Hoy estamos festejando. Somos pocos, pero buenos… Déjame que te presente/ a mi gente, mi familia/ Hablan todos a la vez/ Y después se pelean por un mes/ Pero cuando las cosas van mal/ A tu lado siempre están/ Quiero brindar/ Por mi gente sencillaI Por el amor/ Brindo por la familia. Letra de la canción “La Familia”, de los hermanos Pimpinela. Hoy nos preguntamos ¿cuál meta sigues al educar a tus hijos?
En la vida encontramos padres de familia que en ocasiones ponen al servicio de su trabajo, empresa, vida social o profesional gran ánimo, pasión y entusiasmo, encuentran el tiempo y las energías necesarias para ello; sin embargo, también es cierto que, en frecuentes ocasiones, por ineptitud, abandono e irresponsabilidad descuidan cumplir con el deber de educar a los hijos. También encontramos padres que ante las malas costumbres, defectos y malos hábitos de sus hijos, no corrigen sus errores, ni se preocupan por su vida moral, por el contrario, los defienden y justifican, así llegamos al absurdo de leer en medios de comunicación noticias como la siguiente: “Mi hijo se levantó temprano a asaltar los buses, como siempre, pero me lo mataron", dijo la madre del joven asesinado, quien exigió justicia porque su hijo, "no le hacía daño a nadie", "no le disparaba a nadie, sólo los asaltaba".[1] De la misma manera, hay padres que a pesar de saber que los contenidos de las plataformas “streaming” están diseñadas para destruir los buenos hábitos y costumbres de las personas, mediante la pornografía e ideologías contrarias a los valores y virtudes, permiten que libremente los hijos accedan a ellos. La educación que los hijos reciben en el seno familiar es decisiva e importante para su porvenir, no basta con el hecho de que estudien en escuelas, públicas o privadas; los hijos en el hogar observan y en gran número de ocasiones callan; no obstante, tienen conciencia de la discrepancia entre las enseñanzas de sus padres y la vida que llevan; esto les representa un problema de graves consecuencias; por eso, el ejemplo de los padres es decisivo en la educación. Con actitudes este tipo de actitudes, los padres corren el riesgo de formar hijos llamados al fracaso, y todo porque los progenitores no quisieron o supieron cumplir con su deber de educar, por eso la pregunta: ¿cuál meta sigues al educar a tus hijos? Los hijos tienen una vitalidad que requiere ser dirigida, comprenden que retrasarse o detenerse en su formación es involucionar; observan las conductas buenas o malas de los padres, la mayoría de las veces en su interior dan la razón a quien la tiene, resultando en un desprestigio y pérdida de la autoridad para el padre que no la tiene o bien lleva una vida de mal ejemplo. Ante esto, lo idóneo es volver a educar en el seno familiar, entendiendo la educación como: “el desenvolvimiento armónico y progresivo de todas la facultades… del niño, del joven: formación legítima del pensamiento, enriquecimiento sólido y creciente de la inteligencia, rectificación y robustecimiento de la voluntad, sujeción de las pasiones, adquisición de buenos hábitos que hagan connatural a los hijos la práctica ardua y difícil de la virtud.”[2]. En síntesis, educar desde el seno familiar significa desplegar, hacer salir, de extraer, de hacer valer, de sacar a la luz del día todas las riquezas, todas las bellezas, todas las facultades vitales que oculta un niño en su alma.[3] Como vemos, no hay como la voz del buen ejemplo que brindemos día a día a los hijos, aquel es el espejo de nuestras acciones observadas y juzgadas por ellos; y que en un futuro muy seguramente serán guía de su vida práctica. [1] https://www.clarin.com/internacional/-hijo-solo-salio-robar-dias-mataron-madre-ladron-muerto-pide-justicia_0_oIYuKjQLMK.html?srsltid=AfmBOoq3X3itea-vCzfdB3dtzX5hufbpTjyduub-nYfcl1tpqszosck6 [2] SÁENZ, J. LA VIDA CONYUGAL Y SUS PROBLEMAS. Editorial IUS. México. Pág. 281. [3] Prieto, P. La gran conquista: Educar a tus hijos. Bilbao. Pág. 11.