Al venir a menos los ingresos del padre de Frank, fue inscrito en una escuela pública; fuera del aula de clases un chico agresor lo empujó, dentro de salón el mismo chico le preguntó ¿vendes enciclopedias? y el agresor dijo: sí, pareces suplente de maestros.

Frank no desaprovechó la idea que le proporcionara el chico e inmediatamente con voz firme gritó: “Soy el señor Abagnale” cuestionando al grupo: ¿puede decirme alguien en qué parte de libro se quedaron? luego, sin dudar paró frente a la clase al chico que minutos antes lo humillara, le ordenó leer un libro y el joven nervioso cantinfleando leyó un fragmento del libro; escena de la película “Atrápame si puedes”.

Cualquier persona de cualquier profesión u oficio, comunicólogos, psicólogos, médicos, abogados, psiquiatras, etc., deben tener clara la importancia de conocer la relación entre el lenguaje, el pensamiento y la conducta humana; no obstante, nos encontramos en ocasiones con que los referidos cuentan con un lenguaje confuso y pobre, lo que repercute en el servicio que brindan a la comunidad, a sus clientes o pacientes.

El lenguaje es un sistema de signos que sirve al ser humano para comunicar sus estados emotivos y gnoseológicos (de conocimiento): la alegría, la tristeza, también la palidez y el rubor, entre otros; el dolor físico, su modo de obrar, de pensar. Basta observar a las personas para darnos cuenta que tienen una forma peculiar de manifestarse, que los hace diferentes a los demás. El lenguaje puede ser natural o artificial.

Es necesario comprender qué es el signo para entender qué es el lenguaje, este consiste en un objeto, fenómeno o acción material que, por naturaleza o convención, representa o sustituye a otro[1]; entonces el signo guarda relación con otra cosa a la cual sustituye, nos sugiere la idea de esa cosa. También suele definirse como un efecto visible de una causa no percibida[2]; así tenemos que el humo es signo del fuego, las lágrimas de una tristeza, el gemido de un dolor físico.

La palabra o término es el signo por excelencia de la idea, esta es la expresión oral o escrita de una idea[3]; esta última es una representación mental de un objeto sin afirmar o negar nada acerca de él, nos dice el mismo Gutiérrez Sáenz. Así pues, nuestras ideas las representamos o expresamos mediante signos que llamamos palabras, ¿qué tal, eh?

Cualquier persona, profesionista o no, universitario alumno o docente, debe saber la utilidad de conocer el lenguaje natural como artificial, pues ambos son de gran utilidad en el ejercicio de la profesión, en la conducción o tutoría de los jóvenes; así en el caso del lenguaje natural, por medio de las modificaciones corporales, un gemido, una angustia, un grito, el llanto, Etc., con las cuales las personas expresan sus vivencias emotivas, nos permite conocer una situación que están viviendo, ya sea angustia, enfermedad, depresión y, en consecuencia, apoyar a la situación particular en forma pertinente.

Así, un psicólogo que advierte debidamente el lenguaje corporal de la víctima de un delito, tomará la decisión correcta para solicitar las debidas o urgentes medidas precautorias de protección y atención ante la autoridad correspondiente.

Por medio del lenguaje comunicamos nuestro pensamiento, distintos saberes y nuestras vivencias; comunicación que nace desde lo más íntimo de nuestro ser y cuyo obrar trasciende en nuestra conducta y en la sociedad.

Entonces, intentemos comprender el lenguaje de las personas, porque por este podemos conocer el sentir de las aquellas, concretamente de un subordinado, amigo, hijo o estudiante, y al darnos cuenta de su sentir con su sola expresión, nos da la posibilidad de orientarlo debidamente o atender un problema que, de no atenderse, puede crecer y traer funestas consecuencias, ¿o no?

[1] Diccionario de la Lengua española. https://dle.rae.es/signo.

[2] Ambriz Vidal, J. Medicina Humanística. México. 2022. Pág. 91.

[3] Gutiérrez Sáenz, R. Introducción a la Lógica. México. 1996. Pág. 65.