¿Puede el mundo contra el cambio climático sin EE. UU.?
Esta semana, líderes de todo el mundo se reúnen a orillas del Amazonas en Belém, Brasil, para las charlas anuales sobre el clima. La lista de invitados es un poco escasa.
Los líderes de China, Rusia y Japón no asistirán. Tampoco los de Australia, Indonesia y Turquía. Pero la ausencia más notable es la de Estados Unidos. Por primera vez desde que los países empezaron a reunirse hace 30 años para adoptar medidas contra el calentamiento global, Estados Unidos no envía a ningún alto funcionario.
La premisa de estas reuniones es que el cambio climático no conoce fronteras y solo se puede frenar si los países se unen. ¿Puede el mundo hacerlo sin Estados Unidos?
Noticias más o menos buenas
Hace 10 años, en París, casi todos los países del mundo acordaron un objetivo común: mantener el aumento promedio de la temperatura global “muy por debajo” de los 2 grados Celsius y, preferiblemente, más cerca de 1,5 grados, en comparación con los niveles preindustriales.
[El gráfico a continuación muestra las emisiones de gases de efecto invernadero y el calentamiento global previsto entre 2000 y 2100].
Las noticias más o menos buenas: el crecimiento más lento de las emisiones significa que el arco del aumento de la temperatura se ha inclinado hacia abajo en los últimos 10 años. Si los países mantienen sus políticas actuales, se prevé que la temperatura promedio del planeta aumente entre 2,5 y 2,9 grados Celsius a finales de siglo, lo que sigue siendo malo, pero es una mejora considerable respecto a donde estábamos hace una década. Estos gráficos muestran 10 grandes hechos de importancia en materia climática ocurridos en la última década.
El Acuerdo de París entró en vigor en noviembre de 2016, apenas unos días antes de que Donald Trump fuera elegido presidente por primera vez. Trump ha calificado el cambio climático de “farsa” y está en proceso de retirar a Estados Unidos del acuerdo por segunda vez.
En el segundo mandato del presidente Trump, Estados Unidos ha abandonado las promesas que había hecho al resto del mundo para reducir la quema de combustibles fósiles en su propio territorio. Es más, ha socavado los esfuerzos de otros países por reducir las emisiones, bloqueando un límite internacional a la producción de plásticos derivados del petróleo y frustrando el primer impuesto global a las emisiones del transporte marítimo.
Algunos funcionarios han insinuado que, sin Estados Unidos, podría ser incluso más fácil alcanzar acuerdos en torno a la acción climática, informa mi colega Lisa Friedman.
Pero Estados Unidos es el mayor productor de petróleo y el principal exportador de gas natural. También es el país más rico del mundo, y eso importa: los países pobres, que han contribuido muy poco al cambio climático, dependen de las naciones más ricas para adaptarse a un planeta más cálido y a la transición hacia formas de energía más limpias.
Una superpotencia climática emergente
Ahora, la esperanza recae en China y en las economías emergentes para llenar el vacío, me dijo mi colega Somini Sengupta.
China es el mayor emisor de gases de efecto invernadero del planeta. Pero también encabeza el desarrollo de energías renovables. El año pasado instaló más turbinas eólicas y paneles solares que el resto del mundo en conjunto. El país hoy domina las industrias de energía limpia, desde las tecnologías patentadas hasta las materias primas esenciales, y está vendiendo muchas de ellas al mundo. Empresas chinas están construyendo fábricas de vehículos eléctricos y baterías en Brasil, Tailandia, Marruecos y Hungría.
El dato que más me llamó la atención es que, según un reciente análisis de The Economist, China ya gana más dinero exportando tecnología verde que Estados Unidos exportando combustibles fósiles.
[El gráfico a continuación muestra que los pronósticos subestiman el crecimiento de la energía solar].
La tecnología limpia y asequible es clave para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir las emisiones globales. Hoy, hay paneles solares que cuelgan de los balcones de los apartamentos en Alemania y cubren extensas zonas del desierto saudí y las llanuras tibetanas.
Los paneles solares, las baterías y los vehículos eléctricos —más baratos— fabricados en China han hecho posible que países como Brasil, Sudáfrica e India adopten tecnologías más limpias. En el sector eléctrico de India, por ejemplo, más de la mitad de la capacidad de generación proviene ya de fuentes solares, eólicas e hidroeléctricas.
Los años más calurosos jamás registrados
A pesar de estos avances, la temperatura sigue subiendo. Los últimos 10 años han sido los más cálidos de los que se tiene registro, y 2024 fue el más caluroso de todos, con olas de calor extremo que causaron la muerte de trabajadores electorales en India y de peregrinos durante el hach en Arabia Saudita.
[El gráfico a continuación muestra el aumento de la temperatura a nivel mundial].
Muchos ya tienen que adaptarse a las condiciones de un planeta transformado. En India, un sindicato de mujeres ha creado un pequeño plan de seguros para ayudar a las trabajadoras cuando el calor hace que sea demasiado peligroso laborar. En Malaui y Uganda, la gente está experimentando con el cultivo de diferentes productos. Pero, como señala Somini, no hay suficiente dinero para ayudar a los más vulnerables, ni de lejos.
Así que, en cierto modo, la pregunta de si el mundo puede hacer frente al cambio climático sin Estados Unidos no es del todo la pregunta correcta. Estados Unidos es un país grande e importante, y la forma en que decida actuar afectará al futuro de todos. Pero el cambio climático ya está ocurriendo, y el mundo tendrá que adaptarse. Como dijo un experto en clima: “Tenemos que actuar con o sin Estados Unidos”.
