Ciudad de México.- En el campo nudista una curvilínea chica de exuberantes formas le dijo a otra: "Me encanta venir al campo nudista. Estoy harta de la inmoralidad de la sociedad, de la presencia del sexo en todas partes, y éste es el único lugar donde no siento que los hombres me desvisten con la mirada". Un cancionero se acercó a la mesa del restaurante donde estaban Himenia y Solicia, célibes maduras. Quería ofrecerles la interpretación de una sentida canción yucateca. Les dijo: "Tengo 'El Pájaro Azul'". "¡Qué pena! -se condolió la señorita Himenia-. ¿Falta de circulación?"... Con tonos apocalípticos el Padre Arsilio advirtió a sus pequeños feligreses sobre los peligros de hacer "cosas malas" consigo mismos. Les dijo amenazante: "Quienes de ustedes se entreguen al nefando vicio del placer solitario se quedarán ciegos". Pepito se inclinó hacia su amigo Juanilito y le comentó en voz baja: "Pos no sé, pero yo le voy a seguir hasta que necesite lentes"... El médico le informó a Babalucas: "Los virus del catarro se acaban con vitamina C". Inquirió el badulaque: "¿Y cómo le hago pa' que se tomen la vitamina?"... En la playa el guapo joven se acercó a Rosibel y Susiflor, lindas damiselas que paseaban en la hora del crepúsculo. Con acento untuoso de playboy les dijo: "Chicas: las invito a cenar esta noche, a tomar una copa y luego a ir a bailar a un antro que conozco". "Lo sentimos -contestó Rosibel-. No podemos salir con un desconocido". "Así es -confirmó Susiflor-. Necesitamos dos"... Un reportero entrevistaba a la ancianita que ese día cumplía 100 años de edad. Declaró con orgullo la vejuca: "Siempre he tenido una salud perfecta". El reportero se sorprendió: "¿Nunca la encamaron?". "Muchas veces -contestó la viejecita ruborizándose un poco-. Pero siempre en estado de perfecta salud"... La joven esposa del recién casado dio a luz nada menos que siete bebés. Muy orgulloso, el flamante padre llamó al periódico local a fin de dar la extraordinaria noticia. "Mi señora tuvo séptuples" -le dijo a la encargada de la sección de sociales. La redactora creyó no haber oído bien. Le pidió al informante: "¿Podría repetir eso?". Responde el muchacho: "Supongo que sí, pero no lo voy a intentar"... Una turista extranjera que estaba de vacaciones en Cancún entró en un vestidor de la playa. Se quitó el traje de baño y se sentó en una silla que ahí estaba. ¡Horror! La silla estaba recién barnizada, y la asustada mujer quedó pegada en el pegajoso asiento. Inútilmente trató de desprenderse: por más esfuerzos que hizo no lo consiguió. Desesperada llamó a su marido en petición de ayuda. Acudió el hombre al punto, pero tampoco él pudo despegarla. No tuvo más remedio que sacarla del vestidor con todo y silla. A fin de cubrir al menos parte de la desnudez de la señora le puso en la delantera un gran sombrero charro que acababa de comprarle a un vendedor de playa, bordado en lentejuelas y chaquira y con aplicaciones de tafeta y cordobán. Bordado en lentejuelas y chaquira y con aplicaciones de tafeta y cordobán el sombrero, quiero decir, no el vendedor. En esa traza subió a su mujer en la parte trasera de su vehículo y la llevó al taller de un carpintero que, le dijeron, estaba cerca de ahí, y que quizá podría ayudarle en su predicamento. El maistro, tras imponerse del problema, revisó con mucha parsimonia tanto la silla como la mujer; vio el enorme sombrero con que la turista se cubría las partes pudendas, y luego dictaminó con solemnidad profesional: "Mire, usté, señor: a su esposa seguramente la podré despegar de la silla. Pero al mariachi va a estar muy difícil sacarlo de ahí"... FIN.
MIRADOR Por Armando FUENTES AGUIRRE. Si no creemos en el renacer de la vida perdidos somos. Si una nueva vida no es, la muerte será, y así quedamos destinados a la nada. Sin la esperanza todo es desesperación, y en ella puede ser el mal, y el odio puede ser, y no hay diferencia entre mal y bien, odio y amor, mentira o verdad, y todo es lo mismo y da lo mismo todo. Lo que nos hace ser hombres es eso que en unos se presenta con claridad de luminosa fe y en otros como apenas vaguísima intuición: la idea de un Misterio dueño de la vida y de la muerte. Más aún: la convicción de que no hay muerte. No sabemos, no podemos saber, qué vida hay después de ésta. Tampoco el feto, vivo en el vientre de la madre, podía conocer la otra forma de vida que viviría luego de nacer. Así nosotros: ignoramos la forma de vida que viviremos luego de morir. Pero algo somos, y con todas las fuerzas que da el ser rechazamos la sola idea de la muerte total, de la nada, de la definitiva y absoluta desaparición. Hoy, que para los cristianos es el día de la Resurrección, celebremos también la esperanza de nuestra propia, eterna resurrección. ¡Hasta mañana!...MANGANITAS
Por AFA. ". Regreso de vacaciones.". Tras el descanso en el mar, o después de hacer turismo, muchos se dirán lo mismo: "¡Ahora sí, a descansar!".