En la etapa neoliberal, mientras el PRIAN desmantelaba al Estado mexicano, y las empresas de este grupo político crecían y la precariedad de la clase trabajadora aumentaba, crearon una serie de instituciones y órganos “paralelos” a las responsabilidades que el gobierno debía hacer, al mismo tiempo surgieron como hongos en la humedad, asociaciones civiles y organizaciones supuestamente “ciudadanas”, que de transparencia, que contra la corrupción, todo un aparato que por cierto, nunca sirvieron ni hicieron nada, ante el saqueo descarado que sucedía sexenio tras sexenio.

Una de estas agrupaciones, “Mexicanos contra la corrupción ola impunidad”, o como AMLO les dice, “Mexicanos a favor de la corrupción”, vendría perfecto el nombre, luego que sus dirigentes, encabezados por Claudio X. González, fueran desnudados durante toda la administración de la 4T, pero que tendría una cereza del pastel, hace apenas dos semanas, y que la mayoría de los medios ha omitido publicar o dar seguimiento.

María Amparo Casar, directora de la asociación “Mexicanos contra la corrupción y la Impunidad” (MCCI), una de las principales tiradoras de la 4T y el presidente, fue exhibida en una de las conferencias mañaneras, en donde el director de PEMEX Octavio Romero Oropeza, presentó un informe sobre la recuperación de la empresa, donde desde el área de quejas se solicitó una investigación, para conocer el motivo del por qué tiene la directora del MCCI, 20 años recibiendo una pensión vitalicia por viudez, debido a la muerte de su esposo, Carlos Márquez Padilla, luego que la pensión se realiza solo cuando se trata de accidentes laborales, y su ex esposo, se suicidó en las instalaciones de PEMEX, se aventó del piso

Se trata de un hecho de corrupción monstruoso, que entre más se adentra, más asqueroso y sucio se entorna, porque no solo se trata de una sucia operación al interior de PEMEX en la administración de Vicente Fox para beneficiarla a ella, con una pensión no solo vitalicia, sino hereditaria para 35 de sus próximas generaciones de sus descendientes, porque el expediente que se selló en aquel tiempo como un expediente reservado.

Y la aseguradora que paga PEMEX, estableció que la pensión vitalicia sería pagada a Amparo Casar hasta el 31 de diciembre del 2999, casi en el tercer milenio, la señora comenzó a recibir mensualmente 120 mil pesos, tan solo una semana después del suicidio de su esposo, actualmente se traducen en 31 millones de pesos que ha recibido; AMLO comentó que la señora movió sus influencias como funcionaria de la Secretaría de Gobernación con Fox, para que en PEMEX se permitiera este robo descarado.

Son mil años de corrupción que carga la directora de “Mexicanos a favor de la corrupción”, mil años que cualquier mexicano de a pie, nunca se imaginaría posible, ¿cómo nos explicamos que la directora de un organismo que dice combatir la corrupción, cargue con este acto nefasto de corrupción al erario público?, el dinero de los mexicanos, son estos los líderes morales que engendró el neoliberalismo y la simulación de los gobiernos del PRIAN, y son estos personajes los que ahora salen a señalar a la Cuarta Transformación, simplemente es indefendible.

Posiblemente lo más lamentable de este asqueroso caso, es que al momento que fue dado a conocer, la oposición desde los espacios informativos y los medios bajo su control, salieron en nado sincronizado a señalar y acusar al presidente de “vulnerar a Amparo Casar, por exponer sus datos personales”, o sea, no importa la gravedad del hecho mismo de corrupción, porque de eso no se habló, simplemente enfurecieron porque fueron exhibidos, de una manera ejemplar de hipocresía y doble moral.

Son estos personajes y estas organizaciones quienes nuevamente están convocando a otra “marcha rosa”, de las que aseguran se trata de ciudadanos apartidistas, a semanas de la elección presidencial, pero que ahora ya se quitaron la careta, y mostraron el verdadero rostro, aunque siempre todo mundo lo sabía, el PRIAN, porque ahora tendrán el descaro de que su candidata encabece ese grotesco acto, todo un mitin electoral.