Ciudad Juárez.- El hijastro de 14 años de Pedro Ernesto G. R. vio y grabó la discusión previa y el ruido de los disparos que recibió su madre, Gisela Jazmín O. O., segunda víctima de feminicidio en Juárez de 2025.
El adolescente, cuya identidad se reserva por interés superior de la niñez, observó cómo la noche del 17 de enero su padrastro estalló luego de que O. O. le sirvió galletas para que cenara algo. La madre del adolescente intentó ignorar a G. R. para evitar confrontaciones, pero el hombre la jaló al cuarto. “Vente, vámonos, nos tenemos que ir”, escuchó cuando su padrastro le dijo a su mamá. Ya en la habitación inició la discusión. El adolescente, segundos después, escuchó que su padrastro decía “dame el arma”, pero su madre se negaba a dársela. Cerraron la puerta del cuarto donde discutían. Luego, la mujer la abrió de nuevo y le dijo a su hijo que llamara al 911, pero jamás fue atendido. Empezaron los empujones de ida y vuelta entre la pareja, que tenía un año y tres meses en unión libre en la vivienda 4111 de Actopan, en la colonia Gustavo Díaz Ordaz. En el intercambio de agresiones físicas, el adolescente empezó a grabar con el celular de su madre, un Samsung Galaxy A10 negro, todo lo ocurrido. “Guárdala ahí”, decía la mujer refiriéndose al arma, que ya no estaba en su poder, sino en el de Pedro Ernesto. “No te quiero desmadrar”, dijo el agresor amenazante. “Haz lo que quieras”, respondió la mujer. La puerta fue cerrada de nuevo y luego hubo estruendos. El adolescente fue a la habitación y vio a su madre con sangre en la cara, en el cuerpo. “No, yo no lo hice, yo no hice nada”, cuenta el niño que le dijo su padrastro, para luego lanzar el arma utilizada en el crimen hacia la casa 4110, la contigua al lugar de los hechos, en medio de basura que había en el patio. Horrorizado, el niño salió de la casa y le llamó a la hermana de la mujer por teléfono, y al hermano del hombre, que vive en la planta alta del mismo numeral. Ambos adultos llevaron a Gisela al Hospital General.Incautan dos armas
Luego, la hermana de la víctima volvió al lugar de los hechos. Llegaron agentes ministeriales que pidieron hablar con el niño, y la tía lo acompañó en todo momento. Pedro Ernesto se había encerrado en la casa. El adolescente dijo que el hombre guardaba otra arma en el buró de su habitación. Los oficiales tocaron la puerta, salió el padrastro. Le dijeron que tendrían que revisarlo, y lo permitió. No había nada y lo aseguraron preventivamente. Revisaron el buró y encontraron un revólver Ruger Super Redhawk 44Magnum Cal, de número de serie 5595160, con balas calibre .44, mismo que fue incautado por los agentes. A la llegada de los peritos, se aseguró el arma que fue lanzada a la casa contigua, una Glock 17 Austria calibre 9 milímetros de serie AU135US, con 10 cartuchos útiles, además de un cartucho al interior de la casa. G. R. fue detenido formalmente la madrugada del 18 de enero por feminicidio en grado de tentativa. Por la tarde, Gisela murió debido a las heridas por los disparos al cráneo que le perpetró presuntamente su pareja. Ayer en audiencia inicial se declaró como legal el arresto de G. R., se le acusó formalmente del delito de feminicidio agravado, y fue enviado a prisión preventiva oficiosa por 24 meses. El presunto agresor compareció ante el juez de control, con una pantalonera azul oscuro, camisa tipo polo negra y dos pedazos de tela parecida al peyón en los pies, sujetados por cintas. Le pidió a su defensora decir a su familia que le llevaran tenis y calcetines, pues llevaba más de 12 horas descalzo esperando audiencia debido a que su calzado fue asegurado como evidencia por la Fiscalía. El próximo 24 de enero a las 3:00 de la tarde, se conocerá su situación jurídica, en una audiencia en que se prevé la presencia de peritos de la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas de Delitos por Razones de Género y a la Familia Zona Norte (FEM) para ser cuestionados por la defensa. dvilla@redaccion.diario.com.mx