El dicho dice: desconfía y acertarás.

¿Es casual la fecha en que muere el máximo líder de la Iglesia Católica? Aún más: ¿fue natural su muerte, o alguien aceleró su enfermedad? ¿Qué seguridad tenemos? Allí hay secrecía absoluta.

Entre la muerte del pontífice y su sucesión, tienen lugar digresiones a derechos humanos y democráticos, aprovechando que el mundo se vuelca en idolatría. Aquí, por lo pronto, Morena, con el aval de la presidenta C.S., propuso a mano alzada una nueva autoridad anti monopólica: la Agencia de Transformación Digital y de Telecomunicaciones, un plan agresivo de censura a medios, portales digitales y la posible anulación de concesiones a medios incómodos.

¿Por qué es importante la muerte del Papa y la fecha: el día siguiente del domingo de resurrección? Además, casi muy cercano dicho evento a la fecha en la cual la URSS gana la Segunda Guerra Mundial, un 9 de mayo, fecha llena de simbolismo para Rusia.

Jorge Mario Bergoglio fue un defensor de los sistemas comunistas autocráticos; evadió criticar a Hamás y al terrorismo ruso contra Ucrania; por eso, (creo) Israel borró los mensajes de condolencias que había publicado en redes sociales oficiales; además, no envió una delegación oficial a Roma en su funeral, solo a su embajador, por las fuertes críticas del sumo pontífice a la guerra de Israel en Gaza, pero nada del genocidio ruso.

Su muerte, fecha y sucesión, son trascendentes y con grandes implicaciones político-religiosas: recordemos el encuentro entre el Papa Francisco y el patriarca Cirilo de Moscú, un 12 de febrero de 2016 en La Habana, Cuba. ¿Por qué desde el foro de esa dictadura? Bueno, al fin, Rusia también es una dictadura.

Putin es como un anticristo, el patriarca Cirilo su profeta, y Rusia la bestia que fue herida un 25 de diciembre de 1991; y cuya herida está siendo sanada, ganando territorios en Ucrania, simpatía entre países comunistas y aterrorizando con invadir a sus vecinos. Aún la OTAN se podría ver amenazada.

Además, izó su bandera en México al marchar su ejército aquí; tiene de rodillas a los Estados Unidos, habiendo influido en elecciones en 2016; y ahora Donald Trump, el infiltrado ruso, le favorece y retira el apoyo de EU a Ucrania. En todo eso está implícita la influencia del Vaticano.

La muerte del Papa y su sucesión importan porque el Estado Vaticano tiene gran influencia y poder, moral, espiritual, político y económico, principalmente entre las “democracias diferentes” como Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Rusia, Corea del Norte y ahora México.

Estos países comunistas antidemocráticos, son apoyados y defendidos a ultranza por el Estado Vaticano. El dictador de Venezuela Nicolás maduro, al verse acorralado en peligro de ser depuesto decía: ¡Que venga el Papa; apelo al Papa¡ Que allá es acusado de debilidad hacia el régimen.

Juan Pablo II, o Carol Wojtyla en su visita a Cuba en 1998, además de denunciar “las inhumanas políticas” del neo liberalismo. Sus críticas al régimen castrista, curaron la herida cubana con liviandad, pues muchos pensaron que su visita ocasionaría la caída del régimen comunista, empero se mantiene hasta hoy, oxigenado con ayuda de los impuestos y el petróleo de los mexicanos

En septiembre de 2015 en visita a Cuba, el jesuita Jorge Mario Bergoglio, apodado Francisco, siendo presidente Raúl Castro, dio un mensaje de la” justicia social”, y evitó referirse al exilio cubano y a la disidencia anticomunista.

Carlos Sánchez Berzain, abogado y politólogo, comenta: “El Papa hace política pues rige asuntos públicos de alcance global, en ese contexto, su relación, acciones y omisiones con las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, inquiere a “Francisco como EL Papa de las dictaduras del socialismo del siglo XXI”

De las masivas protestas en julio de 2021 en Cuba, por falta de energía, alimentos y medicinas. La respuesta fue: represión y violación de los DD.HH. “Francisco, entrevistado por Univisión, 24/7 no dijo nada de la violación de los Derechos Humanos en la isla. Guardó absoluto silencio de la dictadura en Nicaragua, de Daniel Ortega y Rosario Murillo, con la expulsión de misioneras, persecución y encarcelamiento de sacerdotes, incluyendo confiscación a medios de comunicación; además de centenares de presos políticos y cientos de exiliados. Francisco, no califica como dictaduras, a Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua”.

Las iglesias en esos países han sido privadas de medios de comunicación, de centros de enseñanza, y son víctimas permanentes a violación a DD.HH. Pero el Papa, el jefe del Estado Vaticano, calló o presentó escenarios favorables a las dictaduras.

Siempre dándole la vuelta a los temas de democracia y Derechos Humanos, con grandes sofismas.