La persona que, según la policía, abrió fuego contra una escuela católica de Mineápolis el miércoles parecía conocerla bien.

Se cree que Robin Westman, quien, según las autoridades, ametralló la iglesia a través de las ventanas de vitral, con lo que mató a dos niños, había asistido alguna vez a la escuela de la iglesia católica de la Anunciación, según un funcionario de las fuerzas de seguridad con conocimiento de la investigación.

Su madre, Mary Grace Westman, trabajó en la oficina comercial de la iglesia durante cinco años antes de jubilarse en 2021. En un video publicado en las redes sociales, la sospechosa mostraba una representación dibujada a mano del interior de la iglesia.

Y Robin Westman, armada con tres armas, pareció elegir el momento con cuidado. Atrincheró las puertas durante la primera misa escolar del curso académico, dijo la policía.

Pero es difícil comprender qué impulsó a Robin Westman a atacar antes de suicidarse, a pesar de los oscuros y violentos escritos y videos que dejó.

El ataque mató a un niño de 8 años y a otro de 10 que estaban en los bancos e hirió a otras 17 personas, según el jefe de policía de Mineápolis, Brian O’Hara. Las tres armas fueron adquiridas legalmente, dijeron los agentes de policía.

Westman, de 23 años, vivía en un edificio de ladrillo de tres plantas en un complejo de Richfield, un suburbio al sur de la iglesia. Trabajó en un dispensario local de cannabis durante varios meses a principios de este año.

Cuando tenía 17 años, presentó un documento judicial para cambiar su nombre de pila, de Robert a Robin. También lo firmó su madre. El documento señalaba que Westman “se identificaba como mujer y quiere que su nombre refleje esa identificación”.

En las redes sociales, algunos activistas conservadores han tomado la identidad de género de la atacante para retratar ampliamente a las personas transgénero como violentas o enfermas mentales. La policía no proporcionó ningún motivo para el ataque, pero el extenso historial de Westman en las redes sociales era un catálogo contradictorio de ira y reclamo.

En los videos que publicaba, aparentemente monólogos interiores, se obsesionaba con las armas, la violencia y los tiradores escolares. Mostró su propia provisión de armas, balas y lo que parecen ser artefactos explosivos, garabateados con lenguaje antisemita y racista y amenazas contra el presidente Donald Trump.

Los videos también muestran páginas de un diario, con largas anotaciones que describen el odio hacia sí misma, la violencia contra los niños y el deseo de infligirse daño. Las anotaciones del diario están escritas casi en su totalidad en inglés, pero utilizan letras cirílicas. Una pegatina del diario muestra banderas LGBTQ y transgénero con una pistola y el lema “Defiende la Igualdad”.

La policía dijo que los videos han sido retirados de internet.

El alboroto de la derecha por la identidad de género de Westman se hizo eco de la reacción politizada al tiroteo masivo de 2023 en la escuela Covenant de Nashville, que fue llevado a cabo por un antiguo alumno que, según dijo la policía, era transgénero.

En una conferencia de prensa, el alcalde de Mineápolis, el demócrata Jacob Frey, instó a la opinión pública a evitar convertir a las personas transgénero en chivos expiatorios tras la tragedia.

“He oído mucho odio dirigido a nuestra comunidad trans”, dijo. “Cualquiera que esté utilizando esto como una oportunidad para vilipendiar a nuestra comunidad trans —o a cualquier otra comunidad de ahí fuera— ha perdido su sentido de la humanidad común”.

“No deberíamos actuar desde el odio por nadie, sino desde el amor a nuestros hijos”, añadió. “Hoy han muerto niños. Esto tiene que tratarse de ellos”.