“Los controles de precios funcionan solo para los políticos”
Thomas SowellCiudad de México.- El gobierno mexicano recurre cada vez más a los controles o los "acuerdos" de precios. Lo ha hecho con el gas LP, la gasolina y algunos productos de la canasta básica. Ahora lo quiere hacer con las tasas de interés. Es una pésima idea.
Lo hemos visto en México y en muchos otros países. Los controles generan escasez, mercados negros o una disminución en la calidad de bienes y servicios. Ocasionan daños en cualquier mercado, pero en el sistema financiero pueden generar una crisis financiera. Lo peor es que el gobierno puede hacer mucho para reducir las tasas de interés, pero no lo está haciendo. La medida más eficaz sería disminuir su déficit de presupuesto. En su definición más amplia, los requerimientos financieros del sector público, este alcanzó en 2024 un nivel de 5.7 por ciento del PIB, el más alto desde 1989. Son 1.94 billones de pesos, 35.3 por ciento más en términos reales, o sea, descontando la inflación, que en 2023. Al tener que endeudarse por este monto extraordinario, el sector público reduce de forma significativa los recursos disponibles en los mercados de crédito y eleva las tasas de interés. Bajar el enorme déficit de presupuesto que López Obrador le heredó a la actual administración no solo dejaría más recursos para prestar al sector privado, sino que disminuiría la presión inflacionaria general. Al reducirse la inflación, habría también una caída natural de los tipos de interés. El gobierno, sin embargo, puede hacer mucho más para reducir los intereses. México era en 2022 el quinto país con mayores dificultades para cobrar créditos en una lista de 49 naciones compilada por la empresa Allianz Trade. El marco regulatorio de nuestro país es muy deficiente y los procesos de cobro resultan largos, complejos y costosos. Si a los bancos se les permitiera cobrar sus préstamos de manera rápida y fácil, los intereses bajarían de manera natural. En este momento los justos, que pagan a tiempo, cubren altos intereses por los costos que generan los pecadores, que no pagan a tiempo o nunca lo hacen. Al mantener leyes y reglas que protegen a los morosos, los legisladores suben los intereses a los prestatarios cumplidos. Sin embargo, en México subsiste la cultura del Barzón, de aquel que contrata créditos para después negarse a pagar. Un mejor sistema de justicia ayudaría mucho a reducir los riesgos crediticios en México y, por lo tanto, a bajar las tasas de interés; pero la reforma judicial que está impulsando la 4T, lejos de mejorarlo, lo empeora. En efecto, introduce un fuerte elemento de incertidumbre al dar nombramientos de jueces por elección popular, sin certeza de que cuenten con conocimientos jurídicos adecuados. Entrega también los juzgados especializados a personas que no carecen de preparación en esas áreas. Elimina, además, la independencia de los juzgadores, al seleccionar jueces por consideraciones políticas y someterlos después a la supervisión de un tribunal de disciplina que tendrá facultades para intervenir en los fallos o para sancionar a los jueces que no acepten sus instrucciones. La presidenta Sheinbaum tiene razón cuando dice que la economía crecería más si los intereses fueran menores. Por eso también Donald Trump está presionando a la Reserva Federal de Estados Unidos para que baje su tasa de referencia. Pero es un error establecer controles o presionar al banco central para que disminuya artificialmente sus tasas. El gobierno puede ayudar a bajar los intereses, pero reduciendo su déficit o bajando los niveles de riesgo crediticio. Cualquier otro camino puede tener al final un costo demasiado elevado.Tomates
Trump ha ordenado un arancel de 20.91 por ciento a los tomates mexicanos a partir del 14 de julio. El plazo sugiere que quiere negociar algo para quitarlo. El 98 por ciento de las exportaciones mexicanas de tomates van a Estados Unidos, pero el 55 por ciento de los tomates consumidos allá provienen de México. El arancel causaría daño en ambos lados de la frontera.www.sergiosarmiento.com