CDMX.- La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, ordenada por Donald Trump, podría impactar al combate contra la crisis climática.

Una orden ejecutiva que firmó el Presidente Donald Trump tras asumir el cargo fue notificar a las Naciones Unidas la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, un pacto mediante el cual 194 países y la Unión Europea se han comprometido a reducir sus gases de efecto invernadero (GEI) para combatir la crisis climática.

Es una decisión importante porque Estados Unidos es el mayor emisor histórico de GEI y el actual segundo emisor más grande (por detrás de China), de acuerdo con el Programa de Derecho Ambiental y Energético de la Escuela de Derecho de Harvard.

El Mandatario argumentó que ese tipo de pactos dirigen dinero de los contribuyentes estadounidenses a países que no requieren ni merecen asistencia financiera, se lee en la orden titulada “Poniendo a América (Estados Unidos) primero en acuerdos ambientales internacionales”.

Trump instruyó a la Embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Dorothy Shea, a enviar una notificación escrita formal a la ONU sobre el retiro de su país del Acuerdo de París.

¿Qué es el Acuerdo de París?

El Acuerdo de París es un tratado internacional sobre cambio climático legalmente vinculante, así que su acatamiento es obligatorio para los involucrados. Ha sido ratificado por 194 países y la Unión Europea.

Su objetivo es limitar el calentamiento mundial a una cifra muy por debajo de los 2 grados centígrados con respecto a los niveles previos a la Revolución Industrial (en este período comenzó a aumentar el uso de combustibles fósiles).

Para alcanzar el objetivo, los países se comprometen a reducir sustancialmente sus emisiones de GEI.

El compromiso estadounidense más reciente, comunicado a la ONU por el Gobierno de Joe Biden en diciembre de 2024, es reducir sus emisiones entre 61 y 66 por ciento para 2035 con respecto a los niveles de 2005.

¿Qué ha pasado con Estados Unidos?

Estados Unidos se unió formalmente al Acuerdo de París en septiembre de 2016 durante la Presidencia de Barack Obama.

Un año más tarde, en la primera Administración de Trump, el país anunció su intención de retirarse. No lo hizo inmediatamente porque el artículo 28 del pacto establece que las partes (los países) pueden hacerlo después de tres años desde la entrada en vigor del Acuerdo de París (noviembre de 2016).

Las partes deben entregar una notificación escrita a la ONU y la retirada se hace efectiva un año después de su recepción.

El Gobierno de Trump esperó hasta noviembre de 2019 para enviar su notificación, de manera que pudo retirarse oficialmente en noviembre de 2020.

Una vez que Joe Biden llegó a la Presidencia comenzó el proceso para que Estados Unidos se uniera de nuevo, lo que sucedió oficialmente en enero de 2021.

“Estados Unidos permaneció siendo parte por casi todo el primer mandato de Trump. Personal especializado del Departamento de Estado continuó participando en negociaciones en curso de manera significativa (…). Al final, Estados Unidos estuvo fuera del Acuerdo de París sólo unos meses”, precisó el economista ambiental Robert N. Stavins en una publicación del Instituto Salata para el Clima y la Sustentabilidad de la Universidad Harvard.

¿Qué pasará esta vez?

A diferencia de la primera retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París, en esta ocasión no tendrá que esperar tres años para consumarla, sino sólo un año.

En cuanto la ONU reciba la notificación escrita, el retiro se hará efectivo tras 12 meses. Mientras tanto, seguirá siendo parte del pacto y continuará participando por completo en todas sus actividades, como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se llevará a cabo en noviembre de 2025 en Belém, Brasil.

Cuando Estados Unidos se retire, será el cuarto país en no ser miembro del Acuerdo de París, junto con Irán, Libia y Yemén.

Si bien aún estará obligado a cumplir el objetivo, analistas temen que la Administración de Trump ignore los compromisos durante el período de transición, advirtió el Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés).

“Si una parte se retira, siempre es bienvenida a reunirse: la puerta siempre está abierta”, apunta la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

¿Otros seguirán a EU?

Una preocupación de algunos expertos es que otros países sigan el ejemplo de Trump y se retiren del Acuerdo de París. Al respecto, el Fondo para la Defensa del Medio Ambiente (EDF, por sus siglas en inglés) recordó que ninguno siguió el camino del Mandatario cuando Estados Unidos salió en 2020.

“En este momento no parece que otros países se estén preparando para seguir los pasos de Trump, a pesar de la controversia suscitada en las conversaciones de la COP29, cuando el Presidente argentino Javier Milei ordenó a sus negociadores que se retiraran a los pocos días de iniciadas las negociaciones”, escribió Rebekkah Markey-Towler, investigadora de Melbourne Climate Futures de la Universidad de Melbourne.

¿Qué consecuencias se esperan?

La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París significa que no tendrá que reportar sus objetivos climáticos ni sus metas de reducción de emisiones, lo que socavará su rendición de cuentas a nivel internacional, sostiene la organización Global Citizen.

Aunque podrá continuar asistiendo a las COP, sólo tendrá el estatus de observador y no podrá influir significativamente en decisiones clave, agrega.

Un efecto secundario es que disminuirán sus responsabilidades legales de proveer financiamiento climático a países de bajos ingresos y vulnerables a los impactos del cambio climático.

En la COP29 se acordó que los países desarrollados destinen 300 mil millones de dólares (mmdd) al año a los países en desarrollo.

Ningún país tiene asignado con cuánto debe contribuir, pero cálculos basados en las emisiones históricas de Estados Unidos y su habilidad para pagar apuntan a que debería aportar 44.6 mmdd, de acuerdo con Debbie Hillier de Mercy Corps.

Otra preocupación es que se limite la reducción de sus emisiones. Rhodium Group, una organización de investigación, estima que si Trump revierte acciones ejecutivas sobre el clima y la Ley de Reducción de Inflación del Gobierno de Biden, Estados Unidos podría disminuir entre 24 y 40 por ciento sus emisiones de GEI para 2035, en lugar del 61 al 66 por ciento comprometido actualmente.