José Carlos Hernández, especialista en Investigación Criminal, Delincuencia Organizada y Sistema Penitenciario dijo que el caso de Jasiel Giovanny C.L. es un caso de filicidio, el cual consiste en privar de la vida a un hijo por parte de uno de sus padres o ascendientes y que este pudo haber sido cometido por neurosis o por lastimar a la madre.
“Este es un delito que ha alcanzado mayor fuerza en México; en el 2023 hubo mil 138 filicidios y en el 2024, hablamos de más de mil 900, aumentando casi cerca del cuarenta por ciento de estos hechos donde el padre biológico o madre biológica o bien los padres en su caridad de padrastro o madrastra cometieron este tipo de hechos”, explicó.
En ese mismo sentido, dijo que estos pueden ocurrir por varias razones: la primera es por razones psicóticas –antes llamadas locuras-.
“Ya no se llaman así, ahora son trastornos permanentes graves; por ejemplo, una esquizofrenia o una paranoia que puede llevar a matar al hijo o a la hija.
La segunda es el filicidio por fanatismo religioso…
“Eso es porque la persona que lo comete dice que Satanás o Dios ordenó que lo matara”.
El tercero es por neurosis, es decir por trastornos de ansiedad. Ahí, el experto explicó que son una serie de elementos detonantes y se toma la decisión tajante y directa de cortarle la vida a un hijo o hijastro.
Por último, Carlos Hernández refirió que también está filicidio por violencia vicaria donde lo hacen para causarle daño a una víctima primaria que es la pareja; causándole un daño a la víctima secundaria para lastimarla.
“Es utilizado como medio amenazante o como medio eficaz para causarle daño la pareja. Estos dos últimos es donde probablemente, (dije probablemente), encaje esta tipología criminológica de la intervención probable de este joven que privó de la vida a su hijastro”, señaló.
En el caso específicamente de Jasiel Giovanny quien fue asesinado y localizado en una bolsa negra, el especialista dijo que es un filicidio equiparado porque aunque no es padre biológico este cumplía con una función protectora paternal y de relación sentimental.
Aunado a eso, el doctor recordó que en mayo del 2023 y con motivo de una de sus ponencias, el diputado Omar Bazán propuso ante el Pleno del Congreso del Estado la tipificación como tal en el Código Penal de filicidio, elevando las penas hasta 60 años de prisión.
“Creemos que es sumamente necesario darle esa contextualización punitiva dentro del Código Penal para que no haya ninguna razón que impida llevar un proceso no adecuado”.
En ese mismo sentido, él dijo que la identidad de género no es un factor contundente o detonante para llevar una prosecución del procedimiento y del proceso de forma normalizada.
“Únicamente hay que adecuarla tanto en la investigación como en las etapas procedimentales con perspectiva de género y en el máximo respeto a los derechos humanos que por su identidad elegida es merecedora”.
Recordó además, que Abraham Alejandro F.D., fue enviado a un penal femenil hasta que ya en tanto se defina en el juicio y en la ejecución de penas dónde debe permanecer.
De igual manera, hizo énfasis en que el sistema de investigación y el penitenciario, tienen que adaptar todos los protocolos, procedimientos, y procesos para hacer frente a este tipo de delincuencias.
“Aquí el hecho es que hubo una materialización o consumación de varios hechos delictivos que se dieron en un entorno inmediato como es lesiones, violación, homicidio, delitos en materia de omisión de cuidados que por lo tanto en conjunto y de acuerdo al Código Penal de aplicarse la pena máxima para cada uno de ellos y la sanción se eleva a más de ciento doce años de prisión”.
Dijo además que como la víctima tenía ocho años eso lo agrava.
“Este es un acto destructor hacia un niño que no podía defenderse frente a la fuerza de una persona mucho mayor que él. Entonces esto es un hecho terrible de una bestialidad criminal inextinguible que por desgracia ya empieza a permear en todo el país”.
Carlos Hernández Aguilar, informó que de acuerdo con el Inegi, únicamente el ocho por ciento de los delitos se denuncian en términos generales.
“O sea, 92% de los delitos consumados no se denuncian. Por lo tanto, las conductas violentas en cualquiera de sus seis manifestaciones intrafamiliares no se denuncian, entran en un grado de impunidad. Consecuentemente, tenemos que por lo menos el 79% de los hogares mexicanos ha padecido una o más veces crisis de violencia intrafamiliar”, afirmó.
Por ello, hizo un señalamiento contundente en que urgen políticas públicas que restablezcan emergentemente el núcleo familiar.
“No se trata de políticas asistencialistas o mediáticas, sino una reingeniería del tejido familiar que está completamente carcomido, necrosado y estancado en cuanto a las tareas de pacificación social”, finalizó.