“Él me dijo ‘cuando esto termine, llévenme a mi casa por favor’ y así lo hicimos”, dijo Sandra Judith Ruvalcaba que este pasado viernes se despidió de su hijo de 12 años, que en los últimos seis meses luchó contra la leucemia linfoblástica aguda que le detectaron.
La madre, en medio de su dolor, se dio tiempo para agradecer a todas las personas que los ayudaron, entre ellos lectores de El Diario.
“Muchas gracias a todos, lo que se hizo no salvó su vida, pero le dio a mi hijo una sepultura digna. Quiero pedirles que lo recuerden siempre con su hermosa sonrisa, él así se ganó el amor de la gente, con su sonrisa… recuérdenlo como el guerrero saiyajin que, en su mundo, él se creía”, pidió la madre.
En enero El Diario informó que los médicos le dieron a conocer que el diagnóstico arrojó positivo a la enfermedad. Por todos los medios posibles buscaron el tratamiento médico, sin embargo, el domingo 30 de junio, luego de recibir una quimioterapia, su estado de salud empeoró.
“El domingo pasado le dio calentura en la madrugada, a consecuencia de la quimioterapia tuvo efectos en el sistema inmunitario y tuvo una infección, sabíamos que eso podía pasar. El lunes en la mañana lo internaron y estuvo hospitalizado; sus niveles nunca subieron, no comía, le empezó a doler su pancita, tuvo fiebre”, recordó.
Luego de seis meses de lucha, el estudiante de la Secundaria Federal número 8 pidió descansar.
“Nos dijo ‘ya no puedo, ya me voy, tranquila mamá, todo va a estar bien’”, recordó Sandra Judith.
Aunque su corazón estaba roto, la madre le sonrió y trató de transmitirle paz para facilitarle a su hijo la partida. Junto a la madre estaba su hermana y ambas mujeres abrazaron al niño.
“Nos decía que nos amaba, vi que ya no podía y le dije ‘ya mi amor, lo hiciste muy bien’”, agregó.
Iván profesaba un gran amor por su hermano menor, quien este viernes se graduó de primaria, pero no acudió a la ceremonia por participar en el servicio funerario de Iván.
La madre le marcó a un hermano de ella y le pidió que llevara a la brevedad posible a Ian. Mientras, en el cuarto de hospital el niño le recordaba a su madre que fuera fuerte y que cuidara a su hermano.
“Mi hermano llegó en 10 minutos. En cuanto llegó Ian y se puso a un lado de él lo abrazó y le dio un beso, y yo a un lado de mi hijo y nos abrazamos todos… cuando nos quitamos Iván partió. Quería despedirse de su hermano, 12 minutos duró vivo mi hijo nada más para despedirse de su hermano, ya había sido muy fuerte”, compartió.
La familia cumplió el pedido de Iván de velarlo en casa. Luego se despidieron.
La madre pidió que a su hijo lo recordaran sonriente como siempre lo fue, y aunque de momento no tiene fuerzas para trabajar junto a otros padres que forman parte de la Asociación de Padres de Niños con Cáncer y Leucemia, A.C. (Apanical), aseguró que una vez que procese su duelo, está lista para apoyarlos, porque comprende lo desgastante anímica, espiritual y económicamente que es el cáncer. (Luz del Carmen Sosa / El Diario)
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