(Primera parte)
Es medio día con el sol en vertical, viajo a Ciudad Juárez desde Chihuahua y a la altura del kilómetro 156 al lado de la carretera veo a un grupo de personas que camina, parece ser una familia con niños. Con precaución me orillo para decirles que si los llevo, lo que no es necesario pues al ver que bajo la velocidad el masculino levanta el pulgar en señal de rait y se suben todos (Cuatro adultos, siendo tres mujeres, un hombre y tres niños pequeños, una de ellas de brazos).
Me dan las gracias, los niños (dos niñas y un niño) se ven muy cansados y desaliñados, si no es por el acento uno juraría que son del sur de nuestro país pero no, son migrantes sudamericanos, me vuelven a dar las gracias porque me dicen que llevaban caminando desde las tres de la mañana desde que empezaron en Chihuahua (llevaban más de 100 km caminando), les pregunto de donde vienen y ya en confianza me dicen que de El Salvador (la familia de 5), Guatemala (una mujer ya mayor) y Honduras (una mujer mediana), me cuentan que empezaron con un grupo de 2 mil partiendo de Tapachula Chiapas y poco a poco se han adelantado unos y otros atrasado o devuelto a sus países. Les pregunto si ya comieron y me dicen que no, le pregunto a la niña (9 años) que si le gustan las papitas y me dice que sí que de queso, su hermanito (de 6 años) al escucharme me dice que a él también le gustan, su otra hermanita viene en brazos de su mamá, una bebé de dos años. Me detengo en Villa Ahumada y les invito unos burritos, sus papitas de queso y yogurth, les compro coca y agua pues me dijeron que la que traían se la dejaron a un grupo de hombres que iba adelante caminando. Me cuentan que trabajaron en Ciudad de México (incluidas las mujeres) en la albañilería por dos semanas, con una paga de 2200 semanales para llegar a Ciudad Juárez, pero que en Chihuahua capital unos hombres les dijeron que las trasladarían a la frontera por 3 mil pesos por cada integrante y los subieron y bajaron antes de un retén de policías (se refieren al retén de Sacramento) diciéndoles que rodearan el retén a pie y que más adelante las recogían pero no lo hicieron y sólo se llevaron su dinero, quitándoles en total 21 mil pesos y por eso venían caminando. Esto me lo cuentan riéndose (no les queda más) diciendo que trabajaron para venir a regalar el dinero aquí. Para este momento ya me habían contado que dos veces les habían robado todo y por eso habían tenido que trabajar en Ciudad de México, pero que también uno mexicanos “buenas personas” les habían dado comida y ropa, para seguir su camino después del primer robo que sufrieron. Que en nuestro estado han pasado frío y hambre estando dos días afuera de un Oxxo en unas tapias, que el frío lo habían sentido desde Torreón hasta aquí. La niña cumplió sus 9 años hace una semana arriba de un tren, el nudo en la garganta se evita porque la madre de ella riéndose dice que su regalo fue subirla al tren lo que hace que todos soltemos una carcajada. Estas desgracias son las que sufren los migrantes en nuestro país y en nuestro estado, donde ansían llegar como destino, antes de entregarse a las autoridades estadounidenses en busca del “sueño americano” para el que hay que pasar por una pesadilla. La búsqueda de un sueño a donde muchos no llegan y son devueltos a medio camino, o en el peor de los casos pierden la vida, como ocurrió hace un año, el 27 de marzo de 2023, con el incendio en un calabozo de migración en Ciudad Juárez donde perdieron la vida 40 migrantes y 27 quedaron con lesiones. La migración no se detendrá, por lo que es un sin sentido tratar de evitarlo haciéndole la chamba a Estados Unidos, lo que no quiere decir que se deba permitir la entrada libremente sin regulación alguna, por seguridad nacional, pero la solución no está en seguir considerando ilegales a nuestros hermanos migrantes sólo por no tener algún documento que justifique su “legal estancia” en el país, porque es por esa razón que abusan de ellos particulares y autoridades, robándolos y extorsionándolos. En la siguiente entrega hablaré de un par de propuestas que pueden acabar con las tragedias que sufren nuestro migrantes en su travesía por el país, sin que se afecte la seguridad nacional, de igual manera explicaré por qué es violatorio de derechos humanos su detención, así como del Instituto Nacional de Migración y por qué debe de dejar de existir. Al pasar Villa Ahumada y antes de llegar a Precos la familia me pide que los baje ya que ahí van a esperar a las demás personas del grupo, como si supieran qué lugares evitar para no ser retornados, despidiéndose agradecidos por el “rait”, se bajan todos despidiéndose los niños con una sonrisa inocente llevándose sus papitas y bebidas. Ojalá y lleguen sanos y salvos a donde quieren llegar y no sufran más abusos, cumpliendo su “sueño americano”.