¿Cuántos lloramos de orgullo y felicidad? En esta semana con los mensajes, videos y fotografías que millones de mexicanos subieron a las redes sociales, todos agradeciendo y recordando esta lucha y los obstáculos que tuvimos para poder lograr nuestro objetivo, a algunos se les fue la vida esperando la victoria, a otros nuestra juventud, pero finalmente llegó el día.
Andrés Manuel López Obrador logró una hazaña histórica en un mundo moderno en donde el neoliberalismo comienza a resquebrajarse por su propio peso, y las hegemonías de poderío mundial han comenzado una disputa por la imposición de los modelos económicos, la Cuarta Transformación fue impulsada por un tabasqueño que inició sus primeros pasos en la política, en reuniones en comunidades y aldeas, grupos en ocasiones que no pasaban de las diez personas. La tenacidad de AMLO es hoy un tema que no solo sus seguidores y simpatizantes reconocen, sino también de sus mismos odiadores en la oposición política y las cúpulas económicas, los años y los golpes bajos que recibió en su trayectoria política forjaron su resistencia y perseverancia, y esa fortaleza fue también el motor que atrajo poco a poco a los mexicanos, se trata de un hombre de carne y hueso, con un pensamiento revolucionario que introdujo a la lucha social mexicana, la revolución de las conciencias. La revolución de las conciencias es un concepto que Andrés Manuel impuso en un México carcomido por las consecuencias económicas, políticas, culturales y hasta espirituales de la vorágine del neoliberalismo y los intereses mercantiles que se impusieron en la vida de los mexicanos en los últimos más de 30 años, un modelo que utiliza y explota todo a su alrededor con la promesa de la superación individual sobre los demás, mientras que año con años la cantidad de pobres aumentaba en un país donde también unos pocos, los ricos, se hacían más ricos. AMLO puso el pecho en la defensa del pueblo mexicano, sobre todo de los más pobres y desposeídos, cumplió su palabra cuando llegó a la jefatura del Distrito Federal, ahí demostró que su narrativa, sus propuestas y su visión eran reales y podían aplicarse, en muchos aspectos cumplió y superó las expectativas, la aplicación de programas sociales y la promesa de que la administración de los recursos públicos debería y podía hacerse de otra forma, con austeridad republicana para reorientar el dinero a las mayorías olvidadas. El fraude electoral del 2006, los ataques inmisericordes de los gobiernos del prianismo contra su persona, la descalificación y la mentira de las que siempre fue objeto, el cerco informativo y la batalla mediática, todo de lo que fue víctima lo convirtieron en un personaje místico para cuando sucedió la compra de la elección del 2012, tras el arribo del último gobierno neoliberal que encabezó las privatizaciones y el desmantelamiento del Estado mexicano y finalmente aquella traición llamada “Pacto por México”. La cúpula de la oposición vio muerto a AMLO tras el 2012, aun con el surgimiento de Morena partido que rápidamente comenzó a crecer, a la par que los pronósticos y advertencias de Andrés Manuel se hacían una realidad, esa descomposición moral y corrupción del gobierno de Peña Nieto despertó en millones de mexicanos, una simpatía por el proyecto alternativo de AMLO, y finamente en 2018 la Victoria del Pueblo lo convirtió en un verdadero hombre de acero. Ese hombre de acero lo vimos apretar los dientes y resistirse a las muecas que le producían los sentimientos y sus pensamientos, mientras millones lo despedían y le expresaban su cariño, admiración, respeto y amor, al tiempo que emerge su sucesora entre las masas del zócalo, una mujer a la que quiere, respeta y apoya, una mujer que surge como la primera presidenta de México, la mujer que viene a continuar con el proyecto de la revolución de las conciencias y la justa e histórica lucha de las mujeres por sus derechos, una verdadera dama de hierro que fue forjada por el martillo de la lucha de AMLO y ahora ella, como lo expreso, con todas las mujeres de México tendrá la misión de construir el segundo piso. Viva AMLO, Viva Claudia, Viva la Cuarta Transformación.