Un huevo cocido es una pequeña delicia, tanto si está lo bastante blando para cogerlo con una cucharilla como si está lo bastante cuajado para cortarlo en rodajas. Pero las claras gomosas y las yemas gris verdosas que desprenden un olor sulfuroso son mucho menos deliciosas.
Para evitar estos inconvenientes, pruebe este método básico para cocer huevos. Pero antes de empezar, sepa que «hervir» no es exactamente la palabra adecuada.
Lo que se busca es cocer a fuego lento, un burbujeo bajo y constante que produce claras de huevo tan suaves como papas fritas, pero que ofrecen un poco de resistencia al morderlas. Mantener el agua a un borboteo ligero evita que se cuezan demasiado y evita que los huevos se golpeen entre sí o con la cacerola y se rompan durante la cocción.
Cómo cocer huevos a fuego lento
Poner un cazo con agua a hervir. Introduce lentamente los huevos fríos utilizando una cuchara o un colador, y sumérgelos y sácalos dos veces para evitar que las cáscaras frías se rompan con el cambio extremo de temperatura.
Baje el fuego para mantenerlo a fuego lento y cocínelos al punto que prefiera. Saca los huevos en cuanto estén hechos y pásalos por agua fría o ponlos en un bol con agua fría y hielo para que se enfríen lo suficiente para pelarlos. No dejes que los huevos se enfríen a menos que los quieras fríos.
Hervido suave
Cocido a fuego medio
Duro