El líder de Somalia dijo el miércoles que era "mejor no responder" un día después de que el Presidente Donald Trump llamara "basura" a los migrantes somalíes durante una arremetida xenófoba.

"No somos el único país al que Trump insulta", dijo el Primer Ministro Hamza Abdi Barre ante una audiencia en una cumbre de innovación en Mogadiscio, la capital somalí, en respuesta a una pregunta sobre los comentarios de Trump, según un video publicado por Shabelle TV, una red de medios local.

"A veces es mejor no responder".

Somalia, una nación de 19 millones de habitantes en el Cuerno de África, ha considerado durante mucho tiempo a Estados Unidos como un aliado clave en la lucha contra el grupo terrorista al-Shabab. Aunque la Administración Trump ha recortado los presupuestos de ayuda exterior en los últimos meses, Estados Unidos entregó alrededor de 128 millones de dólares a Somalia en el año fiscal 2025.

Pero el martes, Trump dijo que el país "apesta" y que no quería migrantes somalíes en Estados Unidos.

"Vamos a ir por el camino equivocado si seguimos metiendo basura en nuestro país", dijo Trump en una reunión de gabinete en la Casa Blanca.

En Somalia, el miércoles, algunas personas estaban molestas porque su Gobierno no había criticado los comentarios de Trump.

"Los líderes y políticos somalíes tienen que defender a la nación y los intereses nacionales", dijo Abdullahi Omar, de 35 años, comerciante en Mogadiscio.

"¿Por qué han mantenido la boca cerrada sobre el discurso de odio de Trump hacia nuestro pueblo?"

Otros se mostraron frustrados por lo que consideraron un patrón de desprecio hacia África por parte de Trump, quien tiene un historial de insultar a personas negras, en particular a las de países africanos.

"No somos basura", dijo Ali Yahye, de 24 años, diseñador gráfico en Mogadiscio.

"Las declaraciones de Trump fueron infundadas y la comunidad somalí en Estados Unidos ha hecho muchas contribuciones al país".

Anwar Abdifatah Bashir, director ejecutivo del Instituto de África Oriental para la Paz y la Gobernanza, describió los comentarios de Trump como "insultos descarados", pero dijo que el gobierno somalí era poco probable que criticara a la Administración Trump porque todavía proporciona a Somalia cierto apoyo financiero.

La Administración Trump desmanteló este año la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, cortando vastas sumas de ayuda exterior a los países más pobres del mundo, incluido Somalia. Muchos somalíes aún luchan contra la grave crisis humanitaria que siguió a años de severa sequía, que mató al menos a 43 mil personas allí solo en 2022, y a las fuertes lluvias e inundaciones de 2023.

"Si guardan silencio, están apoyando indirectamente su retórica grandilocuente e hiperbólica", dijo Bashir.

Trump ha usado ese tipo de retórica durante todo su ascenso en la política, incluso en su primer mandato como Presidente, cuando exigió saber por qué Estados Unidos aceptaría migrantes de Haití y de naciones africanas, a las que describió como "países de mierda", en lugar de, por ejemplo, Noruega.

Pero desde hace tiempo se ha enfocado especialmente en los somalíes en Estados Unidos y, en particular, en la representante Ilhan Omar, demócrata por Minnesota, quien llegó a Estados Unidos desde Somalia como refugiada y se convirtió en ciudadana hace 25 años.

Los comentarios de Trump se produjeron cuando una operación de control migratorio comenzó a apuntar a somalíes en la región de Minneapolis-St. Paul, como parte de la ofensiva migratoria de la administración Trump.

Los somalíes comenzaron a migrar a Minnesota en grandes números cuando la nación de África Oriental cayó en una guerra civil a mediados de la década de 1990. Hay alrededor de 79 mil 400 somalíes en el estado, de los cuales poco más de la mitad nacieron en el extranjero, según datos recientes de Minnesota Compass, un grupo de investigación del estado.

Activistas pro migrantes y funcionarios locales dicen que la gran mayoría de los habitantes de Minnesota con raíces somalíes son ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes legales. A nivel nacional, alrededor del 73 por ciento de los migrantes somalíes son ciudadanos naturalizados de Estados Unidos, según la Oficina del Censo.

Trump ha recurrido a la migración como un arma política potente, demonizando a los migrantes y equiparándolos con la delincuencia y las enfermedades. En una publicación en redes sociales la semana pasada, Trump afirmó que los somalíes estaban "apoderándose" de Minnesota y que bandas somalíes estaban "recorriendo las calles en busca de 'presas'".

Abdirashid Hashi, analista que alguna vez dirigió el Instituto Heritage de Estudios de Políticas, un centro de investigación no partidista con sede en Mogadiscio, condenó ese enfoque como groseramente desproporcionado.

"Hay unos 40 millones de somalíes en todo el mundo", dijo en la plataforma social X, señalando la diáspora en toda África. Dijo que, si bien un número "microscópico" de somalíes en la diáspora pudo haber cometido delitos, "reducir a todo un pueblo a las acciones de unos pocos es simplemente prejuicioso y deshonesto".