Nueva York.- Fue un final como ningún otro para un juicio como ningún otro: un expresidente estadounidense declarado culpable de 34 cargos graves. 

La condena de Donald Trump, leída en voz alta poco después de las 5:00 p. m. por el presidente del jurado mientras el exmandatario estaba sentado a pocos metros, puso fin a meses de maniobras legales, semanas de testimonios, días de deliberaciones y varios minutos de nerviosismo después de que el jurado entrara en el juzgado de Manhattan.

El expresidente y virtual candidato republicano fue declarado culpable de 34 cargos de falsificación de registros comerciales relacionados con un plan para encubrir un encuentro extramatrimonial con Stormy Daniels, una estrella del porno, en 2006. Ese encuentro —que el expresidente negó— originó un pago de 130 mil dólares para acallar a la actriz, lo que condujo a los 34 cargos de falsificación de registros empresariales que convirtieron a Trump en delincuente.

La sentencia del exmandatario está prevista para el 11 de julio; él ha dicho que apelará.

A continuación ofrecemos cinco puntos a tener en cuenta del último día del trascendental juicio de Trump.

Un juicio agotador que terminó de repente

El jueves, que era el segundo día de deliberaciones, parecía estar avanzando hacia una conclusión tranquila. Y, de repente, el juez Juan Merchán dijo que había un veredicto.

Menos de una hora después, empezaron a escribirse los titulares que decían “culpable”.

La decisión se produjo apenas unas horas después de que el jurado pidió escuchar el testimonio del primer testigo —David Pecker, el antiguo editor de The National Enquirer—, incluido su relato de la ahora infame reunión de 2015 en la Torre Trump en la que acordó publicar historias positivas y enterrar las negativas sobre la incipiente candidatura de Trump.

También querían escuchar el testimonio de Michael Cohen, cuyo relato se asemejaba mucho al de Pecker.

Esos dos testigos pueden haber sellado la derrota de la defensa de Trump.

Trump y sus partidarios están furiosos

Trump, de 77 años, estaba relativamente calmado cuando se leyó el veredicto, con una expresión sombría.

Esa máscara de tranquilidad desapareció pronto. Después de salir del juzgado, Trump expresó su disgusto por el veredicto en el pasillo y sugirió que los votantes castigarían a los demócratas en las urnas.

“El verdadero veredicto lo dará el pueblo el 5 de noviembre”, dijo. “Y ellos saben lo que ha pasado aquí”.

Los aliados tomaron la palabra. Charlie Kirk, fundador de Turning Point USA, un grupo conservador, sugirió que los fiscales de distrito republicanos deberían investigar a los demócratas. “¿Cuántos fiscales de distrito republicanos tienen coraje?”, dijo en un post en internet, y añadió: “Condenen a la izquierda o perdemos Estados Unidos”.

Alvin Bragg, fiscal del distrito de Manhattan, había arriesgado su reputación, reviviendo una acusación que algunos calificaron como un “caso zombi”. Estaba vivo, después muerto, y luego revivió.

Ahora, Bragg ha consolidado su lugar en la historia como el primer fiscal en condenar a un expresidente. Esa victoria se produjo después de haber sido atacado con saña, una y otra vez, por Trump, quien dijo que el caso tenía motivaciones políticas y, a veces, lo insultaba directamente.

En una conferencia de prensa a última hora de la tarde del jueves, Bragg fue comedido en sus comentarios, agradeciendo al jurado y calificando su servicio como la “piedra angular de nuestro sistema judicial”. También reiteró que “este tipo de enjuiciamiento de cuello blanco es fundamental para lo que hacemos en la oficina del fiscal del distrito de Manhattan”.

“Hice mi trabajo”, dijo.

Trump experimentará la vida como un convicto

Antes de su sentencia del próximo 11 de julio, Trump tendrá la misma experiencia que cualquier otra persona condenada por un delito grave en el sistema judicial de Nueva York.

El departamento de libertad condicional de Nueva York realizará una entrevista y emitirá una recomendación de sentencia para Merchan. Durante la entrevista, el condenado puede “intentar causar una buena impresión y explicar por qué merece una pena más leve”, según el Sistema Judicial Unificado del Estado de Nueva York.

Merchan, a quien Trump ha criticado durante los últimos meses, podría condenar al expresidente a un máximo de cuatro años de prisión. Otra opción es la libertad condicional, que exigiría a Trump presentarse periódicamente ante un funcionario.

Cualquier castigo podría retrasarse si Trump apela la condena. Es poco probable que la apelación se resuelva antes del día de las elecciones, y Trump podría seguir en libertad hasta que eso suceda.

El país se encuentra en aguas desconocidas

Es muy pronto para saber cómo afectará el veredicto la campaña presidencial. Nada en la Constitución impide que un convicto pueda ejercer la presidencia.

Tanto Trump como el presidente Biden trataron de capitalizar el veredicto de culpabilidad en correos electrónicos de recaudación de fondos, incluyendo uno de Trump en el que afirmaba que “¡La justicia está muerta en EE. UU.!”, y se definía como “un preso político”.

Biden también publicó un llamado para recaudar fondos poco después del veredicto: “Solo hay una manera de mantener a Donald Trump fuera del Despacho Oval: en las urnas”.

Es imposible predecir si el veredicto resonará entre los votantes en noviembre. Una cosa es segura: la condena de Trump pondrá a prueba al pueblo estadounidense y la lealtad de la nación al Estado de derecho.