La reciente absurda invasión o asalto a la Embajada de México, en Ecuador, “ordenada” por su neófito y huidizo presidente Daniel Noboa, con lo cual se violaron, como no había sucedido desde la fundación de la ONU, las normas y principios del DERECHO INTERNACIONAL que rigen la convivencia pacífica entre los pueblos; así como las guerras entre Rusia-Ucrania, Israel-Palestina (Franja de Gaza), Israel-Irán…, trae a mi memoria una de las máximas de dos ínclitos políticos y pensadores de trascendencia universal del siglo XIX:
En América, Don Benito Juárez García, quien proclamó: ENTRE LOS INDIVIDUOS COMO ENTRE LAS NACIONES, EL RESPETO AL DERECHO AJENO ES LA PAZ. Y en Europa, Karl Marx, que expuso en términos semejantes: LAS MISMAS NORMAS DEBEN REGIR ENTRE NACIONES QUE ENTRE PERSONAS. Pensamiento, ideas, palabras sencillas, pero veraces y contundentes, que a casi la mitad de la tercera década del S. XXI, no han llegado a ser norma aún de la tan escabrosa GEOPOLÍTICA MUNDIAL. En el caso de los EUM, esa preocupación y ocupación por la política de las positivas o buenas relaciones exteriores, han sido una constante, como lo describió de la siguiente manera en 1992, un diplomático mexicano: “Los principios de nuestra política exterior, tanto los que se originaron durante el siglo XIX (autodeterminación, no intervención, solución pacífica de controversias y proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza), como los que se agregaron más tarde con el surgimiento de las dos guerras mundiales y la construcción de los organismos internacionales de vocación universal (cooperación internacional para el desarrollo, la igualdad jurídica de los estados y lucha por la paz y la seguridad internacionales), han sido la pauta que ha normalizado la conducta de México en su actuación internacional.” Así, para la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños, la puesta en práctica cotidiana de esos principios ha sido satisfactoria, ya que les han servido en tiempos de presiones exteriores y conflictos internos. Igualmente, no pocos Estados-nación del mundo, reconocen tener en México un apoyo inestimable en su política hacia Latinoamérica y el Caribe; preponderantemente, contra los abusos de poder cometidos por una gran potencia contra los pueblos en desarrollo, subdesarrollados o tercermundistas. Situados en el plano mundial, para la década de los años 90 del S. XX, la gran amenaza de la construcción y avance del comunismo quedó superada o ¿en estado latente?, con la “caída del muro de Berlín” (República Democrática Alemana o Alemania del Este) en 1989; y, debido a que Mijail Gorbachov, presidente de la Unión Soviética (Rusia/1988-1991) fue consciente de que el edificio social de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) estaba derrumbándose y que, asimismo, el Partido Comunista caería con él. Disolución de la URSS que se dio de facto en 1991. Realidad histórica que celebró “occidente” como su gran triunfo. Además de alegrarse, porque paralelamente, se terminaban las tensiones de la GUERRA FRÍA. En ese tenor, en febrero de 1992, el presidente Bush en su discurso ante el Congreso, sostuvo que en el Oeste se proclame: “Con ayuda de Dios hemos ganado la guerra fría”. En contraparte, el diplomático y político socialdemócrata –sueco- Pierre Schori, refirió que “los partidos conservadores no tardaron en presentar la caída del comunismo como un triunfo del capitalismo y de la economía de mercado, al mismo tiempo que los socialdemócratas y liberales más bien han hecho énfasis en la democracia como vencedora después de la guerra fría”. Abundando en que “la democracia fue la vencedora política; la economía de mercado y el capitalismo, la económica”. Además, que “antes, quienes siempre defendían en capitalismo ‘rudo’, solían esgrimir el siguiente argumento: ‘¿Quisieras vivir entonces como las de la URSS?’ Este falso argumento ya no convence. Hoy el capitalismo es el problema”. Por su parte, la escritora liberal rumana, Ana María Narti, en un enérgico artículo que escribió en febrero de 1992, expuso que los hijos del terror comunista no podían aceptar la excesiva fe en el libre mercado, afirmando: “La bella ecuación de las funciones internas del mercado ¿qué significado tiene cuando el fascismo renace y crece la mafia, cuando el hambre, el odio y la violencia son los únicos ingredientes seguros de la existencia? Sin un apoyo muy fuerte y prolongado de grupos que defienden la democracia, la economía de mercado únicamente logra e paso de terror comunista a una economía regida por la ley de la selva y controlada por una mafia, con una política claramente totalitaria. No hay duda de que el fascismo y la economía de mercado pueden contraer un matrimonio duradero”. Ejemplo claro de cómo se llevó a la práctica (y se sigue llevando) en algunos países el régimen NEONAZIFASCISTA, se tiene el caso del presidente Augusto Pinochet de Chile, que a la sazón fue apoyado por la derecha de México, tal y como ahora aprueban el régimen de Javier Milei en Argentina: Estas fueron algunas de las BONDADES del general nazifascista Pinochet: 40% de los chilenos vivía en la pobreza; se redujo el sector público; durante sus 17 años de poder no se construyó un solo hospital; en cambio, se privatizaron y encarecieron los servicios médico-sanitarios, adoptándose un sistema de seguros médicos de muy alto costo (como el que tiene y propone Xóchitl Gálvez); se suspendió la subvención del erario a las universidades estatales, viéndose obligadas a cobrar considerables cuotas de inscripción; lo que dio lugar a la proliferación de las universidades privadas… Ni más ni menos, lo que pretende Milei en Argentina. Pero lo más grave para la humanidad entera, de lo hasta aquí expuesto, es que, con la “terminación” de la GUERRA FRÍA, se reinicia otra era de la GUERRA CALIENTE que está llegando hasta el genocidio: Rusia-Ucrania; Israel-Palestina (Franja de Gaza); Irán-Israel, etcétera. ¿Será el preludio de la tercera y última guerra nuclear mundial? Excelente declaración hecha en la plenaria de la Comisión para la Coordinación del Desarrollo de Centroamérica (CCDC): “No deseamos DEMOCRACIAS DE BAJA INTENSIDAD...La PAZ SOCIAL es tan importante como la paz estratégica o política”. Haciendo hincapié en que: SIN PAZ NO PUEDE HABER DESARROLLO, SIN DESARROLLO EQUITATIVO LA DEMOCRACIA NO ES POSIBLE, Y SIN DEMOCRACIA NO HABRÁ PAZ DURADERA. ¡VIVA LA COMUNIDAD DE ESTADOS LATINOAMERICANOS Y CARIBEÑOS (CELAC)!
Opinión
18 Abr, 2024
Se acabó la URSS y las guerras imperialistas no se acaban
.
Isaías Orozco Gómez
