Ciudad de México.- "¿Es usted partidaria de las relaciones sexuales antes del matrimonio?". Esa pregunta le hizo un encuestador a Rosibel. "Sí -respondió sin vacilar la pizpireta chica-, pero a condición de no hacer esperar mucho a los invitados a la boda". Avaricio Matatías, hombre ruin y cicatero, le daba 20 pesos de domingo a su hijo, mocetón de 25 años de edad. Hace unos días el muchacho se atrevió a pedirle que le aumentara el tal domingo por lo menos a 40 pesos. Le dijo el cutre: "A mí no me engañas. Tú tienes una querida". Don Cucoldo regresó de un viaje, y su esposa no estaba en la casa. Le preguntó a la mucama: "La señora ¿salió de compras?". "Señor -respondió la muchacha-. Por la forma en que iba vestida creo que más bien iba de ventas". Buenos políticos hay muchos; políticos buenos hay muy pocos. Me explico. Abundan quienes ejercen la política con la astucia y habilidad que aconsejaba Maquiavelo, maquiavélico señor. Escasean, en cambio, los que se dedican a ella con el ánimo de servir a su comunidad y hacer mejor la vida de sus semejantes. En la muy breve lista de políticos buenos pongo en lugar de privilegio a don Braulio Fernández Aguirre, gobernador de mi natal Coahuila entre los años 1963 a 1969. Lo recuerdo con afecto. Fue él quien me presentó a Díaz Ordaz en la época de la mayor dominación del PRI. Le dijo al presentarme: "Es un joven periodista crítico. Nos fustiga, pero nos ayuda". Hombre de gran cercanía con el campo, excelente administrador, al término de su sexenio fue llamado a ser el primer director de la recién creada Comisión Nacional de Zonas Áridas. A los pocos meses de su gestión le pregunté cómo se sentía en el cargo. Respondió: "Tengo mucho trabajo. Con pena le digo que ahora, las pocas veces que puedo ir a mi rancho, los perros me ladran". Pues bien: con pena me entero de que la 4T se dispone a acabar con esa Comisión que tanto bien ha hecho al campo y a los campesinos mexicanos. Expertos en la materia coinciden en decir que la desaparición de la Conaza constituye un retroceso que traerá consigo graves perjuicios a las zonas semidesérticas de México, las cuales constituyen más del 65 por ciento del territorio nacional. Con esa decisión, aseguran los especialistas, nuestro país dependerá en mayor medida del extranjero en lo referente a la cuestión alimentaria. Cabe aquí comparar al régimen cuatroteísta con Atila, barbárico caudillo de quien se dijo que donde pasaba su caballo no volvía a crecer la hierba. El gobierno, urgido de dinero para pagar las dádivas a su clientela electoral, busca hacer ahorros, y los hace desatentadamente, sin prever los daños que sus acciones causarán. Ahorra mal y gasta peor. No cabe duda: seguimos cuesta abajo. El cuentecillo que pone telón final a este articulejo pertenece a los peores tiempos del machismo mexicano, más machista que todos los machismos del mundo. Por fortuna, hemos ido dejando atrás esos aciagos tiempos, siquiera sea paulatinamente. He aquí el mencionado chascarrillo. Al empezar la vida de casados ella le dijo a él: "En lo que se refiere al sexo tengo una regla que debes conocer desde ahora. Si en el peinado me hago la raya del lado derecho, eso significará que quiero. Si me la hago en medio, eso querrá decir que quizá quiero, quizá no. Y si me la hago del lado izquierdo, eso te indicará que definitivamente no quiero". "Muy bien -aceptó a él-. Yo también tengo una regla que igualmente debes conocer desde ahora. Si me tomo un whisky, eso significará que quiero. Si me tomo dos whiskies, eso querrá decir que quizá quiero, quizá no. Y si me tomo tres whiskies, me va a importar pura madre de qué lado te hagas la raya". FIN.

MIRADOR

Por Armando FUENTES AGUIRRE.

Llegó sin previo aviso y me dijo de buenas a primeras:

-Soy el número uno.

Siempre he desconfiado de quienes dicen ser el número uno. Generalmente son el número 987, 1525 o 3922. Así, cuando el número uno me dijo que era el número uno, desconfié de él.

De seguro notó mi desconfianza, porque me preguntó:

-¿Soy el número uno en decirle que soy el número uno?

Le respondí:

-Muchos me lo han dicho antes que usted. Hay muchos números uno. Pero todos son nada sin el dos, el tres, el cuatro, y así sucesivamente.

Mis palabras deben haberle calado, porque no dijo más y se retiró en silencio. Por mi parte me quedé pensando que, al igual que los números, todos los hombres son nada sin los demás hombres.

¡Hasta mañana!...

MANGANITAS

Por AFA.

". Beatriz Gutiérrez asegura que no vive en España, sino en México.".

Al saber eso pensé

lo que otros pensaron ya:

viva aquí o viva allá

cabe preguntar: ¿de qué?