Chihuahua, Chih.- Héctor Fernando Martínez Espinoza, vicario general de la Diócesis de la Tarahumara, denunció que en las últimas semanas el crimen organizado ha desplazado a más comunidades en regiones apartadas de la sierra donde, sin embargo, el principal problema de la actualidad radica en la tala ilegal de bosque.

“La tala ilegal y la deforestación son el mayor problema de la Sierra Tarahumara, no tanto la presencia, digamos, de la actuación del crimen organizado hacia las comunidades, sino hacia los ejidos, esa madera no se puede sacar si no es porque los ejidos están coaccionados con el crimen organizado, de manera que entonces tienen que pagar la cuota, y la cuota se paga con guías o en este caso mediante la extorsión de material extraído de los bosques”, declaró.

Acusó un vacío de presencia de la federación en la sierra, señalando que existen regiones en donde la recuperación del bosque ya es imposible, mientras que el programa Sembrando Vida, no ha servido para su conservación ni recuperación.

“Ya estamos en el tiempo límite para la recuperación del bosque en la tarahumara, ya en muchos lugares va a ser irrecuperable, pero al menos buscamos aplicar una política de conservación de suelo y reforestación que pueda al menos retrasar la devastación o hacer posible hacerla reversible”, insistió.

Desplazamiento total a comunidad de El Llano

El sacerdote mencionó también que cuando los grupos criminales detectan que personas contrarias a sus organizaciones pertenecen a un lugar en específico, arremeten en contra de las comunidades enteras, en lugar de aplicar un aniquilamiento selectivo de los rivales, y aplican estrategias de terror, presión de fuerza para ocupar el territorio.

Refirió que aunque Guadalupe y Calvo representa el punto rojo de los desplazamientos forzados, en regiones como Sisoguichi hay comunidades como El Llano, donde habitaban cuarenta familias y ahora queda sólo una.

“La comunidad de El Llano que está a 15 minutos de Sisoguichi y a 15 minutos de San Juanito fue desplazada completamente, acabo de estar recientemente allá y encontré a una sola familia, pero además las casas y la iglesia saqueadas, porque son lugares estratégicos que ocupan los miembros del crimen organizado para hacer sentir su presencia.

Guardia Nacional y Ejército carecen de respeto

“En Guadalupe y Calvo y múltiples regiones de la Sierra Tarahumara, la gente abandona las comunidades porque no cuenta con la seguridad del cuidado de sus tierras, de las casas, de los animales y del espacio vital por la disputa del territorio de los grupos de la delincuencia organizada”.

El vicario advirtió que esta falta de presencia del Estado Mexicano, de la federación, genera un malestar generalizado en las regiones porque las policías municipales no pueden combatir el fenómeno y, por desgracia la presencia de la Guardia Nacional y El Ejército no representan respeto ante la criminalidad.

Consideró que en el país hay un Estado alterno dirigido por el crimen organizado, pues a pesar de la grave situación de violencia, inseguridad y falta de garantías en la sierra de Chihuahua, entidades como Guanajuato, Michoacán, Guerrero y Chiapas presentan índices aún mayores.

Agregó que desde la Iglesia impulsan la Asamblea Provincial para el Cuidado de la Casa Común, junto con diócesis cercanas y de estados vecinos, para formar una fuerza comunitaria desde la fe y la solidaridad, y rescatar el entorno natural, fuente de vida para todas las regiones del estado y más allá, por ser la cuenca natural de donde emanan ríos como El Conchos y el Bravo.