PRIMERA PARTE

Chihuahua, Chih.- En el año 2002, buscando imágenes para ilustrar mi libro: Guillermo Ramos Sánchez, músico chihuahuense. Me entrevisté con el historiador Rubén Beltrán Acosta para solicitar su apoyo con fotografías de los años 20 y 30. Con su amplio conocimiento, me dijo: mira Balderrama, “en San Felipe vive un personaje que te va a caer muy bien, es un hombre con mucho conocimiento en organización de eventos y es un promotor y productor de los más importantes de Chihuahua.” Me dio su teléfono. De ahí mismo le hablé. Quedamos de vernos en su casa ubicada en la calle Cortez de Monroy de San Felipe. Así conocí a Juan Manuel Morones Aguirre, un hombre de pocas palabras, amable y con una excelente memoria. De él obtuve fotografías e información detallada del Jardín de las Rosas y el Paraje de los Indios.

El Sr. Morones como todos le decían, fue administrador del Jardín de las Rosas y dueño del Paraje de los Indios. Un hombre con una gran visión de empresario, y también un excelente promotor y gestor cultural. ¡El mejor de su época!

Morones logró, desde inicios de la década de 1940 y hasta la década de 1980, presentar en estos dos espacios, a los artistas del cine de oro mexicano y las mejores orquestas y tríos de Chihuahua y México.

Esta «Cápsula musical, Chihuahua de antaño», estará dividida en dos partes. El día de hoy hablaremos del Jardín de las Rosas y Juan Manuel Morones Aguirre, y el próximo domingo abordaremos el Paraje de los Indios y a Juan Manuel Morones Vidal, músico y compositor e hijo del Sr. Morones. Son dos temas que dan para más páginas, pero nos ajustamos al espacio que amablemente nos brinda El Diario de Chihuahua. Si alguien quiere conocer más sobre el tema y ver más fotografías, escriban, con gusto responderé.

Iniciamos. El Centro Social Turista Jardín de las Rosas, ofrecía servicio de: bailes, tardeadas, matinés, kermeses, tamaladas, barbacoas, bailes estudiantiles, reuniones sociales, fiestas campestres, fiestas íntimas, cumpleaños, piñatas, cenas, agasajos, banquetes y fogatas. Estos servicios acompañaban las cartas que, de manera personalizada, Juan Manuel Morones Aguirre les hacía llegar a las señoritas de Chihuahua para invitarlas a la inauguración de apertura de la nueva temporada.

“Simpática damita. Nuevamente, nos estamos dirigiendo a usted a fin de comunicarle la nueva apertura del Centro Social Turista Jardín de las Rosas, la cual se verificará el próximo día 20 de abril SÁBADO DE GLORIA mediante la celebración de un grandioso baile, en el cual estamos seguros, estará presente usted y sus amistades.”

En estas cartas de invitación, Morones informaba a los invitados que “para completar nuestra obra, contaremos con la actuación de las dos mejores orquestas de la ciudad. Manuel de León y Roy Ramos, que pondrán a disposición, de nuestra selecta concurrencia, el archivo más completo en música bailable.” Abril de 1946.

El jardín de las Rosas estaba ubicado en las calles Cuarta y Ángel Trías y las avenidas Niños Héroes y Ocampo. Lugar donde hoy ocupa el Mercado del Hoyo y la cuchilla que da con la avenida Ocampo. Un espacio muy grande que medía 42 mil metros cuadrados, lleno de árboles, algunos de ellos fueron traídos de Estados Unidos. Tenía muchos rosales de todos colores que sembró el Sr. Morones desde que inició como administrador en 1942. Contaba con una hermosa pérgola y una pequeña pila artificial con patos y otra de peces de colores. Por la noche, se iluminaban ambas pilas creando una atmósfera mágica. En el centro tenía un quiosco, contaba con dos pistas de baile y un espacio techado donde se ubicaban las mesas y las orquestas.

Cada inicio de temporada, se realizaban mejoras al lugar. En la temporada de 1946, el Sr. Morones hizo arreglos y anunció que construyó “una nueva cancha de mosaicos bajo techo, dos stands (escenarios) para orquesta, nuevos cocktails bar, espléndido servicio de cocina, magnífico alumbrado con arbotantes, hermosos prados y jardines con fragantes rosas, bonita frente con atractiva puerta colonial, cantarina fuente con juego de luces y peces, y románticos andadores con bancas de corteza de árbol, reflejándose en la generalidad, un ambiente de sabor rústico-campestre.”

La entrada era por la calle Niños Héroes, antes calle del árbol. Tenía estacionamiento a un costado del jardín de las Rosas. Juan Manuel tenía muchas reglas, una de ellas era que las damas se bajaran del vehículo en la entrada del Jardín de las Rosas, mientras el caballero iba a estacionar el carro. A la entrada, estaba el guarda ropas, con un enrejado de madera en forma de rombos color blanco. Siempre atendido personalmente por Juan Manuel Morones Aguirre y por Rosaura Porras Lozoya, encargada del guardarropa, hija de Lucío Porras González, encargado de todo el mantenimiento y la jardinería, principalmente de los rosales. Los dos, padre e hija, vivían en el jardín de las Rosas. Santos Montoya Rodríguez, esposo de Rosaura, era uno de los cantineros. Afuera estaba el servicio de carros de «Sitio 153», hoy el «Sitio Combate.»

Mabel Terrazas Montoya nieta de Rosaura, recuerda que su mamá Rafaela Montoya Porras le contaba que en “la pérgola su abuelo –Lucío Porras González- sembraba cada año una flor que se llamaba lluvia de oro y que en tiempo de calor se veía hermoso donde se llenaba de esas flores amarillas pequeñas que colgaban como lluvia de oro.”

El Jardín de las Rosas, abría únicamente durante las estaciones de primavera y verano. El primer baile, -como se inaugura la temporada- era el sábado de Gloria y cerraba la temporada entrado el otoño. Entre los bailes más famosos estaban: El baile ranchero, sábado de Gloria, el de estudiantes, los del 15 y 16 de septiembre, baile de las hojas caídas y baile al revés. Este último, tenía como regla, que prohibía a los hombres decirle que no a las damas. Si decían que “no”, eran multados.

El señor Morones era muy estricto. Exigía en la entrada que todos los caballeros portaran traje y corbata y zapatos boleados. Y las damas siempre tenían que llevar vestidos muy elegantes.

Los eventos que más expectativas generaron y donde acudieron multitudes de chihuahuenses, fue durante las presentaciones de los artistas del cine de oro de México.

Pero, ¿quién fue Juan Manuel Morones Aguirre?

Nació el sábado 15 de marzo de 1913 en Chihuahua, capital. Vivió en una casa ubicada en las calles Ramírez y calle Catorce, hoy avenida Ocampo. Le tocó vivir la época donde el alumbrado público era por medio de lámparas, atendidas por gendarmes, a los que se les nombraba «Sereno». Su casa no contaba con luz eléctrica, se alumbraba por medio de lámparas de petróleo. En 1920, Juan Manuel estudió en la Escuela Modelo número 141, ubicada en Avenida Ocampo y 20 de Noviembre. Su amigo de infancia y de salón de clase, fue el cantante Miguel Aceves Mejía. Varias ocasiones acudió a clases descalzo por no contar con zapatos. En su niñez acudía al Cine Azteca, donde se fue percatando de que siempre a la mitad de la función se ofrecía un espectáculo artístico. Era la época del cine mudo. Juan Manuel Morones me mencionó en 2002, que “por lo general, eran artistas que venían de México recorriendo un circuito de cines y cantando canciones y cuplés de la Madre Patria.”

Lupe Rivas Cacho, la famosa artista del momento en México, inauguró el entonces nuevo Cine Azteca, donde Juan Manuel veía, cada vez que asistía a este cine, artistas de la Ciudad de México.

Terminó sus estudios en la Escuela Anexa a la Normal, donde tuvo de maestro de música a Guillermo Ramos Sánchez. Continuó sus estudios en el Instituto Científico y Literario y los terminó en el Colegio Palmore. Para 1927 ingresó como socio a la Guay Y.M.C.A. Fue en este lugar donde Juan Manuel inició sus actividades de promotor cultural organizando eventos. Y en invierno organizaba eventos en el pórtico del antiguo Teatro de los Héroes. Cuando tenía 25 años, en 1938, se comenzó como promotor cultural y administrador en su primer negocio, el centro nocturno «Blue Room», que duró poco tiempo. Después el «Club Coca Cola». En 1940, el «Club Cocoteros» y en 1942, el «Club Sans Souci».

Este mismo año 1942 comenzó uno de los proyectos más grandes de su carrera como promotor cultural y artístico: administra El Jardín de las Rosas, donde logró traer y presentar a los siguientes artistas, cantantes, tríos y orquestas. Elsa Aguirre, Pepe Jara, Mario Moreno “Cantinflas”, Trío Los Panchos, Trío Los Tres Diamantes, José Alfredo Jiménez, Miguel Aceves Mejía, Luis Aguilar, Tenor Chihuahuense Mario Alberto Rodríguez, Los Bribones, Ernesto Gil Olvera y su órgano que habla, El Gran Tenor de Yucatán Nicolás Urcelay, Sofía Álvarez, John Alexander, Los Bocheros, Los Churumbeles de España, Dalia Iñiguez, José Ángel Espinoza “Ferrusquilla”, Los Xochimilcas, Ricardo Gutiérrez y Lucha Villa en sus inicios. Y los actores Roberto Cañedo y David Silva.

Para los bailes contrataba las siguientes orquestas: La orquesta de Manuel de León, iniciada en 1943, era la orquesta de planta. Orquesta de Ray Montoya, Orquesta de Carlos Aceves, Orquesta de Carlos Muñoz, Orquesta de Roberto Borda, Orquesta de Martín Urbina, Orquesta de Prici Marmolejo, Orquesta de Roy Ramos, Orquesta de Ramón Márquez y Orquesta de Quico Ríos.

De sus mayores éxitos, fue traer a Chihuahua al gran ídolo de México. Pedro Infante. Lo presentó en dos ocasiones, en 1949 y 1950. En su primera visita, a su llegada al antiguo aeropuerto ubicado en las actuales avenidas División del Norte y Universidad, Pedro Infante fue recibido por una multitud de damas, quienes, durante el camino del avión al vehículo, lo despojaron, a jalones, de gran parte de su ropa.

Graciela Olivas, de 94 años, abuelita de la artista de artes visuales Yesenia Holguín Saucedo, recuerda que “tenía 19 años cuando logré, como muchas mujeres, arrancar una prenda del traje de Pedro Infante”. Por muchos años conservé el botón de su chaqueta tipo tránsito que traía ese día que llegó a Chihuahua.” Y Rafaela Montoya Porras, me cuenta que cuando Pedro Infante acudió en el día para ver el escenario donde se presentaría, al entrar se encontró con “mi mamá, Rosaura Porras. Se estaba lavando el cabello afuera del tocador, en el jardín, en eso llegó Pedro Infante, y se puso a reír a carcajadas al verla inclinada debajo de la llave. Lucío el abuelo de Rosaura, se molestó y la hizo retirarse sin que Rosaura pudiera saludar a Pedro.”

El Jardín de las Rosas, fue administrado por Juan Manuel Morones durante 16 años, de abril de 1942 a septiembre de 1958. En este año, inició actividades en el Paraje de los Indios, tema del próximo domingo.

Excelente domingo musical.

Raúl Balderrama Montes

balderramamontesraul@gmail.com