Nuevo Casas Grandes, Chih.- De 2010 a la fecha, las autoridades han podido recuperar en 80 narcofosas al 36 por ciento de los aproximadamente 300 personas o más que han sido reportadas como desaparecidas desde 2008, por lo que faltarían aún cerca de 200 por ser recuperadas en la región y de las que no saben nada.

Aunque las narcofosas eran un mito, todo fue realidad cuando en noviembre de 2010, autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) en colaboración con otras instancias, lograron ubicar un cementerio clandestino en el rancho 'El Capricho', ubicado en el kilómetro 23, a ocho kilómetros al sur de Puerto Palomas de Villa, del municipio de Ascensión.

En ese paraje y durante un par de días, los agentes especializados en antropología forense lograron ubicar 11 fosas en las que recuperaron los cuerpos de 20 personas, entre ellas, tres mujeres y un norteamericano, todos ellos con una cronología de seis a ocho semanas de haber sido asesinados.

Trascendió que algunos de los sacrificados ahí eran rivales del grupo criminal responsable, pero otros eran simples viajeros que tuvieron la mala fortuna de ser confundidos y una vez presos, recurrieron a pedir rescate a sus familias; pese a recibir los pagos, de cualquier forma asesinaron a los secuestrados.

Durante toda una década, la Comisión Local de Búsqueda estuvo realizando operativos en la región noroeste cuando arreciaron las desapariciones, motivados muchas veces por asociaciones de madres buscadoras de Ciudad Juárez y la presión social, pero sin ningún resultado.

Fue hasta noviembre de 2020 cuando tras la captura de un presunto sicario que resultó lesionado en un enfrentamiento con el Ejército en Ejido Hidalgo, del municipio de Nuevo Casas Grandes, que obtuvieron información fidedigna sobre la ubicación de más inhumaciones clandestinas.

En esa jornada llevada a cabo en un rancho de Ejido Guadalupe Victoria, del municipio de Casas Grandes, fue que la Comisión Nacional de Búsqueda con ayuda de elementos de la Fiscalía General de la República (FGR), lograron recuperar 11 cuerpos en 10 narcofosas.

Aunque algunos de los localizados estaban en piezas óseas con años de haber sido victimados, otros contenían aún tejido por haber sido asesinados de manera reciente, donde aludieron que la mayoría fueron ejecutados ahí mismo, por la presencia de restos de ropa y casquillos percutidos de diferente calibre.

Pasaron tres años más para que en junio de 2023, elementos investigadores de la FGE y de la Comisión Local de Búsqueda, localizaran otras cinco narcofosas en las que recuperaron los cuerpos de cuatro personas; esto ocurrió en el kilómetro 90 de la carretera federal dos de Puerto Palomas de Villa a Ciudad Juárez.

En ese lugar, los especialistas recuperaron el cuerpo de una mujer y entre los hombres, el de un policía seccional que cuatro meses antes había sido 'levantado' en Puerto Palomas de Villa por no dejarse sobornar, identificado como Jonathan R. Q., quien sólo tenía 25 años.

Los restos de las personas asesinadas en ese lugar tenían muestras de haber sido torturados y mutilados con suma crueldad, además de que uno de ellos había sido calcinado y enterrado en una de las fosas clandestinas.

Luego de un año y medio, elementos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y de la Comisión Local de Búsqueda, acudieron a un paraje desértico cerca de La Salada, donde del 18 al 20 de diciembre excavaron en 11 fosas, logrando recuperar los cuerpos de 12 personas, la mayoría en restos óseos y dos de ellos asesinados apenas un par de semanas antes, lo que indicaba que el lugar era un narcopanteón activo.

Posteriormente, el 15 de enero los especialistas tuvieron que trasladarse a Casas Grandes en plena tormenta invernal y con temperaturas de 11 grados bajo cero, donde descubrieron en un paraje conocido como Mesa de la Avena cuatro fosas en las que estaban los restos desmembrados de cuatro hombres que resultaron haber sido asesinados apenas semanas antes, luego de haber sido 'levantados' a 60 kilómetros de ahí, en Nuevo Casas Grandes.

Una semana después y con nuevas pistas, el equipo de antropólogos forenses y ministerios públicos, asistidos por elementos armados de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), tuvieron que movilizarse kilómetros más adentro de la ruta de El Caracol, en 'El Willy', del mismo municipio de Casas Grandes.

Ahí, del 21 al 24 de enero, las autoridades hallaron el mayor narcopanteón del que tengan registro en el estado de Chihuahua, con un conteo de 10, 19, ocho y 19 personas entre cuerpos completos y restos óseos, dando muestra de la intensa actividad criminal que está disparándose en el Pueblo Mágico de Casas Grandes.

Fue días después, el cinco de febrero, que los especialistas regresaron para un trabajo de retrospección en otra zona de 'El Willy', donde terminaron hallando los restos de otras cuatro personas en un cuerpo completo, una osamenta completa y otros restos óseos correspondientes a dos personas.

En ese último capítulo, al equipo del Ejército, estatales y científicos los esperaban ya mensajes amenazantes, estrellas ponchallantas en el camino y dispositivos explosivos que fueron diseminados en el lugar del hallazgo, por lo que tuvieron que activar una alerta roja en el equipo.

Para el siguiente día, el equipo regresó para concluir sus trabajos pero ya no hallaron nada, a excepción de un maxilar en la superficie del terreno, que aclararon que es posible que sea parte de los hallazgos anteriores que siguen incompletos.

Así, en el conteo de 80 narcofosas desde 2010, las autoridades han recuperado en la región los restos de 111 cuerpos, que son aproximadamente el 36 por ciento de los 300 que han reportado como desaparecidos en la región Noroeste desde el 2008.