Hace tiempo, desde sus campañas y ya en el poder, Andrés Manuel sostuvo que si se reunían cien mil personas en el Zócalo, en su contra, él renunciaría. Obviamente esa fue una más de su amplia gama de mentiras. Su sexenio se caracterizó por ello; por no haber cumplido ninguna de sus promesas, habernos dado “atole con el dedo”; pretender hacer creer que todo estaba bien y que la gente vive feliz. Hubo múltiples manifestaciones ciudadanas, de diversa índole, de cientos de miles de personas, no nada más en México, sino en muchísimas ciudades, ante el hartazgo de un gobierno fallido; y ni así, dimitió. Lo mismo ofrecía que si había pruebas de sus nexos con el narco, igual renunciaría; sí las hubo y se exhibieron tales pruebas, tanto en México como en USA, al igual que en medios internacionales; y, de todas formas no lo hizo. Así se pasaron sus 6 años.

En este momento, el que sí debería haber renunciado ya, sin chistar, es el señor Rubén Rocha Moya. Con carácter de urgente e irrevocable.

El país entero se encuentra desahuciado; vivimos en los peores momentos de inseguridad. Poblaciones enteras están a merced de los delincuentes. Me atrevo a afirmar, -por ser público y notorio-, que el gobierno de la República, es “tapadera” de lo que hace el crimen organizado, a través de la impunidad; además de pactos y negociaciones -que es por todos sabido-, que tiene este narcogobierno.

Específicamente, en lo que respecta al estado de Sinaloa, la situación ha rebasado todos los límites.

En Culiacán, tienen casi cuatro meses con enfrentamientos entre cárteles. Los negocios cerrados; la economía colapsada; y, los niños y jóvenes sin poder asistir a la escuela. A eso, se le suma, la lamentable y fatídica muerte de un hombre de 41 años, que intentaba evadir el robo de su vehículo, recibió disparos y fue asesinado, al igual que dos de sus hijos. Unos niños de 9 y 12 años de edad. (Gael y Alexander).

Y no. No son víctimas circunstanciales. No son daños colaterales. No son datos estadísticos. No son 3 más, a la cuenta de 210 mil homicidios que se han suscitado desde que gobierna Morena este país.

¿Qué más ha de suceder, para que dejen el poder del estado, quienes se han adueñado de lo que en otros tiempos eran instituciones sólidas, que daban viabilidad al país?; ¿cómo le hacemos, para que se vayan Morena y sus aliados, a donde ya no puedan hacer más daño?

Sí hay culpables. Claro que los hay.

Uno de ellos se llama Rubén Rocha Moya. Seguido de sus fiscales, secretarios, gabinete de seguridad, agentes, investigadores, comandantes y demás integrantes de las fuerzas policiales del Estado y de la Federación, que no han logrado frenar a los delincuentes; localizar a los perpetradores de este y otros delitos y castigarlos. Son culpables, por no dar respuesta a las peticiones ciudadanas. Por no garantizar los derechos y libertades a las y los ciudadanos. Por ser cómplices de los narcotraficantes.

Las y los maestros, directivos de instituciones académicas, alumnas y alumnos, padres y madres de familia; familiares de las víctimas, deciden manifestarse; hacen una marcha; niñas y niños llorando por sus compañeritos fallecidos; miles de personas caminando; llegan al palacio de gobierno y quién debería servirles y atenderles (el gobernador); se niega a hacerlo. Que falta de sensibilidad.

No han parado dichas manifestaciones; pues todavía ayer jueves, hubo expresiones de solicitud de renuncia de este sujeto; en la sede del poder legislativo, en donde habitantes de Sinaloa portaban lonas y cartulinas, en protesta por la creciente inseguridad.

Lo que las y los ciudadanos desean con estas concentraciones masivas, es que el gobierno garantice la Paz y la tranquilidad, a la que todas y todos tenemos derecho.

Si bien es cierto, que en un régimen democrático, la titular del Ejecutivo Federal, no quita ni pone gobernadores; lo que sí debería hacer -ya de ya-, la señora Sheinbaum, es enviar toda la fuerza del Estado para acabar con las confrontaciones; promover la salida del gobernador y su gabinete; poner fin al asunto. No lo hace y prefiere intentar permanecer al margen. Porque obviamente están coludidos. Son lo mismo. Gobernantes de Morena y “el narco” están mimetizados.

Ya es momento de justicia. Momento de paz.

Ya es momento…