Los verdaderos morenistas están molestos por cómo se han venido dando las cosas en el partido guinda, por las imposiciones de perfiles que antes eran prianistas (cuando ser del PRI y el PAN sí era negocio para ellos) y el exceso de pragmatismo que están viendo a la hora de definir las candidaturas, por los personajes que únicamente se acercan y han acercado, para ser candidatos y candidatas a los principales puestos de elección popular.
Porque sí, sí existe una diferencia entre verdadero morenista y el falso, siendo los primeros aquellos que están con el partido desde que era movimiento y con Andrés Manuel López Obrador desde antes de Morena, cuando ser morenista no era negocio político ni moda; y los otros: aquellos que se acercan únicamente buscando candidaturas, porque sólo viven y saben vivir de la política, haciendo negocio, esos que antes aborrecían a AMLO y a Morena. Por eso el enojo de los verdaderos morenistas, no tanto por el oportunismo y pragmatismo, pues AMLO fue inclusivo al invitar a todas y todos a su partido, pero es muy distinto a que se les trate como invitados VIP, a un proyecto que costó tanto construir siendo ellos opositores, para que sólo lleguen a encabezar las candidaturas. Porque los falsos morenistas son el caballo de Troya. La molestia es cada vez mayor y a niveles intolerantes, porque los que tanto han luchado por el partido y un nuevo país no están de acuerdo con que estos lleguen a destruir todo, únicamente cambiándose la camiseta encabezando candidaturas sin picar piedra, sin ningún esfuerzo, sin demostrar que de verdad quieren aportar y no a servirse nada más, sin méritos. ¿Y quiénes son esos otros morenistas? Todas y todos los identificamos, son esos que se oponían al proyecto alternativo de nación, esos que legislaban en contra y encabezaban a los partidos que tanto daño le hicieron a México y a Chihuahua como legisladores, dirigentes partidistas o hasta gobernantes, y ahora que sus proyectos políticos han fracasado, han brincado del barco, para seguir colgados de la ubre política. Ese es el enojo de las y los morenistas verdaderos, esos que anhelábamos un cambio de país desde el fraude electoral de 2006, y luchábamos contra la reforma energética y el aumento al IVA en alimentos y medicinas, mientras quienes hoy ocupan presidencias municipales y los principales puestos del poder político en Chihuahua disfrazados de guinda estaban a favor de esas políticas y los abusos y excesos. Por eso es que los verdaderos morenistas, esos que no estaban por moda o negocio político sino por el anhelo de un cambio de país que expulsara al PRIAN que nos sumió en la pobreza y desgracia como nación, están muy enojados y explorando opciones para rescatar su partido de aquellos. Porque si bien AMLO fue incluyente invitando a todas y todos a construir un nuevo modelo de nación, esa invitación no era para que fueran invitados VIP formándose hasta enfrente para únicamente ocupar cargos y candidaturas sin hacer méritos, y no están dispuestos a seguir tolerando eso de sus dirigentes, sea quien sea. Son estos verdaderos morenistas los que están explorando opciones para salvar a su partido de estos malos perfiles, de esos que cobran con la mano izquierda mientras gobiernan y legislan con la derecha, porque no han dejado de ser de derecha. Porque no pueden permitir que esos personajes, nocivos para la vida pública del país, sigan en el poder. Se está gestando pues una revolución interna para rescatar a Morena de esos prianistas escondidos en el caballo de Troya, esos que se pintaron de guinda, pero de una pintura tan falsa que a la primera lavada se les cae y se muestra su verdadero color azul y rojo. Porque saben que antes la lucha fue externa, pero ahora será interna, para rescatar lo que tanto les costó construir. Porque hay que defender a la cuarta transformación de todos los que pretender seguir dañando a México, incluso de los que están dentro de Morena pero que siguen siendo prianistas disfrazados de guinda. Esos verdaderos morenistas se están organizando para dar la batalla política y si es necesario hasta legal, para rescatar a su partido y seguir defendiendo a México, de los enemigos internos que siempre ha tenido y se les ha denominado conservadores.