Sin perder el interés que como humanos, que como ciudadanos debemos tener ante la actividad político-electoral que se está realizando en México; ante los serios ¿o graves? conflictos bélicos que dolorosamente se están presentando entre Estados-nación como los de Rusia-Ucrania, Israel-Palestina (Franja de Gaza), Israel-Irán, etcétera; abriremos un intermedio para compartirle, apreciado lector, lo siguiente:
Con motivo de que el próximo 20 de junio se cumplen dos años en que fueron infamemente asesinados en Cerocahui, Urique, los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, ambos adultos mayores; así como el guía turístico Pedro Heliodoro Palma Gutiérrez; el distinguido y buen amigo, ingeniero Leopoldo Carvajal Chávez, me obsequió el libro titulado: ELEGÍA A LA MUERTE DE PEDRO PALMA GUTIÉRREZ AVENTURERO, GRAN GUIA DE TURISTAS Y BENEFACTOR DE LOS TARAHUMARAS.
Libro de edición limitada (julio del 2023), que resulta de fácil lectura y atractivo, e impacta emocionalmente, debido a que sus contenidos comprenden en conjunto 30 páginas escritas, redactadas en primera persona, lo que le da al texto un carácter testimonial, confidencial, íntimo; y 125 fotografías, tomadas entre otras localidades en la Sierra Tarahumara, Selva Lacandona, Mares-Playas, Zonas Arqueológicas (Maya-Quiché, Olmeca-La Venta, Cholula, Tikal…), Centros Turísticos de Guatemala, Belice y Panamá. Así pues, leamos, escuchemos a nuestro referente.
AQUÍ ESTÁ SU VOZ:
“Quisiera que la historia de mi vida la escuchara el viento, para que él, en su interminable peregrinar, recorriera los caminos, las inmensas cañadas y los hermosos valles de mi amada Sierra Tarahumara y contara a mis queridos hermanos indígenas, a mis amigos y admirados sacerdotes jesuitas, a todos mis paisanos chihuahuenses, pero sobre todo a mi esposa Martha, a mis hermanos Fili y Meño a mis hermanas Tere y Norma a mis hijos Ricardo y Pedrito y a mi Nietecita Lucía, la historia de mi vida.
“Como me agradaría que las hermosas avecillas, que revolotean sobre los bebederos del Hotel Mirador, que por tantas tardes admirara junto a mis amigos, los turistas, volaran por la sierra y en sus hermosos cánticos les platicaran a los árboles, a todas las plantas y animales que tanto me vieron pasar. Es que nuestro amigo Pedro, ya se ha ido a visitar otros lugares más hermosos, a otras latitudes celestiales y le ha dicho al Señor: aquí estoy a tus órdenes, tú me trajiste a recorrer nuevas rutas y vengo con mis botas puestas a conocer otros parajes a otros nuevos turistas, con los cuales platicaré acerca de mis aventuras, de mis conocimientos, de la belleza de los paisajes y de la armonía entre los seres de Dios.
“Decían las gentes antiguas, que existen en el universo muchos umbrales, los de las luces y las sombras, los del cielo y la tierra, los de la noche y el día, los de nuestro nacimiento y los de nuestro ocaso y es justamente en este momento en que el Señor decidió llevarme de Cerocahui el lugar que tanto amé, hasta los hermosos paisajes celestiales.
“En que viene a mi mente el umbral de la primera vez que vi la luz, un día 15 de octubre del año 1961 siendo el tercer hijo de mis padres Pedro Palma y Reynalda Gutiérrez, en un hermoso ranchito de la sierra de Chihuahua que se llama Teporachi del Mpio. de San Francisco de Borja.
“Era una casa muy humilde junto a un pequeño arroyo, ahí crecimos mis hermanos y yo, en un entorno muy difícil por la condición geográfica y la pobreza de mis padres hasta el momento en que mi padre, decidió irse a los Estados Unidos de donde nunca regresó y dejó a toda la familia bajo el cuidado de mi madre Reynalda quien al darse cuenta de nuestra gran pobreza, tomó la sabia decisión de abandonar a nuestro querido ranchito y venimos a la ciudad de Chihuahua.
“Por cierto ella consiguió un aventón y así nos trasladamos en esa ocasión a Chihuahua, hace ya tantos años, junto con mis hermanitas Tere y Norma y mis hermanitos Fili y Meño.
“Y ahora estoy recordando que a mis hermanitos Meño, el Fili, Norma y a mí, nos internó en la casa hogar Institución que dirigía en aquella época ya muy lejana, el insigne padre Agustín Pelayo y después, la madre María Luisa y fue ahí en dónde aparte de aprender algún oficio, nos hicimos hombres de provecho para la sociedad.
“Trabajé en alguna ocasión en Las Vegas, Nevada como jardinero. Así, aunque me sacaron varias veces los americanos yo volvía a meterme, lo que finalmente resultó en que dominé bastante el inglés.
“También trabaje en San Bernardino, California… Después de estar en San Bernardino decidí irme a los huertos manzaneros de Yaquima, Washington para su recolección. Ya en chihuahua, trabajé en el Hotel Victoria propiedad del Sr. Mariano Valenzuela. Después, me hice cargo del puesto de guía de turistas en el Hotel Cabañas del Cobre en Cusasare, en donde aprendí a conducir el camión de turistas y a describir los paseos por la sierra…
“En esta fotografía le estoy ayudando a un tarahumarita a arreglarse los pantalones. Y fíjense qué historias, en tantos recorridos que hice por la Sierra Tarahumara, observaba cómo la gente me quería e incluso en algunas familias, tuve el honor de apadrinarles a sus hijos…
“Pues ahora que estoy cruzando el umbral hacia la eternidad, me doy cuenta que el tiempo es circular y vienen a mí, los recuerdos. Primero, los de mi etapa inicial en el bello estado de Chihuahua y después los de mi etapa postrera, aunque les he de decir que todos se encuentran sumamente complicados y que la vida es como una especie de laberinto y al adentrarse en ella habrá que jalar los hilos para desenrollar estos sucesos…
“Siendo gerente del Hotel en Batopilas, vivimos aventuras que nos resultaron sumamente atractivas y aleccionadoras del conocimiento, pues nos deleitábamos con la fauna y la flora que encontrábamos a cada paso.
“A mí en lo particular, siempre me interesó el conocimiento de las aves y traía libros para identificarlas lo que me causaba gran satisfacción.”
Hasta ahí dejamos la plática con el experto y reconocido gruía turístico PEDRO PALMA GUTIÉRREZ, solamente agregaría que: ELEGÍA, es un POEMA LÍRICO que generalmente expresa SENTIMIENTOS DE TRISTEZA.
Contraportada: “Este libro fue escrito para rescatar la memoria de nuestro querido esposo y padre. Agradecemos su lectura. Familia Palma Carvajal”.