La nueva ecuación de la

sociedad: a menor

esfuerzo, mayor placer

¿Será posible pasar de lo impensable a lo radical? ¿de convertir un tabú en una práctica común y popular? ¿o del brinco de lo radical a lo aceptable?

Si se revisaran dos casos, como el canibalismo o la zoofilia, acciones descabelladas y aberrantes que a lo largo de la historia han sido reprobadas y condenadas, podemos concebir que de un momento a otro pueden pasar a incorporarlas a una nueva “normalidad” a través de un proceso gradual y sistemático de rotación de la opinión pública y lo que antes era considerado absurdo sea aceptado.

Todo se puede a través de una ventana que se va abriendo y ese proceso nos ha llevado a ver pasar de un lado a otro, sin emoción ni oposición, en un viraje de 180 grados las cosas y valores que antes las teníamos incorporadas a nuestra cosmovisión diametralmente al lado opuesto. Eso es parte del fenómeno psicológico que la noche la podemos convertir en día y a la inversa.

De esa forma lo que antes tenía sentido pasa a ser ausente de sentido; lo deleznable adquiere importancia y aceptación. Lo inverosímil se convierte en certeza.

Vivir sin sentido, nos ha llevado a convertir lo blanco en negro, lo negro en blanco, el todo en nada y la nada en todo. Pasar de lo ilegal a lo legal, de lo anormal a lo normal, de lo malo a lo bueno. La fe en incredulidad, lo divino en profano, lo culto en vulgar, la cultura en narcocultura.

O también se puede ver como la pérdida de la noción ética de un cambio selectivo y cómodo de torcer principios que al amparo de supuesta moda y de una nueva tolerancia ideológica lo pasado se etiqueta como malo, por el solo hecho de ser del pasado y se suple por lo que sea o no se suple.

Esa metamorfosis está trasladando a la sociedad, de la noche a la mañana en una veloz banda sinfín. “En esta sociedad posmoderna de la tolerancia en la que vivimos, como en la parábola de la rana hervida, no nos hemos dado cuenta, que nuestra comunidad no tiene ideales fijos y, como resultado, tampoco una clara división entre el bien y el mal, pues vivimos en un relativismo galopante, en una sociedad permisiva, donde impera el menor esfuerzo con el mayor placer posible, y donde además el consumo y el poseer es lo que dicta el éxito de las personas”[1].

¿Y cómo es ese proceso? ¿en qué consiste la llamada ventana de Overton?

La llamada “ventana de Overton”, debe el nombre a su creador Joseph P. Overton que consiste en una secuencia concreta de acciones con el fin de conseguir un cambio radical sobre determinados temas, sobre todo controversiales. Overton[2] desarrolló esta teoría en la década de 1990 para explicar cómo ciertas ideas políticas, que en un momento dado pueden parecer radicales o inaceptables, pueden eventualmente volverse populares y ser adoptadas por la sociedad. La idea principal detrás de la ventana de Overton es que la opinión pública y las políticas gubernamentales están influenciadas por un rango limitado y por general, por minorías, que son consideradas legítimas y aceptables en un momento y lugar específicos.

En otras palabras, es una estrategia de cómo la minorías se van montando en las mayorías, de manera gradual, sin hacer ruido ni aspavientos. Cuando menos pensamos, ya tenemos otros conceptos diametralmente opuestos a las anteriores generaciones, que se incubaron en nuestras propias familias, en nuestros hogares y en las escuelas. Han ido penetrando a través de la educación en los niños, los medios de comunicación, redes sociales, cine, literatura, en un nuevo lenguaje y hasta nuevas “religiones”. La industria de Hollywood y Netflix son especialistas en crear nuevos modelos con la estrategia de la ventana de Overton.

Las etapas de esa ventana de Overton son cinco. Van desde lo impensable a lo radical; la segunda fase de lo radical a lo aceptable; luego, de lo aceptable a lo sensato. La cuarta etapa es de lo sensato a lo popular y la última es de lo popular a lo político. Asi podemos explicarnos cómo han sucedido cambios radicales en la manera de pensar sobre determinados temas y las redes sociales juegan un papel preponderante al ser de los principales vehículos debido a la sobrexposición que tenemos en ellas.

Hay varios ejemplos de su funcionamiento como el canibalismo o la zoofilia. La primera fase de lo impensable a lo radical sería desde que el canibalismo o la zoofilia son rechazados y su legalización inaceptable, se va generando una percepción de un grupo de personas que se amparan con el argumento de la libertad de acción y de expresión, con presuntas razones antropológicas.

De lo radical a lo aceptable, representa la postura radical de un grupo de supuestos caníbales o zoófilos que reclaman que pueden hacer con su cuerpo lo que les plazca, como un derecho y quien se oponga será calificado de mente estrecha y entra en juego el uso del lenguaje, y el canibalismo se “transforma” en antropofagia y luego antropofilia. La zoofilia, se calificaría como una libre expresión y respetable de amor a los animales, a los seres de la naturaleza o al argumento de que todos somos animales, aunque unos racionales y otros irracionales, pero animales al fin y con necesidades similares.

La tercera etapa, de lo aceptable a lo sensato, argumenta que el deseo de comer personas o tener relaciones sexuales con animales está genéticamente justificado, como “desde hace muchos años” era una acción normal y cultural y que las personas son libres y tienen el derecho a decidir qué comen y con quién tienen relaciones.

Luego, de lo sensato a lo popular, las redes sociales y los medios de comunicación entran a cumplir esta fase y también aparecen películas, series y libros, canciones populares y videos contando o inventando historias sobre estos temas para concluir con la quinta etapa, de lo popular a lo político, donde los gobiernos para quedar bien y ganar simpatía elaboran leyes para legalizar lo que antes era impensable.

También, ahora la marihuana es “recreativa”. En la calle principal y con mayor afluencia de turismo de la ciudad de México, -en la avenida Juárez, frente al Hemiciclo de Benito Juárez- se ponen a fumar marihuana en la banqueta. Ya es tan normal, que el anormal es el que se escandalice por eso. Antes se decía que los marihuanillos eran los sardos, con respeto a los militares y fumar la hierba en la vía pública ameritaba faltas al bando. Existe más la prohibición de venta de cigarros en algunas tiendas asi como el fumar tabaco en muchas áreas públicas.

¿Llegaremos un día a la legalización de la pedofilia, del casamiento de un ser humano con un animal para legalizar sus relaciones o la creación de menús con carne humana en recetas gastronómicas de fusión y con maridaje de vinos?

Como vamos avanzando en la ventana de Overton, todo puede suceder. Algunas acciones de lo impensable ya son políticas y están sucediendo en un abrir y cerrar de ojos incorporadas a una nueva normalidad que algunos se aferran en imponer para bien o para mal.

Ojalá que ya no siga funcionando esa ventana de Overton en las familias, que es el último reducto de esta sociedad.

[1] LISSARDY, Gerardo (2023) El modelo que explica cómo ideas políticas consideradas tabú en una época se vuelven aceptables en otra. BBC, https://www.bbc.com/mundo/articles/c9ekg9mej8po

[2] PAMPLIEGO, Enrique, (2023) ¿Qué es la ventana de Overton?