He estado en contra del abstencionismo. Que más del cuarenta por ciento de los ciudadanos con derecho a ejercer sufragio en elecciones no lo hagan, es un síntoma inequívoco que los mexicanos no apreciamos y valoramos la democracia. Pero hoy por hoy, hago un llamado al abstencionismo en las próximas elecciones.

La decisión unilateral de elegir por medio del voto popular jueces, ministros y magistrados, juezas, ministras y magistradas, tenemos que ser incluyentes y por tanto también ministres y magistrades, es de por sí uno de los más grandes disparates.

La Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado de la República decidieron elegir, en una tómbola, a los candidatos para ser jueces, magistrados y ministros que se votarán el 1° de junio en la primera Elección Judicial. ¿Caramba, por qué en vez de dejarlo a la suerte, no eligieron a los mejores promedios, experiencia y más amplio curriculum? Es una incógnita de fe política.

Cuando vean los borradores o pruebas de cómo serán las boletas de votación quedarán espantados. Posiblemente sean de 70 personas. De ahí seleccionarán, sin conocer antecedentes, prestigio, vitae, experiencia a unos para acá, a otros para allá y más para acullá. Posiblemente debe diferenciarlos para no equivocarse y votar por un magistrado en vez de por un juez. Sufragar será más difícil que resolver los misterios de las matemáticas: P versus NP, la conjetura de Hodge, la conjetura de Poincaré y la hipótesis de Riemann.

Ahora bien, esta este momento, los nombres de los aspirantes serán colocados por orden alfabético. Si yo votara, que no lo haré, pondría los primeros nombres sean quienes sean. Si te apellidas Zambrano, Zamora, Zapata, Zárate, Zavala o Zepeda solo la alquimia electoral podrá hacer que ganes. Pero si te apellidas Acosta, Adams, Aguilar, Allen o Álvarez tus probabilidades son mayores. De ahí seleccionarás, de acuerdo a la entidad federativa, a “x” número de jueces, “y” número de magistrados y “z” número de ministros. Será más sencillo descubrir los secretos de la materia oscura, porque como lo dice su nombre, no tiene luz, no absorbe ni emite radiación y por tanto no pueden percibirse directamente. Ah, caramba, se parece mucho a esta elección.

De este llamado a la abstención están exentos, verbi gracia, Durango y Veracruz porque tendrán elecciones locales. Pero pueden optar por no aceptar las papeletas de quienes serán los garantes de la justicia y legalidad o anularla con una tremenda X.

Las elecciones no pueden realizarse sin la intervención de los ciudadanos. He aquí la importancia de no prestarse a este galimatías electoral. Si los ciudadanos no se ofrecen a servir en las mesas receptoras de votos, se complicará más el asunto. Claro que pueden recurrir a los simpatizantes de la 4T, pero si en elecciones “normales” muchísimas personas no se presentan el día de la elección a fungir como funcionarios de casillas, pues menos ahora.

Porque este es otro asunto. Quienes sean escrutadores y cuenten los sufragios estarán en graves problemas a la hora de dar los resultados: este voto no cuenta porque el nombre no corresponde a su aspiración. Quienes no sepan leer y escribir o que no alcancen a observar los nombres, pues a sufrir. No podrás sufragar por solo hombres o solo mujeres, deben estar combinados. Pero si un candidato se llama López Aguirre Guadalupe, Domínguez Maro Jade, Álvarez Marín Carmen, Amparán Salvador Alex cómo distinguir si son damas o caballeros.

Cuando los seleccionados sepan cuánto les van a pagar por ese cargo, en los tiempos de la austeridad republicana y pobreza franciscana, muchos renunciarán. ¿Qué hacer? ¿darle el puesto al segundo, tercer o cuarto lugar? ¿otra elección?

Por ello, llamo a no participar. Yo, en lo particular, no avalaré con mi presencia una elección surrealista.

Mi álter ego reflexiona: el gobernador de Sinaloa debería renunciar ya. En esa entidad no aplica lo del pueblo pone y el pueblo quita. Para entronarlo basta la mayoría de los sufragios, para sacarlo se necesita que todos lo soliciten, hasta el mismo Rubén Rocha, y sobre todo que la orden llegue de Palenque.