piel y alimentos como calabazas, pimientos, boniatos y tomates.

Esto contrastaba con los rayos ultravioleta tradicionales, cuyo rendimiento era desigual. La luz azul también era más suave con tejidos delicados como la seda y no requería productos químicos agresivos.

El método no se limitó a las telas blancas. Según el Dr. Sugahara, la luz azul no decoloró las telas de muestra azules, ni siquiera las que presentaban cuadros blancos y negros. Añadió que los investigadores planeaban probar telas de más colores y realizar estudios adicionales para determinar la seguridad del método.

Juan P. Hinestroza, profesor de ciencia de la fibra en la Universidad de Cornell, dijo que la investigación fue un “desarrollo importante” con un claro potencial para el uso comercial, así como beneficios ambientales.

“El hecho de que la luz de 445 nanómetros no dañe las fibras es muy importante”, afirmó el Dr. Hinestroza, quien no participó en el estudio y también dirige un laboratorio de nanotecnología textil. “El lavado tradicional genera una gran cantidad de microplásticos, y este método parece minimizar el uso de fuerzas mecánicas y agua para eliminar las manchas”.

Agregó que los métodos de limpieza que son suaves con las telas, como lo parece ser la luz azul, podrían ayudar a las personas a conservar su ropa por más tiempo, reduciendo el desperdicio.

El Dr. Sugahara dijo que la eliminación de manchas con luz azul podría estar disponible para uso práctico, tal vez para tintorerías, así como para empresas de alquiler de vestidos de novia y de disfraces, dentro de cinco años.