Virginia, Estados Unidos.- Lejos de los grandes centros de población mexicana como Los Ángeles, Houston o Chicago, el poblano Teodoro Rodríguez reparte arroz con leche durante un reciente festejo a la Virgen de Guadalupe en este suburbio de rápido crecimiento, a 45 minutos de la capital de Estados Unidos.

Confiado en que su fe en la Virgen de Guadalupe lo protegerá, Rodríguez es uno de los 4 millones de mexicanos que residen sin papeles en EU y que a partir del 20 de enero estarán en la mira de las deportaciones masivas que Donald Trump piensa lanzar una vez tome protesta como Presidente.

"Yo he vivido aquí cosas peores", dice Rodríguez a pregunta de Grupo REFORMA sobre si tiene miedo.

Y es que en este Condado de Prince William, los inmigrantes recuerdan cuando en 2007 el Gobierno local implementó lo que eran entonces los decretos anti-inmigrantes más duros de todo EU, limitando servicios a los indocumentados y ordenando a la Policía checar el estatus migratorio en cualquier parada rutinaria.

"Hubo un tiempo cuando aquí todos los inmigrantes, la mayoría, se fueron a diferentes condados, a otros lados. Y los negocios aquí en esta parte (de Virginia) se fueron a la quiebra", dice Rodríguez, quien a sus 40 años sobrevivió ese episodio que coincidió con la Gran Recesión económica de diciembre de 2007.

Hoy, los indocumentados mexicanos en Virginia son aún pocos -30 mil según el Pew Research Center-, pero el hecho de que el Gobernador Glenn Youngkin sea aliado cercano de Trump podría convertir al Estado en un laboratorio de la política de deportaciones masivas afectando esta pequeña comunidad.

'Todos los días tenemos miedo'

Desde inicios del siglo XIX hasta pasada la Segunda Guerra Mundial, el Condado de Prince William fue una dormilona zona rural en la planicie del Río Potomac al norte del Estado de Virginia con apenas una estación de tren en la Ciudad de Manassas donde se registraron episodios de la Guerra de Secesión estadounidense.

Iniciando en 1970 pero acelerándose tras 1990, el antes rural condado de Prince William se convirtió en un suburbio conectado con el área urbana de Washington, DC, a donde llegaron familias atraídas por los bajos costos de vida respecto a la capital del País y el traslado de algunos empleadores ligados al Gobierno.

Convertido también en un imán ante el crecimiento de la economía, incluido el sector construcción, el condado de Prince William vio entonces explotar la población latina pasando de 27 mil personas de origen latino en el año 2000 a más de 64 mil en 2007, incluyendo inmigrantes tanto legales como indocumentados.

Fue hasta aquí donde llegó Teodoro Rodríguez -entonces un joven indocumentado originario del Municipio de Izúcar de Matamoros, en Puebla, en busca de suerte- en medio de un boom inmobiliario que lo llevaría a construir una carrera laboral como técnico electricista y a la vez formar una familia.

"Yo soy el único que anda por aquí en estos rumbos perdidos", explica Rodríguez, quien hoy está casado con una inmigrante legal y tiene además 5 hijos, todos ellos ciudadanos estadounidenses.

Con más de 480 mil habitantes, Prince William es ya el segundo condado más grande de Virginia y uno de los más diversos étnicamente de EU, con inmigrantes llegados desde 140 países; sin embargo, en 2007, el rápido crecimiento poblacional desató tensiones, en particular contra la población indocumentada.

"He sobrevivido a todo eso malo que ha pasado. Entonces, no creo que vengan cosas peores. Yo creo que estando siempre con la fe en Dios y en la Virgencita de Guadalupe aquí vamos a seguir y no va a pasar nada malo", comenta Rodríguez recordando el episodio de decretos antiinmigrantes de hace 18 años.

Ese 2007, los decretos de las autoridades locales -negando servicios a indocumentados, apretando las reglas de alquiler y la obligación de la Policía para preguntar por el estatus migratorio- terminarían expulsando a entre 2 mil y 6 mil indocumentados de Prince William, según la Universidad de Virginia.

Eventualmente, el condado de Prince William suavizaría sus medidas anti-inmigrantes -centrándose únicamente en ir contra indocumentados arrestados previamente por la Policía- y la propia autoridad local terminaría transformándose de sólidamente conservadora a dominada por posiciones más moderadas.

Según datos del Migration Policy Institute, la población indocumentada en Prince William ronda hoy las 36 mil personas, de las cuales unas 5 mil serían mexicanos, buena parte de ellos, como Rodríguez, con hijos pequeños como ciudadanos estadounidenses.

En los meses pasados, el equipo del Presidente electo Donald Trump ha dejado claro que sus planes de deportación de indocumentados no se detendrían, incluso si estos tienen hijos ciudadanos estadounidenses, algo que en otros miembros de esta comunidad católica de Prince William genera cierta desazón.

"Todos los días tenemos miedo, pero le pedimos a ella (la Virgen de Guadalupe) que nos ayude, que nos proteja, que nos cuide a todos", dice Elvia Lucero Ramos, una inmigrante originaria de Ciudad Nezahualcóyotl en el Estado de México, durante la celebración guadalupana en este suburbio.

"No sabemos como vayan a ser las cosas de hoy en adelante, que cada día se ponen más difíciles", agrega.

Con más de 21 años viviendo como indocumentada en Estados Unidos, Lucero Ramos es madre soltera de tres hijos y labora en el control de inventario de una cadena de supermercados en el vecino Estado de Maryland además de desarrollar una carrera como cosmetóloga en el área de Prince William, aquí en Virginia.

Portando un cuadro de la Virgen del Tepeyac durante la misa de celebración el pasado 12 de diciembre , Lucero Ramos tampoco cuenta con un plan sobre qué hacer en caso de verse afectada por alguna redada de deportación en los próximos meses, pero apela a la fe como su principal defensora ante una eventualidad.

En centros más grandes, con organizaciones promigrantes más establecidas, defensores han empezado a aconsejar a las familias tener listos "paquetes de emergencia", con documentos y poderes notariales, particularmente útiles cuando los hijos estadounidenses quedan separados de sus padres deportados.

Se preparan para lo peor

Con cantos típicos de México como "Buenos Días Paloma Blanca" y "Adiós Madre del Cielo", la celebración a la Virgen de Guadalupe ocurre dentro de un auditorio de una escuela secundaria, pues la comunidad católica con servicios en español es tan nueva aquí en Prince William que aún no tienen templo propio.

Fundada como la Misión de San Gabriel Arcángel, la comunidad católica en esta zona de Prince William es guiada por el sacerdote salvadoreño Guillermo González, quien en su homilía no habló de política, pero si asoció la aparición de la Virgen de Guadalupe en 1531 como crucial para unir dos razas en las Américas.

"Me pongo en el lugar de otros, como yo estuve hace años de no poder ver a mis padres (en México)", dice durante el festejo Elizabeth Reséndiz, una inmigrante y residente legal, quien llegó a Prince William hace 20 años hablando de otras familias, pero reconociendo sido indocumentada aquí sin poder viajar fuera de EU.

"Hay familias aquí que tienen hijos no solamente en México, sino también El Salvador, Guatemala, y que son familias separadas. Y hay que ponernos en el lugar de ellos", menciona Reséndiz, hoy de 47 años de edad y con más de 20 años en el condado de Prince William tras llegar desde Ciudad Fernández, San Luis Potosí.

Además de inmigrantes que dejaron sus familias en sus lugres de origen, buena parte de los inmigrantes legales e indocumentados en el condado de Prince William han formado familias ya aquí y en muchos casos tienen hijos nacidos en EU, lo que los convierte en ciudadanos, y en familias con estatus migratorios mixtos.

A nivel nacional, el Migration Policy Institute reporta que existen más de 4 millones de niños estadounidenses con padres indocumentados; para el caso específico de Virginia, el número es de 74 mil niños y estas familias serían las que podrían llevarse el golpe más grande de ocurrir deportaciones de alguno de los padres.

Anticipándose a la intensificación de las deportaciones de indocumentados que pudiera ocurrir a partir del 20 de enero con la llegada de Trump, el personal consular mexicano ha comenzado una serie de acciones de orientación jurídica vía Facebook y otras redes sociales para poder resolver preguntas básicas.

"Estamos grabando videos (...) entrevistando a los abogados migratorios con preguntas muy concretas como: ¿Qué documentos debo tener conmigo? ¿Qué plan de prevención debo adoptar en el caso de que yo sea deportado? ¿Cómo debo cuidar jurídicamente mis bienes, mis vehículos, mis hijos?", señala Rafael Laveaga, jefe de la Sección Consular de la Embajada de México en Washington que cubre el Estado de Virginia.

Como parte del plan de cuatro puntos delineado por el Canciller mexicano Juan Ramón de la Fuente, la Sección Consular en Washington tiene ya contratos con cinco despachos para dar asesoría legal básica para los mexicanos del área de Virginia y áreas circundantes que están bajo su jurisdicción directa.

Pero entre los asuntos a los que el personal consular mexicano está poniendo más atención es a las informaciones sobre si el nuevo Gobierno de Trump rescindirá una política de 2011 que prohíbe realizar redadas migratorias en lugares sensibles como escuelas o iglesias, como reportó NBC News este diciembre.

"Las personas pueden acudir a nosotros porque no queremos que se sientan solas. Estamos detectando que hay un creciente miedo a deportaciones masivas o desde lugares que otrora no se han producido como pueden ser iglesias, centros comunitarios y escuelas. Yo espero que no ocurran", asegura Laveaga.

Específicamente, la Sección Consular de la Embajada de México está encargada de cubrir las necesidades de los mexicanos, incluyendo en el Distrito de Columbia, pero también en tres grandes Estados como Virginia, Maryland y West Virginia, donde en total residen unos 320 mil mexicanos, muchos de ellos indocumentados.

"Tenemos que ir a donde está la comunidad. El Canciller De la Fuente nos ha dicho: queremos cónsules de territorio no de escritorio", comenta el cónsul Laveaga recordando que hay zonas de West Virginia que quedan entre siete y ocho horas de distancia en automóvil desde la capital estadounidense.

'Dios sabrá qué destino tiene para cada quien'

En sus 24 años como indocumentado en esta región del Norte de Virginia, Teodoro Rodríguez ha logrado formar una familia junto a su esposa Cristina Méndez -quien reside legalmente aquí- y sus cinco hijos ciudadanos estadounidenses, además de convertirse en un profesional independiente como electricista.

Miembro destacado de esta joven comunidad católica en el condado de Prince William, Rodríguez cree que la amenaza de deportaciones de Trump afectará principalmente a personas con récords criminales y que su fe lo protegerá.

"No va a pasar nada malo. Más bien, será malo para las personas que hacen algo malo. Pero si estamos con la gracia de Dios, yo creo que todos estamos bien", dice Rodríguez.

Con dos ollas de arroz con leche agotadas por sus compañeros durante el festejo a la Virgen de Guadalupe, el nativo de Izúcar de Matamoros sobrevivió ya a dos crisis económicas en este País, además de las duras leyes antiinmigrantes de 2007 en esta zona del Estado de Virginia, lo que le da seguridad.

"Cuando salgo a veces de la casa (a trabajar), mi hija, la más chiquitita me persigna y me dice: 'que Dios te acompañe'", dice Rodríguez.

"(Mis hijos) nunca han pensado que yo no vaya a regresar Pero si un día llega a pasar eso, pues Dios sabrá. Dios sabrá que destino tiene para cada quien".

La más reciente estimación del Pew Research Center realizada en julio de 2024 (usando números de 2022) ubica el número total de indocumentados mexicanos en EU en 4,070,000.

Alabama 25,350

Alaska 1,100

Arizona 167,500

Arkansas 46,900

California 1,134,000

Colorado 95,200

Connecticut 13,500

Delaware 5,000

District of Columbia 1,000

Florida 149,500

Georgia 112,500

Hawaii 1,800

Idaho 30.400

Illinois 212,000

Indiana 39,600

Iowa 21,450

Kansas 44,000

Kentucky 14,500

Louisiana 13,000

Maine No estadísticamente significativo (NES)

Maryland 24,000

Massachusetts 6,500

Michigan 27,300

Minnesota 30,400

Mississippi 9,500

Missouri 19,600

Montana NES

Nebraska 15,200

Nevada 102,600

New Hampshire 900

New Jersey 75,200

New Mexico 39,000

New York 149,500

North Carolina 126,750

North Dakota 2,100

Ohio 23,400

Oklahoma 57,000

Oregon 63,600

Pennsylvania 25,300

Rhode Island 2,250

South Carolina 36,900

South Dakota 2,000

Tennessee 44,800

Texas 841,500

Utah 58,300

Vermont NES

Virginia 30,250

Washington 110,500

West Virginia NES

Wisconsin 41,600

Wyoming NES