Los incrementos al salario mínimo en virtud de las disposiciones legales vigentes y las medidas de política organizacional tanto de empresas como de gobierno han derivado en una serie de incidencias en los costos de operación que han generado una serie de percepciones que a su vez alimentan debates sobre el significado real del SM entre las personas, como entre los partidos, los organismos empresariales y el gobierno.
Al analizar los efectos de los cambios al SM es fundamental considerar tanto las implicaciones económicas, fiscales y operativas que esta medida tiene en los diferentes ámbitos. Es prudente recordar que es preciso diferenciar entre los salarios, por trabajo subordinado ante un empleador formal; de aquella remuneración que se paga por un trabajo en una ocupación en el sector informal. En esta se eluden las disposiciones legales vigentes que regulan la relación “obrero-patronal”. En el sector informal las percepciones de los trabajadores son en la generalidad de los casos, líquidas y distan de alcanzar el SM (mismo que como se sabe, se fija oficialmente). En el sector informal, dada su excepcionalidad legal, las remuneraciones pueden ser muy diversas dependiendo de la actividad económica o el medio (rural semiurbano o urbano). Interesa en esta ocasión poner de relieve el significado de los incrementos al SM en los costos operativos de una unidad económica en el sector formal de la economía. Perspectiva que por obvias razones acaba difuminada en el fárrago de sus bondades por su evidente efecto en la mejoría del ingreso real del asalariado. Efectos ostensibles:1. Aumento del ingreso real o del “poder adquisitivo”: Un incremento del SM en un momento dado, aumenta la capacidad real de compra de los trabajadores de menor remuneración en las unidades económicas del sector formal, lo que posibilita un aumento en el consumo personal y/o familiar. El SM debe recordarse es un pago por el trabajo definido para su vigencia oficial (obligatoria para las unidades económicas formales). La suma de los SM incrementados da lugar a un incremento del consumo social o como dicen los economistas, del consumo agregado. Ya instalados en la dimensión macroeconómica, el consumo agregado estimula la demanda agregada que, a su vez, asimila oferta de bienes de origen nacional y extranjero. De modo que puede estimular el crecimiento de la economía o de la oferta en el mediano plazo o los precios, si la demanda enfrenta rigideces de la oferta. El énfasis usual en la carrera precios-salarios, en la cual tradicionalmente siempre ganaban los incrementos de los precios ---la conocida inflación---, y que a partir de las reformas a las leyes que consideraban a los SM como un indicador forzoso para determinar una serie de precios y tarifas del sector público, en los tres órdenes de gobierno, liberó del grillete formal a los SM. Esto ha dado lugar al resarcimiento de la pérdida de poder adquisitivo del SM y superar la inflación. Ahora bien, los SM son fijos durante el lapso de un año. Al primer día, la semana o el mes, de acuerdo al período de pago, empiezan a sufrir pérdida de la capacidad adquisitiva, toda vez que la inflación sigue una dinámica cotidiana, aunque se mida quincenal o mensualmente. 2. Aumento de Ingresos Fiscales: Un SM más alto puede traducirse en mayores ingresos fiscales para la Hacienda Pública, en tanto que los trabajadores asalariados perciben más y, en consecuencia, pagan ---como todos los consumidores---, los impuestos al valor agregado que llevan consigo muchos de los precios de las bienes de consumo duradero que adquieren en las empresas del sector formal de la economía; eventualmente también pagarán más impuestos sobre la renta si el ingreso salarial supera un SM. Al respecto, la conversión de ingresos salariales a bienes de consumo presenta grandes filtraciones, ya que, en la medida en que la demanda se haga efectiva en bienes vendidos en negocios del sector informal, eludirán el pago del IVA. Una dimensión del impacto del incremento del SM que generalmente se obvia es que también se traduce en aumentos del gasto corriente en servicios personales del sector público. 3. Incremento de costos operativos de las empresas o unidades económicas formales. El aumento del SM en las empresas se traduce en mayores retenciones por el empleador por impuestos sobre la renta, si las percepciones son mayores a un SM y de la parte que le corresponde al trabajador por pagos de seguridad social (IMSS). Sin embargo, para las empresas el impacto de los incrementos del SM y su efecto en los pagos salariales para trabajadores que perciben el equivalente a dos o más SM afecta sustancialmente sus costos de operación por servicios personales. Generalmente, cuando se hace referencia al SM, la argumentación se atasca en los efectos ostensibles reseñados en numerales 1 y 2, y se olvida o desdeña dichos efectos. Otra vez, en términos generales, los salarios básicos aumentan por norma y por necesidad de la empresa de mantener cierta equidad remunerativa. Pero la empresa tiene efectos adicionales que se calculan en general, en el importe de los salarios más 25% adicional. En virtud de todos los conceptos que se derivan de la contratación formal del trabajador, sin considerar las erogaciones especiales que la política laboral de la empresa determina. No se requiere más información para comprender que un aumento de 12% en los costos de servicios personales. A partir de ello es preciso hacer algunas consideraciones. Las primeras atañen a las unidades económicas, su dimensión, actividad dentro del sector económico, su proceso productivo; su posibilidad financiera de cambio tecnológico; etc. Obviamente, para las microempresas el costo directo por SM, más sus repercusiones las pone con un pie fuera de la existencia como empresa formal. Lo mismo ocurriría con empresas pequeñas cuyo excedente económico las inhabilita para aumentar la productividad de mano de obra, o efectuar las inversiones en capital fijo que modifiquen su productividad agregada. Las medianas y grandes empresas por su parte están en una trayectoria de transformación permanente, de tal forma que solo la sustitución de equipos obsoletos es suficiente para aumentar su productividad. Amén de los procesos de capacitación y adiestramiento permanentes. También puede significar un problema para aquellas empresas medianas y grandes que son ineficientes y sus costos financieros de operación son insostenibles. 4. Impacto en el empleo. Los medios de comunicación han abundado en notas que reportan casos frecuentes que marcan tendencia, en el sentido de que las empresas solventes están invirtiendo en procesos fabriles avanzados para sustituir mano de obra. Señalando así que el tiempo del debate sobre el riesgo ocupacional de los incrementos al SM, está quedando atrás, al menos para las empresas medianas y grandes de manufactura y servicios. Para muchas de las de menor escala, en ausencia de políticas públicas de apoyo, pueden enfrentar su desaparición como empresas formales o subsistir como changarros en el sector informal.