Washington DC, Estados Unidos.- La Casa Blanca publicó el domingo el informe de salud del Presidente Donald Trump, en el que se declara que Trump "está completamente apto para ejercer las funciones" de la presidencia, aunque menciona algunas condiciones médicas, como el colesterol alto, que han sido tratadas y que el informe describe como "bien controladas".
El informe, redactado por el médico del Presidente, el Dr. Sean P. Barbabella, quien también es capitán de la Marina, señala que Trump "sigue gozando de excelente salud" y "presenta una salud cognitiva y física excelente". Menciona las "frecuentes victorias en torneos de golf" de Trump como ejemplo de su "estilo de vida activo", que contribuye a su bienestar físico y mental.
El informe también indica que Trump ha recibido tratamiento por colesterol alto, daños en la piel por exposición frecuente al sol, alergias estacionales y diverticulosis, una condición en la que se forman pequeñas bolsas, llamadas divertículos, en la pared del colon. También se ha sometido a cirugía de cataratas en ambos ojos y le fue extirpado un pólipo benigno en el colon, según el informe. Trump, de 78 años, se sometió a pruebas cognitivas y cardiológicas durante una visita el viernes al Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en Maryland. Declaró a los periodistas que se sentía en "buena forma" y que tenía un "buen corazón".El informe de salud afirma que Trump se sometió a "un examen neurológico integral" que no reveló anormalidades en su función cognitiva ni en su estado mental. Indica que obtuvo 30 de 30 puntos en el Test de Evaluación Cognitiva de Montreal, una prueba de capacidad mental en la que se pide a los sujetos que realicen tareas simples como dibujar un reloj que marque una hora específica o repetir frases que se les leen. Una puntuación de 25 o menos indica deterioro cognitivo.
El informe también incluye resultados detallados de análisis de laboratorio sobre el colesterol -afirmando que sus niveles están dentro del rango normal- y recuentos sanguíneos, datos que su informe de 2023 no había incluido. No está claro si la Casa Blanca pondrá a Barbabella a disposición de la prensa para responder preguntas, como Trump ha hecho anteriormente con sus médicos. Este informe es la primera evaluación pública de la salud de Trump desde que regresó a la presidencia en enero y se convirtió en el hombre de mayor edad en asumir el cargo. Desde que fue víctima de un intento de asesinato en julio, había sido reservado incluso con información médica básica. Sus informes médicos anteriores han sido recibidos con escepticismo. Uno de sus médicos personales afirmó en 2018 que Trump había dictado personalmente una nota publicada con el nombre de ese médico tres años antes, en la que se describía su presión arterial como "asombrosamente excelente". La nota decía que Trump, entonces candidato presidencial, sería el "individuo más saludable jamás elegido para la presidencia". También en 2018, el Dr. Ronny L. Jackson, entonces médico de la Casa Blanca, escribió que Trump tenía una salud cardíaca "excelente" a pesar de tener un nivel alto de colesterol LDL de 143. (El informe publicado el domingo muestra un nivel de LDL de 51). En ese momento, cardiólogos no afiliados a la Casa Blanca señalaron que el examen físico de Trump revelaba problemas de salud serios e indicaba que estaba en riesgo de sufrir un ataque cardíaco. En 2020, el Dr. Sean P. Conley, otro médico de la Casa Blanca, admitió haber engañado al público sobre el caso de Covid-19 de Trump, con el fin de reflejar la "actitud optimista" de la Casa Blanca respecto a la condición del presidente. Trump, aficionado a la comida rápida, mantiene una dieta cargada de helado, carne roja y refrescos. El Presidente se ha descrito a sí mismo como "muy germofóbico" y afirma que no consume alcohol ni fuma, lo cual también se menciona en el informe. Ha dicho que duerme unas cinco horas por noche. Los informes médicos lo describen con una estatura de 1.91 metros. El informe del domingo lo registra con un peso de alrededor de 102 kg, cuatro kilos más que los que figuraban en sus registros de la cárcel del condado de Fulton, en Atlanta, en 2023, cuando fue acusado de intentar revertir su derrota en las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia. Los Presidentes no están obligados a publicar sus registros médicos, pero tradicionalmente lo han hecho para demostrar al público estadounidense que están capacitados para desempeñar su cargo. El predecesor de Trump, Joe Biden, tenía 82 años cuando dejó el cargo y enfrentó constantes preocupaciones sobre su edad durante su campaña por la reelección. Biden se retiró de la contienda en julio.