Sí algo hemos aprendido en zapatos ajenos, es que las incursiones militares de nuestros vecinos del norte en otros países con la bandera de la "democracia" y la "libertad", solo han dejado muerte, dolor y caos en las tierras donde llegan sus tropas, ya sea por consignas arbitrarias respecto a su "seguridad nacional", contra "el terrorismo", "armas biológicas u nucleares", siempre se trata de invasiones que destrozan la vida de pueblos enteros.

Durante los últimos 30 años o más, quienes crecimos en la "prosperidad de la hegemonía estadounidense, vivimos invasiones que nos eran trasmitidas por los medios de comunicación, con un estricto control informativo, sobre el destino de esos países invadidos por el Tío Sam, distintas banderas de proclamas occidentales se fueron desvaneciendo durante los años, ya sea en Medio Oriente, en Europa o Asia, incluso en América, siempre ha sido el mismo resultado.

Sin embargo, pareciera que aquellas películas que veíamos como entretenimiento, pudiéramos incluso ser protagonistas de una amarga historia que se repite y se repite con los imperios, en momentos en los que la hegemonía de Estados Unidos comienza a resquebrajarse, a enemistarse con sus aliados europeos y otras potencias comienzan a surgir y a sacudirse al Tío Sam, somos nosotros, los vecinos cercanos los que ahora corremos peligro, ante un expansionismo imperialista que ha renacido, y con hambre y sed de sangre, territorios, recursos naturales y la necesidad de una zona de influencia, sí o sí.

En este contexto nos encontramos en México, ante el arribo de un Donald Trump con el mandato de uno de los ejércitos más poderosos del mundo, pero también despiadado y ahora con cúpulas que los dirigen con tufo de racismo y supremacismo, nuestras tierras podrían encontrarse en la disyuntiva que vivieron aquellos mexicanos de los primeros años de independencia de la corona española, éramos tierras "conquistables" para las potencias de aquellos tiempos, ahora es un Estados Unidos desesperado de victorias ante los fracasos en otras partes del mundo.

Como en aquellos momentos en los que nos invadieron los franceses ,luego los estadounidenses, la batalla interna de México entre liberales y conservadores, en los que los conservadores siempre estuvieron del lado del invasor, de los reyes, y siempre a disposición de los invasores, actualmente se repite la historia, porque la ausencia de memoria histórica nos está haciendo repetir aquellos errores, la diferencia ahora es que a sabiendas, los entreguistas y traidores a la patria insisten en su postura.

No es necesario repetir las amenazas de Trump contra México y otros países, lo que es importante destacar es la postura que tomarán nuestras autoridades en los tres órdenes de gobierno, que sabemos en lo nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum ha salido en defensa de nuestra soberanía y de moral todas y todos los mexicanos, rechazando tajantemente cualquier intento de guerra comercial con los aranceles, de las constantes acusaciones desmoralizadoras contra nuestra gente y nuestro territorio e incluso contra cualquier intento de intervención militar.

Cosa distinta, muy distinta lo que pasa por la mente de los derrotados moralmente, la oposición política totalmente descalificada y en decadencia, que no tienen empacho en salir a manifestar su respaldo a una intervención militar, una invasión por parte de los estadounidenses, pareciera que están desesperados por ver un daño al pueblo de México y a nuestro gobierno, ahora hasta sin vergüenza alguna salen a justificar su postura antipatriota y traidora.

Dicen, que "no son traidores a la patria, por no estar de acuerdo con la postura de la presidenta", y que su forma de pensar es en que según ellos, la mejor forma de atacar la inseguridad, es sumarse a esa narrativa del republicano de calificar a los grupos criminales como terroristas, para justificar la intrusión, pues bueno, debemos ser claros, eso es en todos los sentidos una traición a la patria, lo fueron ayer, lo son hoy, traidores a la patria. A México se le respeta.