Durante las últimas semanas en Estados Unidos surgió un escándalo que ha acaparado los principales espacios de la prensa a nivel nacional, pero también en lo internacional el tema ha impactado, en medio de una andanada de ataques y amenazas del presidente Donald Trump contra medio mundo.
Se trata de un tema que el ahora presidente de Estados Unidos utilizó durante su campaña electoral en 2024, aunado a un movimiento de grupos ultraconservadores que dirigieron sus ataques contra la cúpula de los demócratas y del denominado “deep state”, que vendría siendo algo así como lo que Andrés Manuel López Obrador señalaba como “la mafia del poder”, un grupo compacto de poderes económicos y políticos en las entrañas del poder. Pero hablando de los Estados Unidos, se suma a teorías y conspiraciones que muchos seguidores de Trump aglutinaron en el movimiento “QAnon”, un grupo que creció en redes sociales en donde desde la perspectiva de la extrema derecha estadounidense pusieron en la opinión pública una supuesta red de pederastas ligados con actores y actrices de Hollywood, políticos y empresarios que operaron bajo el cobijo del poder. De acuerdo a los seguidores más conspiranoicos del trumpismo, esta red QAnon señalaba que el “Deep State” intentó de todas las formas posibles truncar el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, y es aquí cuando siendo candidato asumió que el tema sería llevado hasta las últimas consecuencias, respecto a la lista de Jeffrey Epstein y el entramado de vínculos que pudieran ser parte de la red de pederastas de la élite estadounidense. El nombre de Jeffrey Epstein se ha replicado constantemente en todos los medios estadounidenses en las dos últimas semanas, acusando al presidente de encubrir unos de los escándalos más grandes respecto a la supuesta red de pederastas y muchos en México se podrán preguntar, ¿cuál es el tema en toda esta maraña de intrigas?, que parecen sacadas de una película de terror. Jeffrey Edward Epstein fue un magnate financiero y delincuente sexual que tuvo estrechos vínculos con la élite económica, política y de la farándula, por lo que logró una enorme influencia entre estos mundos, sin embargo a partir del 2005 resultó ser un delincuente sexual contra menores tras varias investigaciones, pero por su misma influencia logró evitar cargos a cambio de una condena menor por prostitución, pero aquí no acaba la historia porque en 2019 fue arrestado de nueva cuenta por tráfico sexual de menores, ya en la cárcel se reportó su muerte en extrañas circunstancias, aunque se catalogó como un suicidio. Tras su muerte, salen a la luz una gran cantidad de documentos y evidencias judiciales, testimonios y demandas que revelaron una red internacional de explotación sexual, así como de implicados y cómplices entre estos; en 2024 se filtra una supuesta lista de “clientes” o “amigos” que habrían sido partícipes de escandalosas fiestas donde ocurrían estos delitos, famosos de Hollywood, políticos, empresarios, incluso científicos, y entre estos nombres aparecía el nombre del hoy presidente Donald Trump.El tema había sido silenciado y se trataba como una teoría o conspiración, a pesar de todas las evidencias de Epstein, sin embargo tras la ruptura entre el empresario Elon Musk y el presidente Donald Trump, el tema revivió porque entre los pleitos públicos entre ambos personajes, Musk publicó en su red social “X” una vieja noticia de un noticiero donde aparece un joven Trump en una de las fiestas de Epstein, imágenes que se volvieron virales y memes en redes sociales, motivo por el que recientemente se dio “carpetazo" al tema, lo que generó indignación y molestia, sobre todo entre los seguidores de Trump a quien acusan de ocultar el tema, sin embargo más allá del escándalo mediático, políticamente está afectando la ya desgastada imagen de Trump, ante los constantes fracasos en todos los ámbitos desde que regresó al poder en enero de este año.
Pareciera coincidencias que mientras el tema hierve en Estados Unidos, Trump se ha lanzado con todo contra gran cantidad de países, aliados y enemigos, amenazas de aranceles, como es el caso de México y la Unión Europea, aunque tampoco se salvan China, Rusia e incluso aliados como Japón, es una constante diaria que salga ante los medios a señalar y acusar a sus “enemigos”.
Y se retomó una campaña agresiva e irrespetuosa contra México, en la narrativa de acusar a diestra y siniestra de supuestos vínculos con el crimen organizado, sobre todo después del acuerdo que tuvo el gobierno estadounidense con Ovidio Guzmán y las acusaciones del abogado de este criminal contra el gobierno mexicano, a pesar de que los que hacen acuerdos públicos con el crimen son ellos, y ahí tienen a la oposición aplaudiendo estas mentiras y acusaciones que dañan a nuestro país, en un intento de Trump de llevar los reflectores y opinión pública a otro lado, lejos de la lista Epstein.