A través de un posicionamiento publicado ayer, el sacerdote Francisco Javier Bueno Guillén, director de la Casa del Migrante en Juárez, pidió a los fronterizos orar para que los gobiernos de los distintos países lleguen a acuerdos que procuren el bien común y creen leyes migratorias eficientes, ordenadas y justas que permitan la paz y la hermandad entre las naciones y sus ciudadanos.

“Nuestra Iglesia que es madre nos llama a realizar obras de misericordia, dar pan al hambriento, dar de beber al sediento, refugio al forastero, pero también corregir al que erra. Debido a ello, a través del Centro de Derechos Humanos del Migrante, nuestra organización está llamada a aplaudir lo aplaudible, y condenar lo condenable de cada instancia gubernamental, ante sus acciones sobre las garantías individuales de cada una de las personas en situación de vulnerabilidad”, dijo el sacerdote.

Tras casi 35 años de apoyar a la población migrante en Juárez, el albergue católico destacó que no pertenece a ningún partido político, ni organización internacional.

“Aun así, estamos dispuestos a colaborar en lo que sea necesario con las autoridades correspondientes ante la situación que actualmente vive nuestra comunidad”, aseguró Bueno Guillén.

El personal del albergue está convencido de ser llamados a anunciar el evangelio, y a cuidar específicamente de los más necesitados.

“Es indudable que cada gobierno tiene la soberanía de ejercer la administración de sus fronteras, sin embargo, jamás debemos olvidar que detrás de cada migrante hay una persona que tiene sus derechos y obligaciones, y que busca la oportunidad de una mejor vida. Familias que están en esta localidad chihuahuense, vienen huyendo de sus países y ante el cierre de la aplicación CBP One, corren el riesgo de no poder presentar su caso ante las autoridades norteamericanas”, dijo el sacerdote.

“Somos conscientes de la realidad que se vive, llena de incertidumbre por parte de quienes se encuentran en un contexto de movilidad, y con ello, queremos recordarles a las autoridades competentes que se debe respetar la integridad de todas las personas y jamás ejercer la violencia hacia ellos o promover el miedo a través de amenazas y redadas”, señaló.

Buscan oportunidades

El líder religioso destacó que para la comunidad binacional en general es fundamental recordar que la nacionalidad o estatus migratorio de una persona no define sus acciones individuales y que cada persona es libre de tomar sus propias decisiones.

“Por la gran trayectoria que nos respalda, sabemos que, en su mayoría, las personas que llegan a nuestras instalaciones sólo están en busca de mejores oportunidades de vida, independientemente de si sus casos son de asilo político o no”, dijo.

Muchos han abandonado su país o entidad en nuestra nación, no sin antes haber luchado por sus derechos, pero ante la indiferencia de las autoridades que deben brindarles seguridad, no tuvieron otra opción que buscar nuevas oportunidades fuera de su lugar de origen, dijo el sacerdote.

“A los hermanos refugiados y migrantes les pedimos que se acerquen a las instituciones que pueden apoyarlos en sus dudas ya sea sobre como regular su situación migratoria en México, o las formas en que pueden regresar a su lugar de origen, o en su caso, esperar a las nuevas disposiciones para solicitar asilo político en Estados Unidos. Tengan fe y esperanza en que Cristo nuestro Señor, que también fue migrante desde que se encontraba en el vientre inmaculado de santa María, siempre virgen, les dará consuelo y abrirá nuevos caminos para realizar sus sueños y encontrar mejores oportunidades para desarrollarse plenamente”, pidió.