Ciudad de México.- Chalina le preguntó a Avidia: "Me dicen que tu ex esposo quedó arruinado. ¿Cómo fue que perdió todos los bienes que tenía?". "Celos" -contesta lacónicamente la mujer. "¿Celos?" -se sorprendió Chalina. "Sí -confirmó Avidia-. Se los quité"... Babalucas le estaba dando nalgadas a su hijo. Un vecino le reprochó: ¿Por qué maltrata en esa forma al niño?". Respondió el badulaque: "Me desafinó una cuerda de mi guitarra". El otro se indignó: "¿Y nada más por eso le pega a la criatura?". "No nada más por eso -contestó Babalucas-. No quiere decirme cuál de las cuerdas me desafinó"... Se ha dicho siempre que México es un país privilegiado en cuanto a sus recursos naturales. Tenemos gran variedad de climas; regiones muy diversas; fauna y flora espléndidas; costas de belleza paradisíaca; bosques, selvas, desiertos y montañas; ríos y lagos de gran hermosura. Preguntémonos: ¿estamos protegiendo esa riqueza o estamos dejando que en forma implacable sea destruida cotidianamente por obra de la ignorancia y la ambición? ¿Tenemos conciencia real de lo que se debe a la naturaleza o nuestra incuria se hace cómplice de los que cada día destruyen los valiosos bienes naturales de nuestro país? Ríos contaminados; lagos que se secan; selvas incendiadas; bosques talados en modo irracional; especies animales y vegetales extinguidas o en vías de extinción; todo eso nos habla de un país cuyos habitantes, privilegiados, no tienen la conciencia de preservar lo que poseen. La Semarnat acaba de reconocer oficialmente los graves daños ecológicos que causó la construcción del inútil y costoso Tren Maya. A mí nadie me podrá acusar de incurrir en semejante culpa: yo procuro conservar los pocos recursos naturales que aún me quedan... Los primos lejanos cayeron de visita a la casa de don Carmino y doña Chaga. Llevaban consigo a toda su numerosa prole, y calcularon muy bien la hora pues llegaron cuando la comida se iba ya a servir. Así, el matrimonio no tuvo más remedio que invitarlos a comer. Sentados ya en la mesa doña Chaga, deseosa de impresionar a los visitantes, le pidió a su pequeña hija: "Tirilita, bendice la mesa". La niña replicó, desconcertada: "No sé cómo se hace eso". Su mamá, para disimular, le indicó a la niña: "Junta tus manitas, cierra tus ojitos y luego repite lo que dice siempre tu papá en ocasiones como ésta". La niñita, obediente, cerró los ojitos, juntó las manitas y dijo: "¡Uta! ¡Ahí vienen otra vez estos gorrones!"... El pastor de la iglesia pidió a los pecadores que proclamaran sus culpas y manifestaran su propósito de cambiar de vida. Se levantó un hombre. "Hermanos -dice-. Soy un borracho perdido, pero les juro que voy a cambiar". Todos aplaudieron. Se puso de pie otro: "Yo tengo el vicio del juego pero les juro que voy a cambiar". Nuevos aplausos. Declaró Himenia, madura célibe: "Yo nunca he hecho nada, pero también les juro que voy a cambiar"... El padre Arsilio convocó a todos sus feligreses a una reunión. Les informó que el techo de la iglesia parroquial se hallaba en mal estado. Era indispensable llevar a cabo obras a fin de restaurarlo, y para tal efecto les pedía su donativo. El ricacho del lugar ofreció 500 pesos. El gerente del banco aportó 100. El dueño de la tienda de abarrotes dio 50. Los demás daban 20 pesos, 10, 5. Desde la última fila levantó la mano la prostituta del pueblo y dijo con voz tímida: "Si me lo permite, padre, yo daré 20 mil pesos". Hubo un murmullo de admiración, pero el buen sacerdote vaciló: "No sé, hija, si puedo aceptar tu dinero. Es fruto del pecado". Se escuchó una voz de hombre. "Acéptelo, padrecito. Ahí hay aportaciones de todos nosotros". FIN.

MIRADOR

Por Armando FUENTES AGUIRRE

Le dijo Jesús a Judas Iscariote, el discípulo en quien más confiaba:

-He aquí que debo morir para que tenga cumplimiento la Palabra. Uno de los míos me ha de traicionar, de modo que las antiguas profecías tengan consumación. Te pido, Judas, que seas tú quien me traicione. Sé que nadie me ama como tú, por eso te pido que sacrifiques tu honor y te entregues al odio y vituperio de los hombres por todos los siglos de los siglos. Los demás apóstoles serán considerados mis fieles discípulos y amigos. Tu nombre en cambio, será usado para nombrar a los traidores. Pero ninguno me es tan leal como tú, y nadie por tanto aceptará tan gran sacrificio por mi causa. ¿Harás como te digo?

Llorando, Judas le pidió al Maestro que no pusiera carga tan grande sobre él, que le evitase beber un cáliz tan amargo. Pero Jesús le dijo que él también tenía un cáliz qué beber, y que para eso era necesaria la traición.

Fue por eso que Judas hizo lo que hizo.

Y fue también por eso que quienes apresaron a Jesús se sorprendieron al ver que Judas lo entregaba con un beso.

¡Hasta mañana!...

MANGANITAS

Por AFA.

"...Gran progreso en México en la fabricación de productos farmacéuticos...".

En ese renglón, leí,

grandemente progresamos.

(Con razón todos andamos

llenos de drogas aquí.