Reflexionando sobre los recientes acontecimientos (¿latentes?) “campesino / ‘choferes’-transportistas”; consideré conveniente, dar a conocer de mi libro, MÉXICO: PAÍS DE SIMULACIONES Y SIMULADORES (Enero de 2014), el siguiente fragmento:

“En los años sesenta y setenta del siglo XX, el Partido Comunista Mexicano (PCM) y la Central Campesina Independiente (CCI) que dirigía a nivel nacional el congruente hombre de izquierda y líder agrarista: Ramón Danzós Palomino, participaron activa y firmemente en las difíciles luchas liberadoras de los hombres y mujeres del campo chihuahuense y del resto de los EUM.

Lucha permanente de José Viezca Ruíz, y de éste septuagenario escribiente cuando fungía como presidente estatal de la CCI; de Enriqueta (Queta) Levario y de José Luis Aguayo, fue la exigencia de asegurar créditos suficientes y baratos, justos precios de garantía para los productos cultivados y cosechados en el campo chihuahuense, entre otros: algodón, maíz, frijol, trigo, avena, chile, zanahoria, sandía, cebolla, alfalfa, melón, nuez, manzana, legumbres…

Por supuesto que asimismo había que combatir a los COYOTES, que inmoralmente aprovechaban las necesidades ingentes de los campesinos que habían logrado una buena cosecha, para ofrecerles precios LEONINOS por sus productos; incluso, en el caso de los fruticultores, comprándoles su productos, aun estando en los árboles; es decir, antes de la pisca.

En 1992, varios lustros después de los lamentables sucesos del 23 de septiembre de 1965 y de la serie de movimientos campesinos que cimbraron a la comunidad chihuahuense, preocupado y ocupado aún por los graves problemas de los cultivadores de la tierra, de esos hombres y mujeres que siguen teniendo fiel “querencia a la tierra”, sea esta de riego o de temporal, en la REVISTA DE CHIHUAHUA, que dirigía el reconocido periodista Jesús Gómez Ochoa, escribí el siguiente artículo: ¡SE JODIÓ LA PATRIA MI GENERAL!

“Si todavía en los años sesenta, había en el estado de Morelos y en otras partes del centro del país, campesinos con la esperanza de que aún SU GENERAL ZAPATA viviera; hoy, ya toda esperanza se ha perdido. Y para mayor desencanto, con las actuales reformas al Artículo 27 Constitucional, hasta sus ideales están siendo sepultados.

¡Se jodió la Patria mi General! ¡Ni modo, mi guerrillero agrarista Rubén Jaramillo! Para qué más hablar de LA TIERRA ES DE QUIEN LA TRABAJA. No cuajó su gran aspiración de TIERRA Y LIBERTAD. Cierto, sí tienen tierra los campesinos de México, pero en las uñas; y acres y acres de fértiles tierras y muy productivas, pero al norte del río Bravo y del Colorado… Más de setenta años esperando el verdor del campo mexicano, cultivado por mexicanos y para beneficio de los mexicanos; y todos esos esfuerzos: sigue siendo una total utopía.

Ayer traicionaron a Emiliano Zapata y a su lugarteniente Rubén Jaramillo, con sendos abrazos y acribillándolos arteramente con las armas del H. Ejército Mexicano.

Hoy, resulta más doloroso y pérfido, el golpe mortal que le están asestando al agrarismo mexicano. Las falacias del Tratado Trilateral de Libre Comercio (TTLC), calan más y lastiman más el cuerpo y alma de nuestros campesinos, de nuestros ejidatarios; y del pueblo en general, que aquellos sangrientos años de la Revolución armada.

¡Ni cómo defenderse! Si todo “es legal”. ¿Quién iba a pensar que llegaría el día en que los extranjeros (principalmente estadounidenses), tendrían acceso legalmente a la propiedad de nuestro territorio tanto en las ansiadas zonas turísticas (playas costeras,…) y franjas fronterizas, como en las tierras más fértiles del territorio nacional?

Por su parte, la CNC, contradictoria e inconsecuentemente, al igual que lo hizo en el año de 1946, al NO oponerse a la reforma que hizo Miguel Alemán, al Artículo 27 Constitucional, RESTABLECIENDO EL AMPARIO AGRARIO A FAVOR DE LOS GRANDES PROPIETARIOS y ampliando los límites cronológicos de la INAFECTABILIDAD GANADERA…

Hoy, esa oficializada y corporativizada Confederación Nacional Campesina, aplaude las reformas SALINISTAS al citado artículo constitucional, abandonando a su suerte a sus propios agremiados.

Los reformistas sostienen que el EJIDO como forma de tenencia de la tierra, no va a desaparecer; quizá, así sea. El problema se presenta o se presentará, desde el momento en que la parcela ejidal, pase a ser mercancía transferible a neoagricultores “naylon”. O al momento en que se vaya a trabajar en sociedad, al lado de empresarios nacionales y empresarios transnacionales.

Como consecuencia del neoliberalismo que se está ‘viviendo’, se habla de que ya estamos siendo suficientes en granos (maíz, frijol y trigo), y que a muy corto plazo, habrá autosuficiencia también en otros productos agrícolas, tales como el café, los cítricos y la azúcar.

Cabe, entonces, la interrogante: ¿El beneficio llegará real y eficientemente a la solución de las ingentes y vitales necesidades de los cultivadores de la tierra y demás trabajadores del campo y de sus familias?

Los oficialistas que no viven en el error (como dijera el ‘Tlacuache’ César Garizurieta), sostienen que las reformas a la citada garantía social plasmada en nuestra Carta Magna, serán del todo positivas. Pero la verdad es que el común de los ciudadanos antes de que éstas se aprobaran no las conocimos; y, en los momentos actuales, es poco lo que se sabe de su esencia y aplicabilidad.

Lo que está resultando innegable, es que en México, tanto el Poder Legislativo como el Poder Ejecutivo, se han puesto al servicio de los intereses monopólicos y transnacionales que implica la firma del TTLC (México, USA, Canadá).

Estando así Las cosas, la tesis de Roger Bartra, en relación al agro mexicano, adquiere vigencia: “…el eje de la estructura agraria no es la TENENCIA DE LA TIERRA, sino a la inversa, las formas de propiedad se adaptan y son la expresión de las peculiaridades de la base económica imperante”.

Base económica imperante, que desde entonces hasta la fecha, benefició y sigue beneficiando a unos cuantos; mientras que millones de familias que con su fuerza de trabajo hacen —producen— todo: “no tienen ni en qué caerse muertos”.