Ciudad Juárez.- Durante mi encargo como Diputada de la Sexagésima séptima Legislatura en el Honorable Congreso del Estado de Chihuahua, y en la cual ocupé el cargo de Presidenta durante dos años, fueron muchas las gratas experiencias que viví, desde luego no dejo de lado los no gratos momentos derivados de la forma en que mis entonces compañeros del grupo parlamentario de Morena, tuvieron hacia mí por no ser como lo expresaron en múltiples ocasiones, una integrante “pura”.
Para todos es conocido de los desplantes que hicieron hacia mi persona que fueron desde referirse como presidenta espuria, eliminar mi fotografía de la página oficial de sus redes sociales, eliminar mi nombre de las iniciativas presentadas por Morena, organizar abucheos en eventos públicos en mi contra, no asistir a mi informe de labores legislativas, y hasta las infantiles conductas de crear otro grupo de Whatsapp y no integrarme, y finalmente iniciar un proceso de expulsión ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, la cual no fue procedente, por una simple y sencilla razón LIBERTAD PARLAMENTARIA. ¿A qué viene lo anteriormente mencionado? Lo comento por lo acontecido el pasado 16 de diciembre en la sesión ordinaria celebrada en el Congreso del Estado dentro de la sexagésima octava legislatura. En dicha sesión se presentó el dictamen con carácter de decreto, a fin de aprobar la iniciativa de Fortalecimiento Financiero, que tiene objetivo la autorización para nuevo financiamiento por $3,000 millones de pesos destinado a inversión pública productiva, particularmente en infraestructura carretera. El dictamen fue aprobado en lo general por 20 votos a favor, 10 en contra y cero abstenciones, y si hacemos cuentas el total de diputadas y diputados es de 33, los 3 votos faltantes mismos que no se expresaron a ni a favor, ni en contra, ni en abstención es de tres diputadas que se ausentaron por unos minutos, y esta situación ha sido suficiente para que en menos de una hora posterior a la votación fueran objeto de insultos, linchamientos políticos y una serie de actitudes lamentables que las conozco a la perfección puesto que durante dos años las viví en carne propia. Y es aquí donde viene la reflexión, ¿tan poco hemos avanzando en erradicar la violencia política de género en Chihuahua? ¿Qué nos falta para eliminar estas conductas ordenadas por un coordinador que manipula e impone acciones a sus demás compañeros y compañeras de bancada? Que sabiendo que cuenta un expediente del cual salió “librado”, tarde o temprano ha vuelto a repetir la historia con dos de sus compañeras diputadas. La ausencia de las dos diputadas morenistas, por las razones que ya han manifestado no es justificante para que sean agredidas y excluidas, pues aun y cuando con su ausencia se haya aprobado el dictamen de fortalecimiento financiero, existen sus antecedentes como personas que han mostrado disciplina y apego a los principios de la Cuarta Transformación. Pero en ese pacto patriarcal tan vigente, nadie ha cuestionado el voto de otro diputado morenista a favor del impuesto sobre la nómina, o que otra diputada de morena votó en contra una reserva presentada por una compañera de su bancada, a ambos se les preguntó y tuvieron una respuesta de “me equivoqué”, lo que me recordar aquella frase de Benito Juárez: “a mis amigos justicia y gracia, a mis enemigos la ley a secas”. Es lamentable que, a finales de 2025, la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres este presente en un recinto de quienes son los encargados de crear leyes precisamente encaminadas promover e impulsar una sociedad con igualdad entre mujeres y hombres. Y más lamentable aun que bajo el argumento de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo, las mismas mujeres se olviden de la sororidad. Sea este espacio para expresar mi sororidad a las diputadas que han sido agredidas y decirles: todo pasa, tengan presente que, de la tierra al cielo no hay nada oculto, y que estas acciones en su contra, lejos de debilitarlas las fortalecen, y aportaran a dejar precedentes para de una vez por todas erradicar la violencia en contra de nosotras las mujeres. Ahora sí, que lo digo por experiencia.