Seúl.- Ya con 30 minutos de retraso, el piloto del avión de Jeju Air con 181 personas a bordo se disponía a aterrizar en su destino, al suroeste de Corea del Sur, el domingo por la mañana, cuando la torre de control le advirtió de la presencia de bandadas de aves en la zona.
Dos minutos más tarde, a las 8:59 a. m., el piloto informó de un “impacto de ave” y de una “emergencia”, dijeron las autoridades. Comunicó a la torre de control del aeropuerto internacional de Muan que iba a hacer una maniobra de go-around, es decir, que abortaría su primer intento de aterrizaje y daría vueltas en el aire para prepararse para un segundo intento. Pero, al parecer, no tuvo tiempo suficiente para dar toda la vuelta.
En lugar de eso, solo un minuto después, el piloto veterano —con casi 7000 horas de vuelo en su carrera— se aproximaba a la pista desde la dirección opuesta, de norte a sur. Y tres minutos después, a las 9:03 a. m., su avión, el vuelo 7C2216 de Jeju Air, se estrelló contra una estructura de hormigón en el extremo sur de la pista, envuelto en una bola de llamas.
Murieron todas menos dos de las 181 personas que iban a bordo, la mayoría surcoreanos que regresaban a casa tras unas vacaciones de Navidad en Tailandia. El accidente fue el peor desastre de la aviación en suelo surcoreano y el más mortífero en todo el mundo desde el del vuelo 610 de Lion Air en 2018, en el que murieron las 189 personas que iban a bordo.
Mientras las autoridades se apresuraban a investigar el suceso, ha surgido una pregunta central entre los analistas: ¿Qué ocurrió durante los cuatro minutos que pasaron entre el reporte urgente del piloto sobre el impacto de un ave y la caída mortal del avión?
Videos del Boeing 737-800 que llegó al aeropuerto mostraban cómo se deslizaba por la pista sin el tren de aterrizaje desplegado. Mientras se precipitaba sobre su vientre, envuelto en lo que parecían nubes de polvo, humo y chispas, no pareció capaz de reducir su velocidad antes de estrellarse contra la estructura de hormigón que había 250 metros después del final de la pista.
“Una gran interrogante es por qué el piloto tenía tanta prisa por aterrizar”, dijo Hwang Ho-won, presidente de la Asociación Coreana para la Seguridad Aérea.
Cuando los pilotos planean hacer un aterrizaje de vientre normalmente intentan ganar tiempo, tirando combustible extra desde el aire y dando tiempo para que el personal de tierra se prepare para la emergencia, dijo Hwang. Pero al parecer el piloto de Jeju Air decidió que no disponía de ese tiempo, dijo. “¿Perdió los dos motores?”, dijo Hwang. “¿La decisión de aterrizar con tanta prisa fue un error humano?”.
Los funcionarios recuperaron la “caja negra” del avión, una grabadora electrónica de vuelo que contiene la voz de la cabina y otros datos del vuelo que ayudarían a la investigación de los accidentes de aviación. El aparato estaba parcialmente dañado, por lo que podría llevar tiempo recuperar los datos, dijo Ju Jong-wan, director de política de aviación del Ministerio de Tierra, Infraestructura y Transporte.
Dado que la investigación se encuentra aún en una fase preliminar, las autoridades fueron cautelosas y evitaron hacer declaraciones anticipadas sobre las preguntas que surgen de la caída del avión, incluyendo si ambos motores del avión estaban apagados al momento del aterrizaje. Sin embargo, expertos que han visto las imágenes del aterrizaje señalaron que el avión parecía haber enfrentado una combinación fatal de factores que agravaron significativamente la catástrofe.
El aeropuerto de Muan tiene normalmente una pista de aterrizaje de 2800 metros de longitud. Pero cuando el avión de Jeju Air se encontraba aterrizando solo se podían utilizar 2500 metros, debido a las obras de construcción que se estaban realizando para ampliar la pista. (Aun así, esto es suficiente para aterrizar un 737-800, según las autoridades). El domingo, además, el avión no aterrizó en la zona habitual de contacto, sino más adelante de lo normal.
Al descender, el piloto parecía incapaz de controlar tanto los motores como el tren de aterrizaje, lo que le privó de dos de los tres medios clave del avión para reducir la velocidad: el freno del tren de aterrizaje y la inversión del empuje de los motores, dijeron los expertos en aviación. También dijeron que el avión tampoco parecía haber activado los alerones, otro medio de reducir la velocidad.
El avión iba tan rápido que pasó más allá de la pista y se estrelló directamente contra una estructura de hormigón rodeada por un montículo de tierra. La estructura se había construido para instalar la llamada antena localizadora, que ayuda al piloto a mantener la trayectoria de aproximación correcta.
Ju dijo que esa estructura de hormigón se encontraba en otros aeropuertos de Corea del Sur y del extranjero. Se construyó de acuerdo con las normas, pero el gobierno tenía previsto investigar si estas debían ser revisadas a raíz del accidente de Jeju Air, dijo. Algunos expertos, entre ellos Hwang, dijeron que si no hubiera existido esa estructura de hormigón, o si la antena se hubiera instalado en un soporte más fácil de romper, el avión podría haber evitado la tragedia.
Sin embargo, también enfatizaron que los problemas del avión empezaron antes de que se impactara contra la estructura.
“Un problema en el motor no significa necesariamente un problema en el tren de aterrizaje; ambas cosas no necesariamente están relacionadas”, dijo Paek Seung-joo, profesor de seguridad pública de la Universidad Open Cyber de Corea. “Pero en este caso, parece que ocurrieron ambas cosas, lo que obligó al avión a decidir hacer un aterrizaje de vientre en cuestión de minutos”.
Incluso si el avión había perdido un motor debido a un impacto con un ave, el piloto de todas formas podría haber operado una bomba hidráulica para bajar el tren de aterrizaje utilizando la energía del otro motor, señaló J. Y. Jung, experto en aviación de la Universidad Khyungwoon en Corea del Sur.
Los analistas también dijeron que si se perdían ambos motores, el piloto aún podía bajar manualmente el tren de aterrizaje. Sin embargo, dada la prisa con que el piloto intentó aterrizar, es posible que no tuviera tiempo suficiente, señalaron.
“Preguntas como estas no tendrán respuesta hasta que examinen el registrador de datos de vuelo del avión”, dijo Jung.
También se ha puesto atención al riesgo de colisión con aves. Las aves migratorias viajan a lo largo de la costa occidental de la península coreana porque sus marismas les proporcionan sitios ideales para descansar y alimentarse. El aeropuerto de Muan estaba rodeado de estos lugares y era más propenso a los choques con aves que otros aeropuertos de Corea del Sur, según datos del gobierno sobre choques con aves. Los funcionarios dijeron que investigarían si el aeropuerto había aplicado las recomendaciones del gobierno para mantener alejadas a las aves.
También dijeron que investigarían si Jeju Air había escatimado esfuerzos en materia de seguridad en un intento por maximizar sus ganancias. Jeju Air es la mayor de las nueve compañías de bajo costo de Corea del Sur, y una de las más agresivas a la hora de atraer pasajeros. Sus aviones trabajan más horas que los de la competencia, dijeron las autoridades. En las 48 horas que precedieron a la catástrofe en Muan, el avión de Jeju Air había realizado una docena de viajes dentro de Corea del Sur o a China, Taiwán, Malasia y Japón.
El gobierno también dijo que realizaría inspecciones de seguridad de todos los aviones Boeing 737-800 operados por las compañías aéreas del país. Hicieron esta declaración después de que un avión de pasajeros Boeing 737-800 de Jeju Air que partió el lunes del aeropuerto de Gimpo, en Seúl, con destino a la isla meridional de Jeju, reportara un problema en el tren de aterrizaje tras el despegue y regresara a Gimpo.
Jeju Air señaló que el problema fue solucionado mientras el avión estaba en el aire, luego de que el piloto consultara con el equipo de mantenimiento en tierra.
“Pero el piloto de todas formas quiso volver al aeropuerto para una revisión de seguridad”, dijo Song Kyong-hun, ejecutivo de Jeju Air.