Chihuahua, Chih.- Sorpresivamente, la acusada de matar en 2022 a un comandante ministerial, a su escolta y cuatro personas más, María del Rosario C.H., alias “La Manzanita”, presentó ayer como sus testigos de descargo a otro comandante y dos elementos más de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI).

Ella fue detenida la semana pasada en Nuevo Casas Grandes y vinculada a proceso ayer por la jueza de control Paola Otero Monárrez, quien desestimó las declaraciones de los policías porque sus testimonios no tenían que ver con la masacre ocurrida en la región de Nuevo Casas Grandes.

La continuación de la etapa del proceso judicial comenzó a las nueve de la mañana en la sala seis del Centro de Justicia, con la notificación por parte del equipo de la defensa que presentaría a seis personas.

Ellos rendirían su testimonio con el objetivo de deslindar a su clienta de los señalados como responsables de haber asesinado a Alejandro Domínguez, comandante de la Ministerial en la región Noroeste, así como a su escolta Manuel Malo Solano, objetivos del grupo criminal que domina en la zona, “La Línea”.

También los deslindarían del asesinato de otras cuatro víctimas que no tenían ninguna relación con Domínguez, ya que todo apunta a que fueron ejecutados por un comando por el simple hecho de que los encontraron en búsqueda del mando estatal. Los primeros testigos presentados fueron de familiares de la acusada, Magdiel Candanoza y Víctor Candanoza, quienes explicaron qué habían hecho el 15 de abril de 2022. Padre y hermano respectivamente.

Según mencionaron, por ser Viernes Santo, efectuaron una comida, así como participar en eventos relacionados con la celebración religiosa. La defensa preguntó si sabían qué hacía María del Rosario y los motivos por los que estuvo viviendo en los Estados Unidos en 2023.

Otra de las preguntas fue si habían visto que la acusada era dueña o manejaba una camioneta doble cabina negra, la cual fue asegurada en el lugar del homicidio del comandante, en uno de los tramos de la carretera.

Las respuestas fueron en el sentido de que desconocían con precisión qué hacía, pero explicaron que iba a los Estados Unidos debido a que uno de sus hijos recibía terapia, además de que para la familia era una práctica común ir a trabajar por temporadas.

No fue posible establecer si el día de los hechos, la acusada hizo o no llamadas a un líder criminal, llamado Ricardo González, quien además era el jefe de la Policía Municipal y principal sospechoso de encabezar los homicidios.

Según las investigaciones del caso, las llamadas habrían sido para informarle que ya había salido Domínguez desde Nuevo Casas Grandes hacia Juárez. En lo que corresponde a la camioneta, señalaron que sabían que tenía dos vehículos, pero no como la descrita.

Otro de los testigos fue un compañero de trabajo de la acusada, identificado como Fernando Herrera, quien explicó que laboraron juntos después de los homicidios y que habían conformado un equipo de abogados junto con otra persona, con quien posteriormente tuvieron conflictos, ya que supuestamente empezó a trabajar de manera independiente con el fiscal de la zona.

Lo relevante para la defensa fue que la persona con la que laboraron habría sido parte de quienes acusó a María del Rosario, por lo que la intención fue establecer que habría un móvil personal en señalarla como responsable y cómplice de González.

Los otros testimonios fueron de compañeros de Domínguez, Raúl Chávez, quien era el encargado de suplir a Domínguez en sus descansos; Alejandro Quintana, quien laboraba en la instancia investigadora y que había conocido a la acusada, por su trabajo como abogada, además de Daniel Morales, jefe de la Unidad de Robo de Vehículos de la Fiscalía Noroeste.

A los testigos les realizaron las mismas preguntas, en el sentido de si sabían si “La Manzanita” era dueña o la habían visto en una camioneta negra que coincidiera con las características de la unidad asegurada, en este caso mencionaron que no podían indicar si tenía o no el vehículo, ya que no la trataban en lo personal.

Les cuestionaron si sabían si Domínguez y la acusada eran amigos cercanos a lo que respondieron que se llevaban bien, pero no tenían elementos para decir si fuera del trabajo se frecuentaban en lo personal. Otra de las preguntas fue en el sentido de si la imputada pertenecía a un grupo criminal, a lo que la respuesta fue que no lo sabían.

Los testigos narraron que sabían que Domínguez había sido amenazado por el aseguramiento de una camioneta, la cual le exigían que regresara a un grupo criminal y a los pocos días fue perpetrado el ataque.

Alrededor de las nueve de la noche, la juzgadora emitió su resolución en el sentido de vincular a María del Rosario C. H., debido a que existen los elementos para suponer su posible participación en los hechos que causaron la muerte de seis personas, además de que desestimó las declaraciones de los familiares, al indicar que podrían declarar con un sesgo.

Agregó que las declaraciones de los agentes a las preguntas de la defensa no lograron poner en duda las investigaciones y otros testimoniales que inculpan a la acusada. Fijó el plazo de tres meses para el cierre de investigaciones.