La lucha entre progresistas y el conservadurismo sigue. Mientras Morena y aliados, continúan aprobando las reformas constitucionales en todos los temas de la vida política del país; y respecto a la reforma constitucional judicial, también se acaba de aprobar “el blindaje constitucional” de todas las reformas, para desactivar la estrategia del PRIAN de saturar a la Corte con cientos de amparos, que tratan, o trataron, de echarlas por tierra. De paso se blindó a la presidenta de México, de la amenaza de la juez federal de Veracruz de “ponerla en prisión”.

En palabras pobres, el “blindaje constitucional” a todas las reformas constitucionales aprobadas por este Congreso Constituyente, se aprobó con una operación parlamentaria muy sencilla: elevar el artículo 61 de la Ley de Amparo, que decreta “la improcedencia de todo tipo de amparos en contra de adiciones o reformas constitucionales” a rango constitucional en los artículos 105 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos mexicanos. Y punto. Así sencillamente, desactivaron la estrategia del PRIAN y a los 8 ministros en su recurrente estrategia política, de revocar todo tipo de reformas aprobadas por la mayoría en el Congreso de la Unión. Se le acabó el poder al PRIAN en la Corte.

En ese contexto de la resistencia que sostiene el PRIAN por seguir conservando el control absoluto en las instituciones donde ejerció su poder en los últimos 90 años, como lo fue en el INE y el TPJF, también sufrió en esta semana, sendas y definitivas derrotas. Pues en efecto, el TEPJF acaba de darle luz verde al INE para qué, en aplicación de la reforma judicial en el ámbito electoral, continúe organizando, sin dar ya ninguna posibilidad a que, ni la corte ni algún juez de distrito, ordenen suspender el proceso de elección de junio, para que los ciudadanos elijan en las urnas a la mitad de los ministros, magistrados y jueces del PJF.

Por lo que, las fuerzas del bando progresista, siguen avanzando con el poder que le dieron las urnas el 2 de junio; y por su parte, el PRIAN sigue retrocediendo y perdiendo posiciones de poder constantemente.

En el horizonte no se alcanza a percibir de qué manera el conservadurismo con la visible debilidad en que va quedando por su derrota electoral, va a recuperar a corto y mediano plazo, la fuerza suficiente, para intentar siquiera, revertir los efectos de su derrota.

Además, y lo peor que peor para el bando conservador, es que en tanto que Morena y sus aliados están más unidos que nunca y continúan su paso arrollador reformando todo tipo de instituciones políticas que construyó el neoliberalismo, en el PRIAN surgen constantes peleas entre ellos y está más dividido que nunca.

En efecto, es público y notorio que el poder monolítico que ejercía el PRIAN y Piña en el poder judicial, se está desmoronando. Pues el jueves, la mayoría de consejeros de la judicatura, votó en contra de Piña y su grupo y se ordenó a los empleados del poder judicial federal, magistrados y jueces que aún siguen en paro de labores, a “que vuelvan inmediatamente a sus puestos de trabajo y a reiniciar labores en todo el poder judicial; y en caso contrario, de continuar en paro se empezarán a hacer los descuentos respectivos”.

Sin embargo, la JUFED, el grupo de jueces y magistrados que seguían las órdenes de la presidenta de la Corte, en abierta y expresa rebeldía a su jefe la judicatura, han manifestado “que posiblemente volverán a su trabajo, pero hasta lunes próximo”. E incluso, le pusieron cadenas y candados a las puertas de la Corte, en señal de rebeldía contra la judicatura y de cierta manera contra Piña, “por traicionar al movimiento de resistencia de los empleados del poder judicial, contra la reforma constitucional”. Por eso, es visible que el PRIAN se está desmoronando, en la medida en que Morena y sus aliados continúan ejerciendo la mayoría calificada en el Congreso de la Unión.

Acerca de la insistencia de una de las jueces de distrito visiblemente politizada, juez y parte en la movilización del PRIAN en la Corte; como lo es la de amenazar con “meter en prisión a la presidenta de México”, por no cumplir con la orden de “eliminar dentro de 24 horas, la publicación en el Diario Oficial de la reforma judicial”, se ha ido diluyendo poco a poco en el intenso debate político que se ha desatado sobre el histórico tema, pues nunca antes ningún juez había extendido la Ley de Amparo hasta ese extremo improcedente a todas luces, por el fuero que goza la institución presidencial. Incluso, teniendo en cuenta que “la improcedencia de todo tipo de amparos contra las reformas constitucionales aprobadas por el Congreso Constituyente”; ha sido elevada a rango constitucional, es lógico que los cientos de amparos y suspensiones que se interpusieron y que estén en trámite en contra de las reformas del poder constituyente, han quedado sin efecto para todos los efectos políticos y jurídicos. Habida cuenta de que nunca como en toda nuestra historia, se dejó ver al poder judicial como un grupo de poder político en manos del PRIAN.

La resistencia que hasta hoy ha venido construyendo el grupo político que manda en la Suprema Corte, hasta nuevo aviso, ha quedado pulverizada.