El director ejecutivo de Gulf Coast Bank & Trust no está entusiasmado con la idea de votar por ninguno de los candidatos presidenciales en noviembre.
Guy T. Williams, que dirige el banco comunitario en el sureste de Louisiana, dijo que le preocupan los planes del ex Presidente Donald Trump de imponer más aranceles, una acción que podría elevar los precios y desacelerar el crecimiento económico. Pero no está seguro de que la Vicepresidenta Kamala Harris sea una mejor opción y le preocupa la perspectiva de mayores impuestos corporativos.
"Con base en su historial, la vicepresidenta se inclina aún más hacia la izquierda que el Presidente Biden, y probablemente tenga un poco menos de comprensión económica", indicó Williams. Williams es uno de un número cada vez mayor de directores ejecutivos y financieros que se encuentran sin un hogar político natural en esta temporada electoral.El Partido Republicano solía ser sinónimo de una mentalidad proempresarial, mientras que los demócratas eran conocidos como el partido de la clase trabajadora y los sindicatos. Esas alianzas se han vuelto confusas desde el ascenso de Trump, y particularmente después de que eligió al Senador populista JD Vance (Republicano de Ohio) como su compañero de fórmula.
Ahora, algunos líderes empresariales y financieros dicen que quieren impuestos más bajos, una regulación más leve y menos escrutinio antimonopolio. Están a favor del libre comercio y preocupados por la inestabilidad social y geopolítica en medio de crecientes movimientos hacia el populismo y el aislacionismo. Muchos se inclinan hacia la izquierda en cuestiones sociales como el aborto. Eso deja a este grupo en una situación difícil, sin un candidato obvio cuya plataforma se alinee con sus puntos de vista. Para algunos, la decisión de ponerse del lado republicano fue más fácil en el 2016. Trump dedicó mucho tiempo durante su campaña electoral a hablar de sus planes para reducir los impuestos y reducir las regulaciones. Después de ser electo, se rodeó de líderes empresariales, nombrando a Rex Tillerson, de Exxon Mobil, y a Steven Mnuchin, ex ejecutivo de Goldman Sachs, a su gabinete y pidiendo a otros que formaran parte de consejos asesores. Sin embargo, el creciente poder de la facción populista incomodó a muchos líderes empresariales, particularmente después del asalto del 6 de enero de 2021 al Capitolio de Estados Unidos. Esa ala del partido es ahora el establishment, una realidad cimentada por la elección por parte de Trump de Vance, un líder del movimiento MAGA que es abiertamente anti-Wall Street, como candidato a Vicepresidente. "A los ojos de la clase financiera, hay una diferencia cada vez mayor entre Trump 1.0 y Trump 2.0", dijo Ken Spain, un consultor republicano que asesora a líderes empresariales. "Donde antes había intriga, ahora hay cada vez más aprensión". Lo que inquieta a algunos es el hecho de que Trump -cuyos recortes fiscales del 2017 están programados para expirar después del 2025- mencionó los impuestos solo brevemente en la Convención Nacional Republicana del mes pasado, en lo que parecieron ser comentarios improvisados. El problema para estos directores ejecutivos es que Harris no necesariamente presenta una mejor alternativa. Pocos esperan que acoja a Wall Street o los negocios, a pesar de sus profundos vínculos con algunos pesos pesados del mundo financiero. Al igual que Biden, ha criticado abiertamente a Trump por otorgar exenciones fiscales a multimillonarios y grandes corporaciones. Tampoco está claro cómo manejaría la economía o lidiaría con cuestiones como la de antimonopolio, donde muchos opinan que Lina Khan, la presidenta de la Comisión Federal de Comercio designada por Biden, se ha excedido. El grupo centrista No Labels atrajo a un buen número de empresarios y gente de Wall Street, a quienes no les agrada Trump, pero pensaban que otro mandato de Biden podría ser igual de malo. El grupo intentó presentar una candidatura presidencial vía un tercer partido, pero abandonó sus esfuerzos al no poder encontrar un candidato dispuesto a postularse. Algunos líderes de Wall Street que inicialmente se habían unido a su misión desistieron por temor a que se les culpara de ayudar a Trump al atraer a republicanos moderados que votaron por Biden en el 2020. "La gente estará muy feliz de que Biden se haya ido", dijo un ejecutivo de capital privado relacionado con No Labels. "Hay un buen núcleo de personas que le tienen miedo a Trump o que están en su contra". Los líderes empresariales que se han inclinado por No Labels se quejan de que ambos partidos dan demasiado poder a los extremistas, de una falta de bipartidismo y de la falta de voluntad de los líderes para abordar cuestiones importantes que enfrenta el país porque podrían ser políticamente espinosas, indicó Ryan Clancy, estratega titular de No Labels. "El ganador de esta elección será quien haga crecer su base hacia el centro", consideró Clancy. El debate sobre qué partido será mejor para el sector empresarial ha agitado incluso a Silicon Valley, típicamente de tendencia izquierdista. Elon Musk, el multimillonario director ejecutivo de Tesla, y un grupo de destacados capitalistas de riesgo, incluyendo a Marc Andreessen, de Andreessen Horowitz; Joe Lonsdale, el cofundador de Palantir; y David Sacks, ex de PayPal, respaldan a Trump. Una larga lista de otros, incluyendo a Eric Schmidt, ex presidente de Alphabet; la filántropa Laurene Powell Jobs; los inversionistas en tecnología John Doerr y Ron Conway; y Reid Hoffman, cofundador de LinkedIn y capitalista de riesgo, han prometido su apoyo a Harris. Los líderes empresariales y financieros dicen que quieren estabilidad y previsibilidad en materia de política económica y geopolítica. Durante el primer mandato de Trump, muchos vivieron con el temor de despertarse y enterarse de que el entonces Presidente los había atacado a ellos, a su empresa o a un proveedor en un tuit a altas horas de la noche. También se quejan de que la Administración Biden en ocasiones ha intentado anotarse puntos políticos rápidos en temas como la condonación de los préstamos estudiantiles, en lugar de trabajar para resolver problemas más profundos como abordar el déficit o apuntalar el Seguro Social. Con pocos aliados naturales, las problemáticas sociales podrían inclinar la balanza en el caso de algunos líderes empresariales. Quienes apoyan el derecho de la mujer a abortar culpan a Trump de la decisión de la Suprema Corte en el 2022 de anular el fallo pro aborto Roe contra Wade. Un ex banquero de alto rango convertido en administrador de inversiones que también es demócrata desde hace mucho tiempo dijo que la mayoría de las personas que conoce en Wall Street votarán por Harris. "Es difícil para mucha gente anteponer el pago de sus impuestos al derecho de la mujer a elegir", afirmó.