Ciudad Juárez.- Con seis meses de embarazo, su esposo y dos niñas pequeñas, Elizabeth caminó dos meses por México hasta que llegó a Ciudad Juárez, en donde dio a luz a Keysi, uno de los bebés de madres extranjeras que han nacido en esta frontera después de que Donald Trump prohibió el ingresó a los Estados Unidos a los solicitantes de asilo.
“En la caravana caminábamos todo el día y toda la noche, de Tapachula a Tonalá -224 kilómetros- se me hinchaban los pies… caminamos como dos meses, llegábamos a pueblitos y vendíamos paleticas”, recordó la madre colombiana quien forma parte del programa de apoyo de despensas del Ministerio para Migrantes de la Sociedad Misionera de San Columbano en el comedor para migrantes ubicado en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.
Junto a ella dos madres centroamericanas más con sus hijos de dos meses de nacidos se encontraban en ese momento en el comedor. Los tres bebés nacieron en el Hospital de la Mujer de Ciudad Juárez entre enero y febrero.
Elizabeth y su familia esperaron durante cinco meses una cita para cruzar la frontera a través de la aplicación CBP One, pero nunca tuvieron una respuesta del gobierno de Joe Bien, hasta que regresó Trump a la Casa Blanca y cerró la frontera.
Sin poder acudir con un ginecólogo, ella y su familia acampaban en donde podían. Nosotros avanzamos a un pueblo pa’ llegar al otro pueblo, de pueblo en pueblo, de pueblo en pueblo pa’ llegar a la ciudad… sangraba de los pies, era fuerte. Ellas sólo caminaban, porque no nos dejaban montar en bus, nada, caminaron, caminaron, caminaron, fue bastante fuerte”, relató.
“Pensamos que esta frontera era buena pa’ pasar, llegamos en camión porque en Tonalá nos dieron un permiso pa’ transitar por 20 días, pero batallamos pa’ que nos dieran el permiso… y aprovechamos para llegar hasta acá, porque veníamos en caravana, desde Tapachula veníamos caminando”, agregó.
Dijo que hasta que llegó a Ciudad Juárez pudo acudir con un médico y se enteró que tendría otra niña, la cual nació el 23 de febrero.
“Gracias a Dios no batallé -para recibir atención médica-, fue fácil. Han nacido muchos aquí”, dijo al observar a las dos madres centroamericanas con sus dos bebés también en brazos.
A diferencia de otros extranjeros que se encuentran en Juárez, con un trámite para regularizarse en el país, y pese a que su quinta integrante es mexicana, la familia colombiana mantiene la esperanza de poder cruzar la frontera, debido a la violencia que viven aquí las personas migrantes.
“La verdad es que la violencia es demasiado fuerte, yo me quisiera devolver para mi país o esperaría. Nosotros queremos entrar -a Estados Unidos- la verdad, pero ahora toca esperar” dijo la madre quien actualmente permanece en la ciudad con su esposo y sus tres hijas.
Dijo que en Juárez son apoyados por un grupo de religiosas que conocieron en el comedor de la Catedral, quienes además de apoyarlos con vivienda le ofrecieron trabajo a su esposo en la construcción.
“México tiene sus cosas malas, como todo país, pero la gente es muy diferente, la gente es muy buena, colabora, la gente aquí es una bendición, pero la violencia es aterradora. Si yo me pudiera establecer aquí yo lo haría por la gente, pero la violencia es algo muy fuerte”, dijo tras los delitos de los que son víctimas los migrantes en Juárez, como el secuestro, el robo y la extorsión.
De acuerdo con las estadísticas oficiales, de octubre de 2021 a febrero de 2025 los agentes de la Patrulla Fronteriza realizaron 70 mil 337 detenciones de personas migrantes de origen colombiano; la mayor cifra se registró en diciembre de 2022, cuando fueron encontrados seis mil 437 colombianos irregulares en la frontera, mientras que la cifra más baja se registró en febrero de 2025 con sólo 16 casos. (Hérika Martínez Prado)