-Estancada en la Corte primera reforma
-Distrito en los hombros de Joss Vega -El Infonavit en oficinitas de ranchoHay dos realidades innegables del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el estado, su mermada capacidad de dar atención oportuna los miles de derechohabientes y el déficit de medicamentos para surtir en su totalidad las recetas que expiden los médicos.
Los dos aspectos son cuestiones de fondo. En ambas, han actuado con irresponsabilidad no sólo las administraciones federales a cargo del IMSS durante décadas, sino el sector privado que paga sus cuotas y recauda las aportaciones de sus trabajadores para reportarlas a la institución, sin darle seguimiento a esos recursos para que sean aplicados a favor de sus mismos empleados. Sólo así puede explicarse, de acuerdo con médicos del mismo organismo, que haya estados donde las recetas emitidas son tres, cuatro o cinco veces más que las de Chihuahua, mientras las recetas no surtidas son cinco o hasta 10 veces menos que las registradas en la entidad. El centralismo con el que es manejado el IMSS, sumado a un pasivo sector privado que habla de justicia, democracia cristiana y corresponsabilidad social, pero no aplica esos valores en la práctica diaria, han dado como resultado que sea el estado primer lugar nacional en recetas sin surtir de todo el país. Como ha quedado evidenciado de forma recurrente, el trato disparejo también podría interpretarse como un castigo de la 4T contra Chihuahua, por el amplio grado de rechazo que mantiene aquí la gestión de Andrés Manuel López Obrador. Es buena explicación para que alrededor de 50 mil recetas por mes no sean surtidas y otros tantos miles sean surtidas a medias en toda la entidad; además, para que exista otra trampa, pues en el universo de recetas emitidas, las que son efectivamente surtidas contienen los medicamentos más comerciales, pero siempre queda en el IMSS a deber en las recetas que suman cualquier elemento de complejidad. Sin embargo, más que un castigo político que bien puede percibirse, los médicos del IMSS advierten que el problema estructural va más allá y por eso ha trascendido a todos gobiernos de las últimas tres décadas, cuando menos. El hecho de que sea aquí donde más fuerte suena el crack de la institución tiene como causa de fondo el centralismo federal en primer lugar, pero también un sector privado poco combativo y casi nada preocupado en realidad por la calidad de vida y la salud de sus trabajadores. La tarea, entonces, también va más allá de unas elecciones.***
El primer detallito de la reforma constitucional recién aprobada sobre el Poder Judicial es que irá derecho a ser impugnada a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de acuerdo con los asesores morenistas que reciben las instrucciones del coordinador de la primera minoría en el Congreso, Cuauhtémoc Estrada.
Uno de los elementos que habrá de cuestionarse, nos reportan, será el hecho de que el método planteado para la elección de magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Estado, habrá de perpetuar la brecha de género al no establecer la obligatoriedad de que sean mujeres las que lleguen a los relevos más próximos. Esto tiene su base en que la relación actual hombres-mujeres en el pleno del TSJE es de tres a uno, 20 hombres y sólo seis mujeres, por lo que haber establecido una lenta gradualidad en la paridad de género, llevaría un medio siglo más cristalizarla. Otro elemento cuestionable es la alternativa de designaciones sin mayoría calificada. Si en la terna oficial para una designación no es obtenido el 66 por ciento o más de los votos de los legisladores, llevaría a un proceso de mayoría simple de una nueva terna, lo que se ha simplificado a que sería un “dedazo” del gobernador o gobernadora en turno, encargado de elegir a los candidatos para ponerlos a votación del Congreso. Este aspecto es difícil de cuestionar si a nivel federal los ministros de la SCJN en realidad sí son designados por dedazo del presidente si no hay acuerdo de mayoría calificada en el Senado de la República, pero como a los togados les encanta calificar a los poderes judiciales estatales sin un mínimo de autocrítica, igual también puede pegar la impugnación por esta parte. Lo tragicómico del tema es el destino que le puede esperar a la impugnación morenista, pues el recurso contra la primera reforma judicial, de mayo de 2022, todavía no es resuelto en el máximo tribunal del país. Sigue estancada y para cuando haya una resolución, ni siquiera estará vigente. A ver si no es el mismo destino el que le espera a esta segunda impugnación.***
En el mundillo panista levantó polvo la solicitud de licencia de la regidora panista Joceline “Joss” Vega, la única que saltó del cabildo de la capital a buscar una diputación local, la del Distrito 15, con todo el apoyo del alcalde Marco Bonilla, también separado del cargo de forma temporal, y de la gobernadora Maru Campos.
Vega Vargas completa el cuadro azul que va por todas las canicas de la ciudad: Nancy Frías en el Distrito 12; Carla Rivas en el 16, Carlos Olson en el 17 y Alfredo Chávez en el 18, los tres para buscar la reelección. La edil con licencia dio un buen campanazo con su separación provisional, no porque fuera sorpresa su candidatura, ya muy conocida, sino porque en la sesión donde hizo el anuncio de su licencia quedó evidenciada la fuerza con la que cuenta. Así, a “Joss” la acompañaron en su despedida del cabildo los representantes del PAN, PRI y PRD; funcionarios como Nacho Galicia, Alan Falomir y Alondra Martínez; Mario Duarte, grillote director de la Facultad de Ciencias Políticas; Pervinca Esparza, presidenta de la Barra de Arquitectos; Fernando Astorga, del Colegio de Ingenieros Civiles y Julio Mercado, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, entre otros. La mujer, de todas las confianzas de Palacio de Gobierno y del PAN Estatal, tiene muy encargado su triunfo, pero también sacar en el distrito la victoria por paliza de la candidata presidencial de Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez. De ahí su retiro algo anticipado, para que pueda dejar de lado un poco el trabajo propio de la regiduría y destinar el 100 por ciento de su tiempo a la talacha electoral previa a la campaña, que precisamente dirige Bonilla Mendoza.***
Tenemos una imagen enviada por un lector de GPS en donde se muestra personas esperando para acceder a las oficinas del Infonavit, en la delegación localizada en esta ciudad.
Lo mismo hay formadas personas de la tercera edad que madres con sus hijos en brazos, sin ninguna consideración de la institución. Las filas empiezan antes de amanecer para decenas de personas que buscan atención a sus múltiples trámites con la dependencia federal, desde un crédito, hasta devoluciones por cobro en exceso y otros. Pues la fila casi da vuelta a la cuadra sobre la Ignacio Allende, pasa por una cerrada y luego casi llega a la calle 13. Dos, tres y hasta cuatro horas hay que esperar para ser atendidos, bajo el frío que aún se siente muy temprano y posteriormente el intenso sol, que ya cala bastante. Está en proyectos hasta donde sabemos alguna adecuación física de instalaciones en el interior del estado y la misma delegación estatal, pero nada se ha dicho de tiempos.***
Muy distantes estamos de tener un sistema de salud como el de Dinamarca como lo prometió el presidente López Obrados, y es que el coordinador de la coalición “Fuerza y Corazón por México” en la capital, Marco Bonilla, dio a conocer que con los sobrecostos que tuvieron las obras faraónicas del presidente, que rondan en los 500 mil millones de pesos, fácilmente pudieron construirse 26 hospitales en el país.
Recordemos que el último hospital construido en la Capital fue el Hospital General Regional número 1 conocido como el Morelos, en el año de 1958, inaugurado por cierto por Adolfo López Mateos, que dedicó su sexenio a modernizar la infraestructura hospitalaria y educativa. A diferencia del López de la actualidad, López Mateos, es recordado por los abuelitos de México como el mejor presidente de la República, porque invirtió el recurso público en la modernización del sistema de salud en México. Datos históricos indican que para diciembre de 1963, un año antes de terminar su gobierno, ya estaban operando 63 hospitales generales, 51 hospitales de especialidad, 53 clínicas-hospital, y 44 clínicas generales con hospital de corta estancia, mientras que el Gobierno de la 4T no puede echar a andar siquiera la refinería de Dos Bocas. Pareciera que la administración de López Obrador, es más parecida a la de Antonio López de Santa Anna, que se levantó en contra de los conservadores de aquella época y terminó siendo un dictador que dividió a los mexicanos.