La noticia política de la semana fue la visita del cinco de agosto de Maru Campos a Claudia Sheinbaum, en la Ciudad de México, a la convocatoria de la presidenta electa de todos las y los gobernadores del país.
Si bien, Maru ya había visitado anteriormente a AMLO, llamó la atención la declaración que dio la gobernadora de Chihuahua sobre la relación que sostendría con Claudia Sheinbaum, como si hubiera olvidado las frases lanzadas contra el presidente AMLO, expresando “No ha habido nunca un mal manejo por parte de una servidora, una expresión en contra del presidente de la República o de la presidenta electa. Respecto a la investidura. Desgraciadamente fueron personas que se metieron en medio a hablar mal de una servidora y sembraron la divergencia. Hoy estamos en tiempo de reconciliación”. Está amnesia de Maru sorprende, después de haber expresado en fecha de 23 de enero de 2024 que “Exigimos que el gobierno federal deje de ser pendejo”, frente a las palabras de ahora donde niega que ella alguna vez hubiera insultado al Presidente, mostrando un giro radical en su discurso de confrontación e insultos a lo que pareciera un mensaje de repliegue al final de su gobierno, esperando un buen trato del Gobierno Federal cuando deje su mandato, o por lo que se pudiera ofrecer en caso de que gane un morenista la gubernatura como apuntan actualmente las encuestas sobre intención del voto. Este cambio de actitud de Maru es entendible, no sólo después del abrumador triunfo de la 4T en todo el país y en Chihuahua, donde ganaron 30 de 32 estados los senadores y diputados federales, sobre el PAN, incluyendo a Chihuahua, también porque es el cierre de su gobierno y no le conviene seguir en esa actitud de confrontación contra el gobierno federal, sobre todo si pierde la gubernatura el PAN en 2027 y es investigada su gestión. Por todo esto es que, aunque sorprenden estas palabras de Maru, son entendibles en política y hasta parece que buscará blindarse de posibles investigaciones del gobierno federal una vez que concluya su mandato, por lo que de ahora en adelante veremos a una gobernadora de Chihuahua muy diferente a aquella provocadora e incluso grosera contra la 4T. Bien por Chihuahua por este cambio de actitud de Maru Campos, mal que haya sido hasta que AMLO va a dejar la presidencia porque pudo haber hecho cosas buenas por los chihuahuenses que su belicosidad no la dejó, como adherirse al IMSS-Bienestar o negarse a sumarse al programa de apoyo a discapacitados donde los Gobiernos del Estado ponen una cantidad y el Gobierno Federal lo demás. No cabe duda que en política los tiempos van marcando cambios y actitudes, dependiendo de la legitimidad y el momento de un gobernante, donde en este caso la doctora Claudia Sheinbaum empezará su gobierno con una fuerza política y legitimidad sólo comparable a la de AMLO, y por su parte Maru Campos va perdiendo fuerza y liderazgo entre la clase política y sus propios correligionarios panistas, entre más se acerca el final de su mandato. El poder es un imán y blinda, dos cosas que irá perdiendo Maru poco a poco y por eso veremos una nueva Maru Campos frente a la 4T y el gobierno federal.